Javier Fonseca. Il.: Joaquín González,
Macmillan, 2011.
El caso del dragón de fuego rojo, de Javier Fonseca, es una nueva aventura protagonizada por la irresistible Clara. Clara Mediasuela es una niña que vive una vida normal y corriente, pero que ha sabido aderezarla con su potente imaginación. Así ella no es Clara Mediasuela, no, sino Clara Secret, la detective que, junto a Una, su socio y amigo, tratan de hacer más feliz la vida de los demás y, de paso, descubren pequeños embrollos. Cabe aclarar, para quienes aún no hayan leído ningún título de Clara Secret, que Uan no es un amigo cualquiera, en absoluto, es un perro de peluche muy particular, tanto que se comunica con Clara en inglés y es quien le da, a menudo, las mejores pistas. Clara y Uan forman una pareja de detectives llena de armonía y encanto.
En primera persona, Clara relata uno de sus casos que empezó de una manera casual y que, poco a poco, se fue embrollando. Un buen día, en su edificio, todos escucharon muchos ruidos raros y, con el portero a la cabeza, descubrieron que se trataba de la caldera. Con el inicio de las obras, aparecen pintadas con un dragón peculiar que se repite en otros lugares y que tiene a Clara confundida. Mientras, en su colegio, están preparando una fiesta medieval que los tiene a todos muy ocupados porque los Young Falcon Rappers van a cantar, en versión rap. La leyenda de San Jorge y el dragón. Por si fuera poco, los ruidos en el edificio siguen y una de las inquilinas más antiguas les cuenta que debe ser el fantasma de Don Lope. ¡Lo que faltaba para activar la imaginación de Clara! Finalmente todo se resuelve y es uno de sus amigos, despechado, quien ha pintado el dragón. La fiesta medieval se celebra y parece que la vida vuelve a la normalidad.
Javier Fonseca tiene una gracia natural a la hora de hacer hablar a Clara ya que se esconde por completo y permite que sea la niña quien, de una manera directa y fresca, nos cuente sus problemas, la vida cotidiana en su bloque, el ir y venir de las gentes, cómo son sus amigos y, sobre todo, la relación tan chocante que tiene con Uan. Uan que podría parecer un peluche para niños… es el mejor detective del mundo. Y es que las apariencias engañan.
El texto va destinado a los lectores desde 7 años y les exige ciertas nociones de inglés porque, como estamos diciendo, Uan y Clara se comunican en inglés. Es una manera muy ingeniosa de hacer que los niños empiecen a leer también en inglés y a adquirir conocimientos. El libro incluye, además, la plantilla del dragón para que todos los que quieran puedan realizarla.
Hasta la fecha son cinco los casos que ha protagonizado Clara y que se inscriben dentro de la normalidad, esto es, demuestra que en la vida cotidiana, si se sabe observar, se encuentran elementos que hacen que el devenir de las cosas sea distinto, más divertido, más estimulante o más imaginativo.
Joaquín González es quien ilustra estos relatos y nos permite identificar a Clara, una niña que huye de los tópicos, que no quiere ser la princesa de los cuentos sino la ayudante de San Jorge y que ha aprendido a contemplar la vida con otra mirada.
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