jueves, enero 31, 2013




El juramento de los Centenera
Lydia Carreras de Sosa,
Zaragoza, Edelvives, 2010.
(Alandar 99)


Simplemente espléndida. Así podemos definir la novela El juramento de los Centenera, de Lydia Carreras de Sosa, Premio Alandar 2008.
El relato, perfectamente trabado, está escrito en primera persona por uno de sus principales protagonistas, el joven Josep, quien, desde el pasado decide recuperar un momento especialmente duro de su vida. La acción sucede en los primeros años del S. XX.  Los hermanos Centenera, huérfanos de padre y madre, deciden seguir con el proyecto de sus progenitores y embarcan para Argentina en busca de un mundo mejor. Solo la hermana mayor, Lupe, decide quedarse y acepta una boda desigual. El resto de hermanos, Francisco, Josep, María y los gemelos Salvador y Domingo parten hacia la nueva tierra, aunque en el viaje algo los rompe para siempre. María es retrasada mental y necesita muchos cuidados, los hermanos se los quieren dar, pero también se sienten desbordados. Un día antes de llegar al destino, la pequeña desaparece y nadie da con ella. ¿Qué le ha pasado? Es tanto el dolor que sienten los muchachos que deciden jurar que nunca hablarán sobre el tema porque, de alguna manera, han de seguir con sus vidas.
En Argentina, con más o menos dificultades, logran instalarse, aunque ninguno es feliz. Francisco, el hermano mayor, se convierte en padre y en sombra de sus hermanos, aunque eso hace que se le agrie el carácter. Josep consigue un trabajo en casa de un hombre acomodado y gracias a las casualidades y a una de las criadas, consigue que su historia llegue a oídos de un juez justo quien decide tomar cartas en el asunto y remover el pasado con todas las consecuencias.
El juramento de los Centenera está escrito con emoción y realismo, puesto que se basa en hechos reales. La narradora pulsa los resortes afectivos de todos los personajes y sabe mucho de las debilidades humanas. Poco a poco, el ovillo que era la desaparición de María se va aclarando hasta llegar a un desenlace cargado de emoción.
La pequeña María sufre en sus carnes la sinrazón de los que se creen normales y se autoproclaman capaces de decidir por los demás. Es una niña que solo necesita cariño, paciencia y ternura.
Hay momentos en el relato cargados de gran dramatismo, otros aparecen envueltos en el suspense y muchos recogen el duro día a día en aquellos que creyeron encontrar una vida mejor y no lo consiguieron.
Interesa destacar la evolución psicológica de Josep y cómo logra hacer cara a su destino, romper el juramento y enfrentarse a la rabia de Francisco para ser capaz de vivir con decencia y con divinidad el resto de su vida.
El juramento de los Centena es un libro emocionante, de crecimiento, de búsqueda, de introspección, pero también es un libro realista y tremendamente duro en algunos momentos. No decepcionará al público juvenil, pero tampoco al lector adulto. La memoria, en definitiva, es la que nos salva de nosotros mismos.

Guia de lectura

martes, enero 29, 2013







¡Sálvese quien pueda!(Coolman y yo)


Rüdiger Bertram. Heribert Schulmeyer,
Algar, 2012.



 Los niños y niñas suelen acudir a un amigo imaginario que les ayuda en su crecimiento. Hasta aquí todo normal, pero ¿qué pasa si este amigo imaginario decide no marcharse y nos hace la vida literalmente imposible? Ése es Coolman. Posiblemente muchos lectores, jóvenes y adultos, lo conozcan gracias a la primera aventura de la serie “Coolman y yo”. Si no, tampoco es indispensable porque no tardarán en hacerse una idea de quien es semejante criatura y, por supuesto, no tardarán en hacer de la lectura una diversión llena de estímulos y, por qué no, de sobresaltos.
En esta ocasión, el joven Kai viaja a Londres un par de semanas con un grupo de compañeros para mejorar su nivel de inglés. Ahora bien, la narración empieza por el final presentando, en primera persona, como suele hacer el autor, a Kai en una situación comprometida: a punto de ahogarse. Si queremos saber cómo ha llegado allí tendremos que leer el libro.
“¡Sálvese quien pueda!” nos ofrece una visión crítica e irónica de las estancias estudiantiles en el extranjero para aprender idiomas. La familia que le toca a Kai y a dos de sus extraños amigos no es precisamente un ejemplo de convivencia, aunque Kai es especialista en líos, ya sean de primera mano o a través de Kai.
Los personajes que aparecen en el texto suelen ser planos y esperpénticos, por eso favorecen la risa y aun la carcajada. A Kai le ocurre de todo y, es más, él, llevado por su amor hacia Lena, es capaz de hacer el ridículo más espantoso.
Rüdiger Bertram conoce bien la psicología del adolescente y se esconde tras Kai sin que notemos su presencia porque es Kai siempre el que cuenta, con total naturalidad, sus andanzas. En esta ocasión, acaba comiendo comida de gato, vistiéndose como una rana, conociendo a la mismísima reina de Inglaterra y aventurando diversas hipótesis en torno a un robo. Eso sí, lo más extraño en el libro es lo real y lo más lógico suele ser lo inventado.
En suma, un libro divertido, que combina texto con viñetas, y que está escrito con gracia, con transparencia y esa fina ironía que solo un adolescente es capaz de presentar.
El libro es una herramienta excelente para atrapar nuevos lectores y supone una bocanada de aire fresco en las posible lecturas escolares.

miércoles, enero 23, 2013



Vacas flacas,
Teresa Broseta,
Algar, 2012, (Calcetín mágico, 78).
 

Desde hace varios años la palabra “crisis” forma parte de nuestro vocabulario habitual. Todo es crisis. Todo está teñido de crisis. El pesimismo y la angustia parece que nos hagan pasivos y no nos dejen actuar.
¿Cómo hablar a los niños de crisis? Es difícil hacerlo sin caer en el victimismo ni en la autocomplacencia. Pues bien, “Vacas flacas”, de Teresa Broseta, es un relato fresco, optimista y lleno de alegría que se centra, precisamente, en la dichosa crisis.
Andrés es un niño que, de la noche a la mañana, ve cómo su mundo confortable se viene abajo con la aparición de las terribles “vacas flacas”. Su padre, albañil, se ha quedado sin trabajo y eso precipita los problemas. Deben dejar su casa porque no pueden hacer frente a la hipoteca, pero son acogidos en casa de la abuela Mamelé. Lo que parece una situación dura y angustiosa se resuelve con el optimismo de la abuela que, a toque de silbato, va organizando su casa para acoger no solo a Andrés y a su familia sino a sus otros tíos que también están en la misma situación.
Lo importante del relato es que el lector observa cómo el ingenio y el sentido común, además del optimismo, hacen que incluso las situaciones más duras puedan ser vividas con normalidad. La familia de Andrés y la de su prima Mar conviven en una misma casa, la de una abuela excéntrica y luchadora, que no permite que nadie se venga abajo.
Son interesantes las notas cotidianas del día a día. Cómo se invierte tiempo en comprar y en buscar las mejores ofertas, cómo se lucha por salir adelante con la creación de un banco de tiempo y cómo, al fin, la unión permite que la sensación de derrota desaparezca.
La vida de Andrés da un vuelco, aprende a convivir con el resto de sus primos, descubre que muchos de sus amigos del colegio viven también acogidos en otras casas y, al fin, valora lo que él es capaz de hacer para salir adelante porque todos en casa de Mamelé tienen una función.
Muchos son los personajes que aparecen en el libro, algunos simplemente se mencionan y otros, como verá el lector, tienen un papel decisivo en la resolución del conflicto. Destaca la humanidad de Mamelé quien con sus ideas va sacando adelante a su familia y ofreciéndoles, de nuevo, un motivo para ilusionarse.
“Vacas flacas” es un relato bien trazado, que, en primera persona, nos muestra el desarrollo de la crisis desde los primeros momentos hasta el final del túnel o, al menos, el principio de final. Destaca la habilidad de la narradora en captar los sentimientos de Andrés y su especial percepción de la vida.
El libro es un texto muy idóneo para trabajar en el aula o compartirlo en familia porque aborda una serie de cuestiones muy serias y actuales que conviene explicarles a los niños para que sepan y entiendan, sin dramas, pero sin mentiras, qué es la crisis.
El texto se destina a niños desde 10 años y está ilustrado por Lorena Soriano.

martes, enero 22, 2013




Las princesas también se tiran pedos
Ilan Bernman / Ionit Zilberman,
Algar 2010

No hay nada tan maravilloso para una niña como una princesa de cuento. Perfecta, impecable, bella. Nada parece perturbable. Vive por y para el escaparate. Ni come ni bebe ni siquiera va al lavabo. Es el modelo de perfección y también de aburrimiento.
Poco a poco se han ido trasgrediendo los tabúes principescos y nos hemos enterado, por ejemplo, de que las princesas también lloran; pero lo que no sabíamos es algo tan íntimo como que se tiran pedos. Y esa es la novedad del libro que estamos recomendando, Las princesas también se tiran pedos. El título ya invita a la sonrisa y, en algunos casos, puede ser tachado de irreverente, pero a los niños les encantará poder pronunciar la palabra pedo sin que nadie les advierta que esa “palabra no se dice”.
En el cuento, Laura le pregunta a su padre si son ciertos los rumores que circulan por el colegio de esa particularidad de las princesas. El padre investiga en sus libros y, juntos, descubren que es algo común y que princesas como la Cenicienta, Blancanieves o la Sirenita han tenido episodios de flatulencia que casi casi han cambiado el curso del cuento. Ahora bien, esa novedad, lejos de empañar la reputación de las princesas, las pone a la altura de las niñas, sus más fervientes admiradoras y les permite contemplarlas con nuevos ojos y sentirlas más cercanas.
El cuento escrito por Ilan Brenman y traducido por Josep Franco Martínez muestra que, en el fondo, todos nos igualamos porque todos tenemos unas mismas necesidades y unos mismos comportamientos. Muestra que no hay que hacer aspavientos ante algo tan normal como es tirarse un pedo. Seguro que los primeros lectores disfrutarán con la historia, sean niños o niñas, y se lo pasarán en grande imaginando a la Cenicienta en pleno ataque de pedos o Blancanieves envuelta en una nube tóxica que ella misma ha provocado.
Las ilsustraciones de Ionit Zilberman recogen la ternura de la historia y separan muy bien el plano real, formado por Laura y su padre, del plano imaginario, integrado por las princesas y el resto de personajes de ficción.
En definitiva, Las princesas también se tiran pedos, es uno de esos cuentos que demostrará a los pequeños que la lectura es divertida, aparte de mostrarles que la perfección no existe ni falta que hace.



 

Al otro lado de la esfera,
Consuelo Jiménez de Cisneros,
Luis Vives, 2011. Alandar, 78.

Al otro lado de la esfera, de Concuslo Jiménez de Cisneros, es una novela emocionante. A simple vista se podría decir que, por el tema, es una novela histórica, aunque, como veremos, va mucho más allá.
El relato, estructurado en varios capítulos y escrito en tercera persona, escoge como personaje a Pedro, un joven niño, de Castilla que, al quedarse huérfano de padre, ha de ir a La Rábida con un pariente y allí completará su educación. Pedro es un muchacho despierto, muy observador y discreto que vivirá la aventura de su vida, ya que será uno de los grumetes que acompañe a Cristóbal Colón en el descubrimiento de América.
Ahora bien, que ningún lector piense que la novela es aburrida ni predecible, en absoluto. No aburre porque la autora sabe meterse en el alma de los personajes, en su trastienda por así decirlo. Parte de unos hechos históricos documentados, pero sabe cómo ahondar en las emociones y en los sentimientos.
Los personajes están hábilmente trazados y parece que el propio Colón sea también un ser de ficción o que los de ficción sean reales, tal es la simbiosis que se establece. De estas criatura destaca el plano de carne y hueso, sus anhelos, sus dudas, sus vacilaciones y su grandeza como seres imperfectos que son. El propio Colón es el ejemplo de lo que estamos comentando.
Al otro lado de la esfera narra el gran descubrimiento que hizo que el mundo fuera otro y añade el resto de viajes que hiciera Colón y los sinsabores por los que tuvo que pasar.
Se cierra con la muerte del almirante y la explicación de dónde están sus restos…
Pedro, por su parte, ha crecido, es un joven que ha aprendido a vivir, a luchar por lo que quiere, que sabe qué es la amistad y el respeto y que encuentra, al fin, el amor. Pedro ha vivido, por lo tanto, un viaje iniciático al lado de Cristóbal Colón.
La novela está repleta de curiosidades, de descripciones, de detalles que permiten al lector curioso imaginarse cómo fue de verdad la conquista. El relato mezcla, sabiamente, historia con ficción e incluye algunos episodios emocionantes y continuas reflexiones que hacen que el lector se sienta, aún, parte de esa expedición.
El propio Colón escribe, al final, una especie de testamento que viene a ser un poco esa reflexión que nos podemos hacer en voz alta tras la lectura:
“Mucha gente nos juzgará en el futuro. Para unos, seremos santos y héroes; para otros, villanos y esclavistas. Sólo Dios puede examinar nuestros corazones y el afán que guaba nuestro espíritu. Al hombre corresponde únicamente examinar los hechos: yo fui el primer, los demás me siguieron. Yo abrí el comienzo de una ruta que otros completarían”.
En suma, una novela destinada a los jóvenes lectores que también atrapará al lector adulto.

jueves, enero 17, 2013

María García Esperón,
Libros & Libros, Bogotá, 2013.

La emperatriz del Reino Amarillo es, como la define su autora María García Esperón, una “fantasía medieval”. El relato, destinado a los lectores desde 10 años, está escrito con gracia y frescura. Se divide en 12 capítulos que, de alguna manera, simbolizan un año, una historia completa con principio y final, aunque, en el relato el tiempo sea impreciso y amplio.
Destacan distintos registros que aportan dinamismo al texto y hacen que sean varias las posibilidades lectoras y muchos los lectores. Por un lado, se nota una fina ironía en las descripciones de algunos personajes, en las pretensiones de unos, en los logros de otros. Por otra parte, hay momentos de una belleza estilística indudable, momentos en que la poesía se abre paso entre la prosa y hace que el relato se remanse y todos creamos escuchar las voces de los tiempos. También, hay algunas reivindicaciones acerca de las desigualdades sociales y un intento de lograr una sociedad utópica, igualitaria. Por último, sin duda, destaca el tono mágico que envuelve el relato. La emperatriz del Reino Amarillo, por así decirlo, es un cuento de hadas actual, en donde las hadas sí hacen su papel, pero también adoptan otras posiciones; en donde las princesas han de demostrar que lo son; en donde no siempre el que más tiene es el mejor ni siquiera resulta ser el príncipe adecuado y, por supuesto, donde las apariencias engañan.
Alicia es una condesa que tuvo una infancia distinta: trabajaba Coamo cualquiera de sus posibles sirvientas. Su padre, el conde Aceituna siempre estaba de mal humor, aunque también se mostraba melancólico. Su madre, la condesa Antaña, vivía muy ocupada en tareas mundanas. Alicia era muy feliz porque siempre había vivido así. Un viejo sabio fue el que trajo el futuro de la niña cuando nació y el que estableció que debía aprender a no ser servida sino a servir. Y es que Alicia estaba predestinada a ser, como dice el título, la emperatriz del Reino Amarillo. Dicen que el azar está trazado ya en la vida y que no existen las casualidades. Eso demuestra la escritora cuando hace que la acción se traslade de espacio y abandone el condado europeo -¿Asturias?- para llegar a las tierras de la lejana China, en donde Alicia será, al fin, emperatriz, aunque aún le queden muchas peripecias por vivir.
Hay un personaje singular en el relato. Nos referimos al hada Farina, enamorada secretamente del conde Aceituna, y deseosa de lograrle la felicidad que, sin duda, tiene al alcance de la mano, pero que no ve. No es capaz de ver. Frente a un personaje tan mágico como Farina, aparece otro real, histórico, el emperador Federico, quien tiene un papel decisivo en la historia.
La narradora, por otra parte, aparece continuamente en el relato para afirmar, juzgar, justificar y contemplar, a veces divertida, otras respetuosa y algunas, en fin, burlona, el devenir de unos personajes que van fraguando una historia hermosa, como si fuere uno más de los tapices que adornan el hogar de los condes.
Los símbolos son también importantes en el cuento: el traje medieval, el hechizo para lograr la felicidad, el baúl de cortezas, la escritura del hada… No se olvida el paso del tiempo, el presente, el pasado y, sobre todo, el futuro, así como el amor, la memoria y la melancolía.
A menudo, nos parece dar a entender María García Esperón, pasamos por encima de lo realmente importante y nos apesadumbramos por aquello que no tenemos, cuando, y lo demuestra Alicia en su sencillez, lo básico es ser y no tener. Como bien leemos en un momento del relato: “Salas enteras de la casa de su padre estaban llenas de objetos ociosos que habían proporcionado minutos y horas de ese placer efímero que es el de poseer, para luego pasar a ocupar una zona oscura en la memoria de la compradora, entelarañarse y volverse inservibles”.
Sin duda, la vida de Alicia y su recompensa final, hacen que el cuento tenga de verdad un final de cuento de hadas, pero bien merecido.
El relato está ilustrado por Michelle López Deksnys que, en blanco y negro, da vida a estos personajes y a la magia que los envuelve.
Decíamos al principio que La emperatriz del Reino Amarillo es una lectura destinada a niños y niñas desde 10 años. Pensamos que la edad se alarga hasta el infinito e, incluso, puede encogerse, como la magia. Y es que nadie se resiste al conjuro: “Hace muchos, muchos años...”.

martes, enero 15, 2013



Cuaderno de tierra firme,
Anjel Lertxundi
Alfaguara-Serie Roja, 2001.
 

Anjel Lertxundi, en “Cuaderno de tierra firme”, nos ofrece en forma de muy breves capítulos algunas piezas importantes para entender la vida de un hombre, en este caso la vida de Román Corta. En una tercera persona muy diluida, el narrador nos cuenta cómo Román, un escritor, encuentra, paseando por la playa de Zarauz, una botella con un mensaje dentro. Este hecho anecdótico no tendría nada de especial si no fuera porque tropieza con una persona meticulosa, de imaginación asombrosa y herida por la enfermedad. Román ha sufrido un infarto recientemente y debe cuidarse, por eso pasea y por eso tiene tiempo para reflexionar más allá de lo que los ojos ven.
El relato nos habla de una pasión, la pasión por conocer, pos saber, por entender que hay más allá de las apariencias. Román se siente atrapado por el mensaje de la botella y, de forma obsesiva, trata, con todos los medios que tiene a su alcance, de encontrar quién es el tal Pata de Palo que firma el mensaje.
“Cuaderno de tierra firme” no es una novela regular porque no interesan mucho las cosas que pasan, sino las que se recrean en la mente de Román. Sus lecturas, sus afectos, sus frustraciones, sus miedos y sus pequeñas victorias todas salen a la luz, salen a su encuentro conforme trata de profundizar en ese mensaje.
El texto está escrito de forma natural, asombrosamente diáfana, pero también poética porque Román puede ser cualquiera de nosotros. Sufre las miserias que sufren los cuerpos, pero no deja que su corazón interfiera y, sin saberlo, va construyendo una crónica emotiva y emocionante de su propia vida, de sus fantasmas interiores, de la mujer que siempre ha amado y que no le correspondió, Pilar; de esas pequeñas cosas, en suma,  que hacen que la existencia sea distinta siemre y, a la vez, tan igual.
En “Cuaderno de tierra firme” hay  un homenaje claro a la literatura, a la “Isla del tesoro” y a las novelas de aventuras, pero también a los cronistas de Indias e, incluso, a los conquistadores. Es también un tributo a los marinos vascos, aunque repasa fragmentos de historia cercana y antigua. Porque una vida, como la de Román, como la nuestra, no va en línea recta, sino que está formada por muchos cristalitos, como un caleidoscopio.
La vida de una persona puede cambiar por un azar, por algo breve y casi imperceptible, la vida de Román cambió por una botella que contenía un mensaje, aunque el mensaje, bien mirado, era lo de menos, ya que lo que importa, lo que le importa al lector, es asistir a la crónica de una pasión, la pasión por existir, por ser… aunque sea por poco tiempo.
El libro, escrito inicialmente en vasco, está traducido al castellano por Jorge Jiménez Bech.
Excelente novela, intimista, tierna, llena de humor y algunas pinceladas de ironía. Una buena compañía para cualquier tarde de invierno. ¿Por qué no ésta misma?

martes, enero 08, 2013



Tras el cristal,
Ricardo Gómez,
Madrid, SM, 2012
Gran Angular, 298

 

Tras el cristal  de Ricardo Gómez es como un tapiz de tonos delicados y frágiles que, desde lejos, podría pasar desapercibido, pero, conforme de acercas, va ganando en matices y adquiriendo la grandeza de lo aparentemente normal.
El autor escoge como punto de partida un personaje singular, un observador de la vida, un contemplador del mundo. El dependiente de una tienda que, sin duda, pasaría completamente desapercibido, adquiere el protagonismo porque es él quien se ha fijado en otros personajes que van y vienen, que pasan por delante del cristal de su tienda, con sus miedos, sus limitaciones, sus esperanzas y sus secretas ilusiones. Es éste dependiente quien presenta, de manera velada, a los personajes que, en los siguientes cuentos, cobrarán protagonismo.
Así, Tras el cristal se estructura en 11 cuentos (10 si excluimos la presentación del mismo nombre). Ricardo Gómez capta la magia de lo anónimo, de lo casual, de lo efímero, de lo apenas perceptible y muestra que, en las acciones más cotidianas, si se sabe contemplar bien, se pueden encontrar fragmentos muy ricos en los que las emociones, los secretos, los anhelos… se exhiben sin tapujos.
La muerte, el destino, la enfermedad, la vejez, los miedos… son temas que van dándose la mano en el libro y tejiendo, poco a poco, este tapiz mágico del que hablamos al principio.
La casualidad o el azar hacen que las cosas, que las personas, que los sentimientos se entrelacen mientras que una especie de demiurgo, en este caso el dependiente, disfruta contemplándolo mientras hace de su propia vida un espejo en el que se reflejan las de los demás.
En el libro hay cuentos de belleza deslumbrante, cuentos en los que la ternura es el eje esencial, cuentos que descubren las ansias últimas de los seres humanos que a veces son tan sencillas como querer leer o interpretar una última pieza. Los personajes de Tras el cristal parecen frágiles, ésa es la metáfora, pero son resistentes y luchan, a su manera, contra el paso del tiempo, contra la caducidad de las cosas, contra el destino.
Sin duda, un libro para saborear despacio, destinado a todos los lectores puesto que las reflexiones que propicia a todos nos pueden llegar. La soledad, el amor, la amistad, la muerte, los recuerdos… ¿quién puede sentirlos ajenos?

viernes, enero 04, 2013



Comparto con todos este hermoso poema de María García Esperón. Es un texto precioso, lleno de luz y que contiene un mensaje bien actual. Sin duda, no nos podemos permitir, en estos momentos, ni el pesimismo ni el desencanto.

A los Reyes Magos
 les pedí un deseo
 en una mañana
 muy clara de enero.

 A los Reyes Magos
 les pedí un regalo:
 una yerba buena
 para el desencanto.

 A los Reyes Magos
les pedí un futuro
hecho de pasado
y de sueños puros.

 A los Reyes Magos
 les dejé en la sala
 para sus camellos
 jarras de esperanza.