sábado, marzo 30, 2013

“Musgo”/ “Molsa”
David Ciriri, Barcelona, Edebé, 2013-03-30

 

“Musgo” (“Molsa” en catalán) es el último Premio Edebé de Literatura Infantil. David Cirici escoge como protagonista del libro a un perro quien, con su mirada limpia,  inocente y realista, alude a la sinrazón de las guerras y a sus peores consecuencias. Nos parece un acierto esta mirada distinta porque Musgo, el perro, no adopta cualidades humanas, como sería el caso de una fábula, sino que, sin dejar de ser perro, logra conmover a los lectores porque nos permite entender, desde el punto de vista emocional del animal, los errores que los humanos cometemos y las injusticias que nos hacemos a nosotros mismos.
Musgo es un perro que vive con su familia, que adora a sus dos niños y que ve como, de la noche a la mañana, su mundo se viene abajo porque su casa es destruida por una bomba  y, con ella, desaparecen sus niños, la razón de su vida. Musgo empieza así una peripecia vital impresionante porque necesita comer y sobrevive gracias a su instinto y a la ayuda de otros perros, pero en su olfato sigue, aunque sea muy débil ya, el aroma de Janinka y Mirek, sus pequeños amos.
David Ciriri logra hacernos creer que es el propio perro quien explica sus recuerdos, sus frustraciones, sus anhelos y sus puntos de vista. Musgo se convierte en un personaje redondo que, sin ser racional, sí sabe entender qué es bueno y qué es malo.
La novela se desarrolla en torno a las fechas de la Segunda Guerra Mundial en algún país ocupado por los nazis, ya que, sin nombrarlos, aparecen varias referencias. El episodio más duro, sin duda, es el que alude a los campos de concentración. Musgo acaba, junto a otros perros, en uno de estos campos vigilando a los prisioneros, aunque no es una tarea que les guste mucho, como se puede comprobar al final.
Interesa mucho en el relato el sentido del olfato canino que David Cirici recoge con absoluta nitidez. Los olores que percibe Musgo y que nos hace percibir a los lectores son distintos a los que sentimos los humanos, como es destinta su manera de actuar y sus prioridades. Llegamos a la conclusión, eso sí, de que el perro es mucho más noble que el humano, como muestra Musgo y como sospechamos los que tenemos perro y sabemos de su inteligencia innata.
“Musgo” empieza y acaba de la misma manera; es, por así decirlo, la historia de una vida y el testimonio de un momento de nuestra historia del que, particularmente, no nos podemos sentir orgullosos. Gracias a la tenacidad de Musgo, a su empeño y a su olfato, el desenlace es mucho mejor de lo que habríamos supuesto al principio.
El relato está escrito de forma impecable y se organiza en torno a 15 breves capítulos. Esther Burgueño lo ilustra y capta los momentos más importantes del relato con sus imágenes en blanco y negro; en las que se aprecia la magia de unos personajes unidos por lazos mucho más fuertes que la propia sangre. La portada, por ejemplo, en tonos sepia, resume la esencia de “Musgo”.
Es un texto emocionante y, como ya hemos dicho, conmovedor, lleno de ternura; aunque también de crítica y de reflexión social. Es un libro muy adecuado para los lectores desde 10 años y, sin duda, para los adultos. A los pequeños les encantará la historia de Musgo y a los mayores les permitirá entenderse mucho más a sí mismos y cuestionarse gracias al enfoque del perro mucho más humano que el de muchos hombres.

miércoles, marzo 27, 2013




La edad del loro/ L`edat del lloro,
Gisela Pou, Barcelona, Edebé, 2013, Tucán.
 



Rita sufre, por así decirlo, los daños colaterales de ser hermana de un famoso de última hora. Quino es el actor de moda y todas las quinceañeras del país están locas por él. “La edad del loro” es, por así decirlo, una radiografía aparentemente desenfadada, pero cargada de intención crítica de ciertos aspectos de nuestra sociedad actual donde las apariencias parecen ser más importantes que la realidad.
En primera persona, Rita cuenta algunos momentos de su vida y cómo acaba yendo a la consulta del psicólogo porque su madre la ve rara. Y su único problema es su hermano. Para ser exactos, la ausencia del hermano que ha sido abducido, de alguna manera, por el personaje que interpreta en la televisión.
“La edad del loro”, que en catalán es “L`edat del lloro”,  presenta una serie de personajes muy bien caracterizados por el ojo certero de la propia Rita. Ésa es una de las cualidades del libro, que la autora ceda su protagonismo a la protagonista. Rita nos habla de su familia. Una familia que ya no puede considerarse atípica puesto que su padre es el que se ocupa de ellos, mientras su madre, cantante en una banda de jazz, está fuera gran parte del tiempo. La madre de Rita, Camila, es un personaje excéntrico, muy real, que derrocha energía y que supone un vendaval –a veces huracán- en la vida de su familia. El padre es un hombre sereno, que ha aprendido a nadar y a guardar la ropa y que está atento a las distintas necesidades de todos, aunque, aparentemente, no lo parezca. El hermano es un personaje frívolo, ocupado en aparentar y en seguir siendo famoso. Y Rita se deja llevar por sus propios impulsos y acaba comerciando con las reliquias de su hermano, por así decirlo, para ganar un dinero y poder reparar su bicicleta.
Ahora bien, la gran lección moral que podemos leer entre líneas, es que, como dicen los padres de Rita, toda acción tiene su consecuencia y la niña acaba dándose cuenta de que lo que ha hecho no ha estado bien. Ha perdido a su mejor amiga y, de paso, ha sido castigada con algo que le ha hecho mucho daño: no poder ir a la “pedalada” que se organiza en su escuela.
La novela está organizada en 11 capítulos y destaca por el trabajo psicológico ya que las emociones son muy importantes para el desarrollo de la trama. Gisela Pou muestra conocer muy bien los entresijos afectivos de sus personajes puesto que logra un relato directo, efectivo, muy bien construido y para nada ñoño ni predecible.
“La edad del loro”, por otra parte, ofrece momentos de humor, de parodia y de ternura, así como las contradicciones que vive una joven, Rita, que está en pleno crecimiento.
Las ilustraciones, en blanco y negro, de Francisco Ruizgué, son claras y profundizan también en las emociones de Rita.
Una novela, en suma, que gustará a grandes y a pequeños puesto que, de alguna manera, todos nos vamos a ver reflejados en alguno de los personajes.

Publicado en Culturamas

martes, marzo 19, 2013



El día que Gluck llegó a la Tierra,
Jordi Sierra i Fabra, Algar, 2013, (Calcetín Azul, 83)

¿Puede alguien decir de dónde vienen las genialidades? ¿Quién tiene la llave maestra que puede cambiar el mundo? ¿De dónde vienen las mejores ideas? Acaso se pueda creer en la casualidad, en la improvisación, en la intuición o, incluso, en la ciencia infusa.
Jordi Sierra i Fabra apuesta por otra posible respuesta. ¿Cómo llegó Steve Jobs a crear la marca Apple? “El día que Gluck llegó a la Tierra” es un texto narrativo que cuenta una historia increíble. Steve es un chico de 11 años, muy despierto e imaginativo. Una noche es testigo por azar de un robo en una joyería y el inspector de policía que investiga el caso lo interroga. Hasta aquí todo verosímil. Lo que ya hará que los lectores abran los ojos es la aparición de un ser especial, Gluck, el extrarrestre que salva la vida a Jobs, aunque nadie crea en su existencia.
Entre los dos niños, el terrícola y el alienígena, se establece una relación de amistad. Gluck se ha escapado de su casa y necesita cargar de energía su nave.
El relato, lleno de guiños al lector, combina la ciencia ficción con lo cotidiano. Gluck no es un extraterrestre malo, sino solo travieso y Steve es un muchacho que aprende rápido. A Gluck le gusta la comida terrestre, en especial las manzanas, que es una fruta con una carga entre metafórica y simbólica en el relato.
Finalmente, la narración se desenvuelve de una forma rápida e inteligente. Jordi Sierra i Fabra homenajea al creador de Apple de una manera especial ya que imagina un origen especial para la marca. ¿De dónde viene la manzana mordida? Es un regalo del pequeño ser a su amigo, un regalo muy especial, como todos sabemos. La novela queda abierta y dejamos a Steve en formación hacia sus brillantes
La novela va destinada a los lectores a partir de 12 años y es un relato ágil, lleno de aventura y de momentos emocionantes. Es el relato de un niño abierto a las novedades, que no cuestiona lo que ve y que está dispuesto a llegar al fondo. Hay muchos elementos característicos del estilo “sierraifabrano”, por decirlo así: frases breves, personajes que se presentan gracias al diálogo, referencias a la música y esa especial mirada que Sierra i Fabra destina hacia lo que parece que no es y que acaba siendo.
Jordi Sierra i Fabra, además, aprovecha para realizar otro homenaje, esta vez a la película “E.T.” ya que hay momentos en el relato, sobre todo al final, que nos recuerdan mucho al film de Spielberg.
Por otra parte, el libro ha sido premiado con el Vicente Silvestre de Literatura Infantil.

lunes, marzo 18, 2013

Arena en los zapatos (Sorra a les sabates),
Pep Molist. Maria Espluga
Combel Editorial / Bambú, 2013.


“Arena en los zapatos” es un libro que invita a la lectura doblemente: por la historia que narra y por el formato que presenta. Los pequeños lectores, desde 5 años, seguro que encontrarán muy emocionante la peripecia de la protagonista, María.
En tercera persona, Pep Molist, narra, de forma clara, aunque también poética, el primer encuentro entre una niña y un libro. ¿Qué ocurre cuando alguien aprende a leer? ¿Qué mundo nuevo se abre en la mente en el preciso momento en que las letras comienzan a tomar forma y a querer decir algo? Sin duda es uno de los grandes hitos del ser humano que María descubre con toda la fuerza de su corta edad.
Los hermanos de la niña le dicen que “meterse en un libro” es algo único y ella no entiende muy bien cómo se logra, pero le fascina la idea. Un día, al fin, se queda sola en la biblioteca y logra iniciar una aventura fabulosa. Al principio no sabe cómo hacerlo, pero acierta a ver una escena al otro lado de las páginas: tres niños se divierten en la playa. María quisiera entrar, pero se le resiste el libro. Al fin, se pone a leer y es en ese momento cuando se produce la magia y se mezclan realidad y ficción. María no solo lee, sino que se siente de verdad transportada a esa playa; tanto es así que cuando regresa su madre a recogerla… María lleva arena en los zapatos.
¿Verdad o imaginación? No nos importa en absoluto porque la alegría que puede producir en los niños sus primeras lecturas es lo que Pep Molist ha descrito de una forma metafórica y muy poética. Las ilustraciones de Maria Espluga, por otra parte, permiten a los que aún vacilan en las letras entender el proceso que sigue María y cómo el libro se convierte en un objeto, en una especie de talismán hacia la aventura.
“Arena en los zapatos” es un cuento especial, como acabamos de ver; un cuento en donde lo que importa es la imaginación y el descubrimiento de la lectura; aunque no debemos olvidar tampoco  la tenacidad de María quien, con obstinación infantil, logra traspasar al mundo de papel y apreciar todo lo que contiene de mágico.

domingo, marzo 17, 2013


Anaya, 2007. Serie Amarilla


Una promesa es un relato delicioso dirigido a los niños de 6 años en adelante que habla de la amistad de dos ninfas, Becky y Bea, que juegan juntas en su charca y se divierten continuamente.
No obstante, la autora, Carmen Pellicer, en Una promesa trabaja con la metáfora continuamente para explicar a los más pequeños algo tan delicado como es la muerte. El mensaje, es evidente, se lee entre líneas y ha de interpretarlo un adulto.
Hoy en día, en nuestra sociedad parece que se viva de espaldas a esa realidad. Nadie quiere saber nada de la muerte y, es más, a los niños se les miente y se les hurta la posibilidad de despedirse de sus seres queridos.
Un buen día se les dice que ya no están y se acude a medias tintas, con lo cual el pequeño puede generar un trauma ya que, en su mente, siempre quedará la duda de si su abuelo o abuela, por poner un ejemplo, se marchó sin querer saber nada de él.
Pues bien, Carmen Pellicer emplea la alegoría y, gracias a estas dos ninfas, que son inseparables, trata de explicar que la vida es una continua transformación.
Becky, un día, se hace mayor y se metamorfosea en una libélula. Las dos amigas sabían que muchas de ellas se iban para no volver y se preguntaban qué había más allá de la charca en donde pasaron sus mejores tiempos. Es más, trataron de seguirlas sin éxito.  Se prometen, de ahí el título del cuento, que la que salga primero volverá a buscar a la que queda y no la olvidará.
No obstante, no es tan fácil. Becky cambia de cuerpo y no puede mojarse ni llegar al fondo de la charca, pero sigue, de alguna manera, velando por su amiga y está contenta de poder hacerlo.
Sabe que, como escribe la autora: “¡Un día volveremos a encontrarnos!”, se dice mientras piensa en todas las cosas preciosas que descubrirán juntas cuando surquen el cielo”.
El relato es conmovedor y quizá lo entiendan mejor aquellas personas con creencias religiosas, no obstante el mensaje es muy claro y positivo. Se habla de la metamorfosis, del cambio sin angustia, de forma bella y esperanzada. Aparte, el valor de la amistad late en todo el relato y es lo que le da sentido.
El cuento también recrea con detalles  la cotidianidad de estas ninfas, sus actividades, los otros animales que viven con ellas, los peligros que corren y las ilusiones que albergan.
Una promesa está ilustrada por Sandra Aguilar con unos dibujos realistas, muy claros y directos, para que el pequeño lector pueda seguir fácilmente la lectura.
No obstante, lo ideal sería, como ya se dijo, que un mayor acompañase al niño a la hora de leer el cuento y aprovechase para hacerle ver el valor simbólico que contiene, que es, tal vez, lo más importante.
Es importante que la literatura infantil también aborde cuestiones delicadas como la muerte y trate de acercarse a los niños sin aspavientos, con naturalidad, pero con un texto bien escrito, lleno de connotaciones afectivas y de ternura.
Bea lo pasa muy mal cuando su amiga se marcha, pero re recupera, para satisfacción de Becky, quien la ve jugar desde el cielo se siente contenta porque ha cumplido su promesa sin renunciar a la ley de la vida.


















lunes, marzo 04, 2013

Conxita Larrull. Ilustraciones Paloma Marchesi,
Serveis Funeraris de Barcelona, 2008.


Hay temas, como la muerte,  que, en nuestra sociedad, aún se consideran tabú para los niños. Con frecuencia se trata, equívocadamente,  de ahorrar sufrimientos a los pequeños y se les hurta la posibilidad de vivir su propia experiencia. Parece como si el adulto tejiera un muro para que el niño no pudiera ver qué hay al otro lado.
Es importante que se entienda, desde la infancia, el hecho de morir. Ahora bien, también resulta muy difícil hacerlo. Por eso, nos parece muy acertado el texto “Sintiendo su olor” en el que Conxita Larrul, con exquisita sensibilidad, trata, de forma directa y emotiva, este tema.
En primera persona, una niña de 6 o 7 años recuerda el momento en que su mundo se vino abajo. Fue cuando murió su madre en accidente. La pequeña atraviesa por distintos estadios desde la rabia y el miedo, hasta la frustración y la difícil aceptación. Tres hermanas, una adolescente, la narradora y otra de 3 años, viven de distinta manera ese mazazo que la vida les tenía preparado. Su madre ya no está y el hueco que deja es tan grande que nadie podrá llenarlo nunca. La pequeña va de colonias porque así lo hubiera querido su madre y allá descubre la cara del dolor. Una de sus profesoras la ayuda a sentirse mejor o al menos más tranquila. Es así como, la familia cierra filas en torno a la madre que no está en presencia, pero sí en espíritu. Poco a poco, aprenden a vivir de una manera diferente.
“Sintiendo su olor” es un libro hermoso, muy bien narrado, que ahonda en la psicología infantil y, con infinito tacto, trata de hacer entender a otros niños cómo se siente uno ante el vacío que significa la muerte. Las ilustraciones de Paloma Marchesi centran la historia y permiten que el lector conozca al personaje ausente, el de la madre, en torno al cual gira la historia.
El libro se completa con una serie de consejos para padres y educadores que pueden ser de gran utilidad a la hora de acompañar en el duelo. Se incluye una cuidada bibliografía que permitirá ampliar sobre el tema.
Los niños, en suma, no han de sentirse excluidos de nada, porque también sufren la ausencia de los seres queridos y se les debe permitir vivirla y asumirla sin cercenar sus derechos.
El libro debería formar parte de las bibliotecas escolares y, por qué no, de las personales. Es un libro que plantea muchas preguntas, pero que allana algunos caminos.