domingo, julio 26, 2015

Esta entrada, se me perdonará que esta vez personalice, recoge parte de la emoción que he sentido al ser nombrada, ayer día 25 de julio de 2015, cañetera de honor, en Cañete, el pueblo de mis ancestros paternos, enclavado en plena serranía conquense con él que me unen afectos y cariños. Cañete suele acogerme en su Alvarada siempre con generosidad para que pronuncie alguna conferencia.
Ayer, en presencia de distintas autoridades, con la familia y los amigos, recibí un galrdón que, acaso, es el que me une más con mis raíces y que agradezco con humildad y alegría.
Simplemente quiero reproducir parte del discurso de Don Miguel Romero Sáiz, alma de la Alvarada y un renancentista donde los haya, y el poema tan sentido que me dedicó mi buen amigo D. Julián Ibáñez, el poeta de Cañete.


El acto se celebró en la Iglesia de San Julián y fue el pórtico de la XVII Alvarada.
Estas son algunas de las palabras del Dr. Romero:


Para darse satisfecho con lo sencillo, se necesita un alma grande” y tal vez estas palabras de Arturo Graff vienen al hilo para definir a esta mujer que hoy nos acompaña y que hemos querido reconocer como Cañetera de Honor por sus condiciones, por su amor a Cañete y porr su generosidad con la Alvarada.
No sé si hablar de ella es tanto como hablar de su poesía, como hablar de su texto narrativo o como hablar de quien bien ama su profesión; dedicándole gran parte de su vida. Vivir es elegir y yo creo que ella supo elegir ese camino y así lo sigue haciendo, cabalgando tal cual profeta del tiempo. [...]
Mucho qué decir y mucho qué contar de esta mujer que se siente cañetera y que hoy está sintiendo el calor de ese pueblo que sabe, como ninguno, demostrar la afabilidad cuando el momento llega.
Pus bien, Anabel, que ese título de CAÑETERA DE HONOR te sirva para seguir creyendo todavía más en nosotros y en estas piedras milenarias que hicieron a este lugar cantar a los dioses en batallas y hechos, creyendo que así se haría más grande el sentir humano. [...]
Sean, pues, para ti estas palabras mías en nombre de todos y sea para toda tu familia, un momento de orgullo y satisfacción, ya que “los instantes mágicos son irrepetibles” y sigue soñando porque “donde hay un sueño hay un camino”.

Y este es el poema, rotundo y sonoro, escrito por D. Julián Ibáñez:



A Doña Anabel Sáiz Ripoll
Me es grato comparecer
En esta presentación
Para poder exponer
Y mil gracias ofrecer
A Ana Isabel Sáiz Ripoll

Escritora, profesora
Ama de casa y esposa,
De varios libros, autora
En hispánicas Doctora
Madre sentida y dichosa

Cañetera de postín
Me da igual donde naciera
Del uno al otro confín
Cañete es su banderin
Y su orgullo, cañetera.

Si hay alguien que se merece
Ser cañetera de honor,
Que en cada Alvarada ofrece
Sus trabajos que engrandece,
Es Anabel Sáiz Ripoll.
Es mi deseo que la XVII Alvarada se viva con el esplendor y la participación que merece.
Referencia en Voces de Cuenca 
Referencia en Las Noticias de Cuenca 
Nombramiento en Voces de Cuenca
Fotos de Alberto Asensio

viernes, julio 17, 2015





Chancho-Pancho,
Maurice Sendak,
Kalandraka, 2015

Chancho-Pancho (2011) es el último libro que Maurice Sendak escribió e ilustró en vida, ya que el autor americano falleció en 2012. Resulta fascinante observar como un artista de la talla de Sendak mantuvo su irreverencia hasta el final. Podríamos decir que el texto y las ilustraciones siguen siendo iconoclastas, como el resto de sus obras también reseñadas en este blog. Sendak se sigue riendo de las convenciones y apuesta por un niño listo, que huye de los corsés establecidos, que nada tiene que ver con los dogmas impuestos por la sociedad y que, por encima de todo, es creativo. Sendak apuesta por el lector cómplice, aquel que no juzga, sino que se deja llevar y disfruta porque, al fin y al cabo, ese es el último sentido del arte.
Miguel Azaola es el encargado de traducir el texto y lo hace con ironía, con jocosidad, respetando al autor y, a la vez, siendo muy original, ya con la versión del título que  es Bumble-Ardy. En catalán se ha traducido como Bombi-Dandi y en portugués como Chico-Chorao. En cualquier caso Chancho-Pancho es un título sonoro, onomatopéyico y que presagia lo que el lector encontrará al abrir las páginas. De alguna manera el título español es también un homenaje a uno de los grandes personajes de nuestra literatura porque, si pensamos bien, entre Chancho-Pancho y Sancho Panza hay, al menos fonéticamente, muchas similitudes. El juego está servido. Además, como es sabido, el término "chancho" es un sinónimo de "cerdo".
 La historia, rimada en varios momentos, a base de agudos en "ón" es sonora y roza lo esperpéntico. Nos habla de un cerdito que no pudo celebrar sus primeros ocho cumpleaños por motivos obvios (si el lector contempla las imágenes entenderá por qué) y al que su tía Asunción adoptó. Fue ella quien cuando cumple los 9 le regala un disfraz y eso al cerdito le gusta tanto que organiza, a espaldas de su tía, una fiesta a la que acude todo el mundo. Cuando decimos todo el mundo, queremos decir todos los cerdos ("la cochinada", como se lee) del lugar. 
La fiesta se describe como una acumulación de acciones: "se hartaron de bollos, bizcochos, galletas, gruñeron de gisto e hicieron piruetas". La concurrencia se anima tanto que la fiesta se convierte en un caos, hasta que llega la tía Asunción y los echa a todos con una amenaza bien extraña, viniendo de una cerdita: "Si cuento hasta 9 y en este salón sigue habiendo un solo cochino gorrón, lo convierto en lonchas de lomo y jamón". Finalmente, Chancho pide perdón a su tía y esta, que tiene buen corazón, se lo otorga.
El texto es sencillo, se construye a base de enumeraciones, oraciones simples y algunas coorinadas, y mantiene el ritmo, gracias a la rima que suele repetir y a la acumulación de términos que va recuperando a lo largo del relato. Las exclamaciones, en ese sentido, son también importantes. Hay pocos diálogos, pero los que se mantienen entre la tía y Chancho son muy plásticos y se acercan al teatro del absurdo, con la extraña promesa de Chancho que dice, ante el enfado de su tía, que no va a cumplir los 10. ¿Los cumplirá? Esa ya sería otra temática...
A Sendak le gusta incorporar los recursos del cómic y así lo hace una vez más, ya que, no solo emplea los típicos bocadillos, sino cartelees, notas que, juntos, dan una bgran plasticidad al relato.
Las ilustraciones están llenas de color y de elementos que entroncan, una vez más, con la irrevenrencia, porque son figuras grotestas, descoyuntadas y excéntricas. Si nos fijamos en las páginas centrales, en donde no hay texto, solo ilustración, entenderemos mejor qué queremos decir. No hay un espacio libre, todo lo ocupa la imagen y mires donde mires encuentras una criatura estrambótica en actitudes anticonvencionales y, eso sí, llenas de vida y entusiasmo. Sendak aplica la misma técnica que ya vimos en Donde viven los monstruos.
El relato, en suma, recoge una fiesta de cumpleaños, pero... ¡qué fiesta! y alude, quizá sea ese el último propósito del autor, a los niños malcriados y sobreportegidos, en este caso por una tía permisiva que no sabe poner límites a su sobrino, quizá por lástima, quizá por sobreprotección.
Chancho-Pancho se leerá con la sonrisa o la carjada prendidas, pero eso no impedirá que captemos la crítica que siempre subyace en Sendak. Es un texto que, sin duda, acabará convirtiéndose también en un clásico de la literatura infantil.
El hecho de que el personaje sea un cerdo que no es un personaje habitual en los textos destinados a los niños porque, desde las fábulas, no goza de muy buena fama, nos hace pensar en el pensamiento de Sendak que siempre fue un paso por delante de su sociedad.

lunes, julio 13, 2015

Gatito y las vacaciones,
Joel Franz Rosell - Constanze v. Kitzing
Kalandraka, 2015.

Gatito y las vacaciones es un relato muy oportuno puesto que llega a los niños justo en el momento de empezar las vacaciones. Podríamos pensar que, tras el curso, las vacaciones colman las expectativas del niño, pero no siempre es así, como le ocurre al Gatito, protagonista del relato.
Joel Franz Rosell escribe, de manera muy clara, con una estructura marcada y acumulativa, acerca de otras posibilidades estivales. Los amigos de Gatito hablan de sus planes veraniegos, mientras que Gatito se mantiene callado. Pata se irá a la playa, Conejita a casa de los abuelos, Ardilla se repatirá entre un camping y la montaña, Erizo se irá al extranjero... Ahora bien, pese a que, inicialmente, estas vacaciones parecen estupendas, hay algo que no se le escapará al lector. Los amigos de Gatito tienen ya marcadas sus vacaciones y suena muy bien eso de ir a la playa o al extranjero; pero, el inconveniente, es que no estarán con sus padres o no con los dos a un tiempo. El padre de Pata no puede veranear porque trabaja, lo mismo ocurre con los padres de Conejita; en cambio los de Ardilla están separados y, para colmo, Erizo va a  Inglaterra solo y se alojará en casa de unos parientes lejanos.
Gatito llega a casa y pregunta, uno a uno, a todos los miembros de su familia. Es la madre quien le da la respuesta: "Nos quedaremos aquí, no vamos a ninguna parte". Gatito se siente frustrado, piensa que sus amigos se lo pasarán mejor que él, aunque no ha pensado en algo distinto que le recuerda su madre: la familia de Gatito veranerará junta. Por lo tanto, no importa dónde vayas, sino con quién estés y ese es un mensaje importante e, insistimos, muy oportuno, para los niños.
En plena crisis económica y moral, parece fácil dejarse impresionar por los demás, cuando lo importante es sentirse parte de una familia y saber valorado y querido. A menudo, las vacaciones se convierten en un despropósito en el que se compite a ver quién ha ido más lejos. En tu propia ciudad, seguro, hay tantos detalles que no conoces que puedes aprender a verla con ojos de turista.
Los modelos familiares han cambiado y también las formas de vivir. Lo importante es que cada uno se sienta a gusto con sus decisiones y sus posibilidades. Gatito no viajará al extranjero ni irá a la playa, pero, como le dice su madre, tendrá unas vacaciones fantásticas.
Interesa insistir en un punto. Los compañeros de Gatito no presumen de vacaciones, solo muestran sus planes y, de paso, queda claro, que no hay un modelo mejor que el otro, que las necesidades son distintas y, por lo tanto, también lo es el ocio. Cuando Pata, Conejita, Ardilla, Erizo y Gatito se reencuentren en septiembre tendrán mucho de que hablar. Seguro.
Las ilustraciones de Constanze v. Kitzing muestran, los rostros de los personajes para marcar mejor las emociones. Los ojos, el gesto, la boca son elementos muy importantes en estos dibujos en llos que se muestran los animales, vestidos como humanos, pero sin perder su aspecto animal. 
Los cuentos de animales son muy queridos por los niños y, este, destinado a los pequeños desde 4 años, sin duda, no será una excepción. 
Interesa destacar también que Joel Franz Rosell no opina ni se posiciona porque pretende mostrar que todos los modelos familiares son válidos, que no hay uno mejor que otro. El personaje de Gatito, que aparece ya en otros relatos de los mismos autores, sigue acompañando al pequeño lector, en esta ocasión, en sus vacaciones.