EL DISCO DEL TIEMPO
MARÍA GARCÍA ESPERÓN, SM,
MÉXICO, 2004
(El Barco de Vapor, 8)
“El disco del tiempo” fue premio El Barco de Vapor 2004, en México. Han pasado desde entonces varios años y la fascinación por la historia que narra esta escritora mexicana, María García Esperón, sigue creciendo. Los lectores que se acerquen a la novela encontrarán un relato bien estructurado y una muy exhaustiva documentación detrás de la historia, aunque eso, lejos de lastrar la trama con una carga de detalles eruditos, la dota de mayor realismo y atractivo.
¿Qué haría cualquiera nosotros si fuera requerido por correo electrónico para protagonizar la mayor aventura de su vida? Es lo que le sucede a Nuria, estudiante mexicana de informática y a Philippe, un joven francés que ha dedicado parte de su vida a crear una página web sobre el disco de Festos. Pues bien, ése es el encargo de reciben: encontrar el verdadero significado del disco. El azar o la casualidad o los dioses hacen que estos dos chicos se encuentren y unas fuerzas con un tercero, Marco, también mexicano, y estudiante de historia. Juntos llegan a Creta y juntos viven experiencias que les llevarán a interpretar el disco de Festos como una especie de oráculo, una especie de objeto para viajar en el tiempo. De hecho, María García Esperón lanza esta hipótesis para aguijonear a los estudiosos del tema y hacer que sus mentes y sus corazones se pongan a trabajar y traten, al fin de encontrar, el porqué de esta fabulosa pieza de la arqueología minoica.
No obstante, el libro es mucho más que eso puesto que la autora, enamorada de las lengua antiguas y de la cultura grecolatina, intercala, junto al relato actual protagonizado por los tres chicos, los avatares de los verdaderos protagonistas del disco, aquellos que hicieron posible su creación; esto es, Minos, Egeo, Teseo, Ariadna y, por encima de ellos, Dédalo, el gran Dédalo. Claros y sombras se van tejiendo en torno a estos personajes míticos que hicieron de la griega una cultura floreciente. La escritora les da humanismo y hace que cobren vida para nosotros y que parezcan personajes contemporáneos puesto que sus deseos, pasiones y ambiciones son las mismas que podamos tener cualquiera de los seres humanos que vivimos este convulso S. XXI, no menos convulso que la época en que la cultura minoica vivió su máximo apogeo. Si leemos despacio lo que nos cuenta María García Esperón entenderemos que detrás de los mitos se oculta una interpretación del tiempo, de los fenómenos de la naturaleza, de la vida y de la muerte.
“El disco del tiempo” une Internet con el pasado y lo hace de manera fácil, sin aspavientos porque la escritora sabe de las virtudes de Internet y de sus inconvenientes; por eso trata de implicar a los jóvenes en un proyecto del pasado con herramientas del presente y del futuro. Como dice el profesor Dimitri, uno de los personajes más ambiguos de la novela, “… quiero que sean los jóvenes quienes descubran esos mensajes, por ellos mismos, que los jóvenes los presenten a los jóvenes a través de las herramientas de comunicación que su tiempo les ofrece”.
La novela, creemos, está destinada al público juvenil y adulto, no al infantil como reza en la solapa del libro, porque su lectura requiere un bagaje de experiencias y cultural que los niños aún no tienen. En manos de la autora, el idioma se dulcifica y se transforma, sobre todo, en los capítulos protagonizados por los personajes del pasado; entonces el relato adquiere tonos de gran belleza, casi líricos, puesto que se introduce en la mente y en la voz de esos seres que vivieron hace miles de años y que quisieron atrapar el tiempo, aunque, como a todos los humanos, se les escapó de las manos… ¿o no? ¿O es que el disco encierra un mensaje que, como aventura la autora, nos permitirá entrar en comunión con la eternidad? ¿Algún dios tendrá piedad de nosotros y nos tenderá la mano del conocimiento?
Tampoco hay que olvidar las referencias geográficas, el afán por apresar la topografía griega que es también protagonista del relato. Zeus y Poseidón, cada uno en sus dominios, hacen y deshacen a su antojo y van cambiando la faz de la tierra griega. Los diálogos entre los tres jóvenes son realistas y jugosos y no carecen de ironía. Otros personajes secundarios adquieren interés como el editor griego, el vehemente patriota cretense que se niega a adaptarse a las normas establecidas. El análisis psicológico que realiza de los personajes griegos antiguos es, asimismo, notable. Encontraremos a una Ariadna torturada por su destino, a un Dédalo exiliado una y otra vez, a un Egeo condenado a la tristeza, a un Minos que no sabe qué hacer con fuerza, a una Pasífae consciente de su magnetismo y, en definitiva, a un universo que nos evoca ese tiempo en que el mar, Thalassa, lo fue todo.
“El disco del tiempo” es, por así decirlo, un oráculo de los tiempos modernos. Y es que la palabra oráculo, como explica la propia autora en el epí-logo, es “el lugar de la palabra”.
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