domingo, septiembre 11, 2011

Josete y Bongo van de Safari
Marinella Terzi y Rosanna Vicente Terzi.
Ilustraciones Philip Stanton,
Macmillan, Madrid, 2010.
(Librosaurio)



Es importante aceptar la rutina diaria y saber darle un toque especial, para que no resulte aburrida. Hay que saber aderezar las situaciones cotidianas con la magia de la infancia. Es lo que hace Josete quien, con su fiel perro Bongo, planea una aventura monumental, llena de peligros, de obstáculos. Josete y Bongo parece que estén en la selva y necesiten estar alerta para evitar ser pisados por los animales o sufrir cualquier percance. Nadie como Josete y Bongo saben lo que cuesta… cruzar una calle. ¿Cruzar una calle? ¡Efectivamente! Porque Josete y Bongo van de safari, de Marinella Terzi y Rosanna Vicente Terzi, no es el relato de ningún safari por Kenia, por ejemplo, en absoluto. El safari al que se refieren las autoras transcurre en una ciudad cualquiera, como podría ser Madrid, Barcelona o Sevilla y los peligros a los que se enfrentan Josete y su perro son los normales, cruzar por un paso de peatones, estar alerta ante el semáforo, andar por las calles y escoger qué desayuno tomar… Solo que vivido con mayor intensidad, por supuesto y con los ojos de la imaginación. El safari de Josete es el de cada día puesto que se refiere al trayecto que debe seguir para ir al colegio. Su perro, fiel guardián, lo acompaña hasta la puerta y después regresa a casa.
De esta manera tan original se presenta el relato. Las ilustraciones completan mucho la imagen que podemos hacernos de los peligros y de los propios personajes y Philip Stanton logra una simbiosis muy interesante con los elementos propios de una selva y los propios de la ciudad. Por lo tanto, las ilustraciones no son elementos decorativos, sino que forman parte directa de la historia.
Josete y Bongo van de safari, además, contiene otros valores como es el de la amistad o la superación de los obstáculos. Josete vive cada día con intensidad y, poco a poco, va creciendo porque, en el fondo, el libro habla del proceso de crecimiento que todos los niños experimentan y Josete no iba a ser la excepción.
En suma, el libro es de fácil lectura, muy intensa, por otra parte, y gustará mucho a los pequeños exploradores que cada día van al colegio y que, por qué no, pueden convertir ese desplazamiento en una aventura llena de novedades. Así, cada día será distinto al anterior. La lectura se destina a los pequeños lectores, hasta 6 años.
Ahora que la vuelta al cole es inminente, este libro puede ayudar a los más pequeños a verla desde una perspectiva distinta, más divertida y menos angustiante. Volver al cole es un reto… que los niños deben superar. Josete ha encontrado una buena manera de hacerlo.


1 comentario:

  1. Muchas gracias, Anabel, por esta estupenda reseña. Siento haberla descubierto dos años después. Más vale tarde que nunca... Un saludo

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