domingo, octubre 19, 2014







El libro del Bullying,
Eric Kahn Gale,
Edebé, 2014.

¿Qué es un pringao? ¿Y cómo se escoge? ¿Quién decide por qué un chico ha de ser motivo de burla y de escarnio? Es muy difícil saberlo, pero Eric Kahn Gale, basándose en sus propias experiencias, nos ofrece una respuesta estremecedora en El libro del Bullying.
El relato, escrito como si fuera una novela de misterio, ofrece dos perspectivas: la del acosado y la del acosador. Es este último, Eric Haskins, quien pone el dedo en la llaga. Eric siempre ha sido un niño normal, que no ha destacado en nada, pero que ha vivido con tranquilidad hasta que, por un motivo que el ignora, todo cambia. Empiezan a reírse de él, es objeto de burlas vejatorias, se queda sin amigos... Decide, contra todo pronóstico, empezar a investigar por qué es el pringao y como lo han escogido.
La originalidad de El libro del Bullying es que nos ofrece dos puntos de vista, como dijimos. Hay dos narradores, perfectamente definidos por la tipografía del libro. El acosador es desapasionado, escribe con aparente frialdad y viene a decirnos que, para sobrevivir, hace falta que otro sea el que caiga, de ahí la búsqueda de la víctima. El dichoso libro, que pocos conocen y algunos desmienten, es el objetivo de Eric quien acaba descubriendo que se remonta a muchas generaciones más atrás, tantas que es el propio director del centro quien, en su día, escribió las pautas para escoger al pringao. Pautas que han pasado de mano en mano, que se han conservado y se han adaptado y que, por fin, Eric une para que las nuevas generaciones comprendan, esa es la esperanza, que detrás de la víctima han mucho dolor y sufrimiento.
El libro del Bulling da algunas respuestas y permite entender un poco más cómo se siente el niño acosado y lo difícil que es descubrir que está sometido a acoso, porque el acosador se encarga, muy bien, de hacer desaparecer todas las pistas.
El texto, escrito con fluidez y transparencia, ofrece una investigación psicológica también porque es muy importante poder entender qué hay detrás del bullying aunque no sea nada fácil hacerlo.
La novela se destina a los lectores desde 12 años, aunque el lector adulto debería también seguirlo, sobre todo aquellos que están en contacto con los adolescentes, sean docentes o padres, porque, El libro del Bullying arroja pistas importantes para localizar y atajar la violencia gratuita, en las aulas, que suele ser casi siempre psicológica.

Primer capítulo




Adagio, Allegro ma non troppo, Lento,
Mireia Farriol,
Stonberg Editorial, 2013.

És molt difícil parlar de poesia i comentar-la perquè la poesia, sobretot la lírica, no pot ser mai mesurada. Ara bé, sí podem parlar de les emocions i sentiments que ens creen les paraules, en aquest cas, de la Mireia Farriol. La Mireia és una dona ferma, que sempre està cercant noves possibilitats i que sap que el camí mai es tanca del tot.
Mireia Farriol Gil (Barcelona, 1943) ha dedicat la seva vida laboral a la ciència, doncs és Metgessa i doctora en Bioquímica a l`Hospital Universitari Vall d`Hebron. Des de l`any 2009 és alumna de l`Escola d`Escriptura de l`Ateneu barcelonès on ha començat aquesta nova faceta, la de la poesia, on segueix actualment.
Ens podria sobtar que una dona de ciència, una persona acostumada a les exactituds, es dediqui a escriure poesia. Sembla estrany, però no ho és, perquè ciència i poesia, en el fons, van ben unides. Els científics saben que no tot es pot explicar per la raó i, en aquest moment, entra la poesia, vestida amb cura i preparada per actuar allà on tenim més guardat el tresors de les emocions.
Bé, Adagio, Allegro ma non troppo, Lento  és un poemari dens. L`autora organitza els seus versos en tres parts:
I.Dies sargits
II.Matèria i Bioquímica
III.Tocata i Fuga

Comença, a "Dies sargits" l`autora ens parla dels dies passats, de la seva joventut, envoltada per les circumstàncies polítiques que va viure aquest país i que, d`alguna manera, van fer que la Mireia cerqués en altres indrets allò que la realitat li amagava. "Humitat / dels anus cinquanta" ens diu, per exemple en un vers. O el record de la seva mare, quan evoca l`ascensor que, ara, "No fa olor de res. / Ja no m`hi espera la mare". O al poema "Sabatilles", que "avui ja no hi són". És aquesta sensació de que no passa res i mai passarà perquè no es pot parlar: "Romandre endormiscat. Mutisme". La Mireia aconsegueix imatges molt potents partint d`elements quotidians com es la goma d`esborrar: "La distància hi ha passat / la goma de l`oblit". I la evidència, la tristor d`aquest temps inútil: "Resten pocs dies / per omplir-ne el càntir vell".

A "Matèria i bioquímica", l`autora segueix fent una mena d`intinerari personal i ens parla dels anys de la plenitud, del seu descobriment de la ciència, però ho fa amb humilitat, tot cercant encara respostes. Gràcies a la ciència, la Mireia Farriol ha entès les coses petites, els elements naturals, ha entès que el temps tot ho capgira, però ella s`alegra perquè "encara sóc viva". Torna a reprendre algunes imatges de la primera part, como és la del càntir que representa la pròpia vida i escriu: "Més enllà de l`amor, de l`abandó / per anar a ceges / amb l`infern dins el càntir". Al cap i a la fi: "Capítols i poemes resten engaltzats / pel mateix oratge vital: / les flors, el bosc, el taüt".

A "Tocata i Fuga" arribem a l`actualitat, al moment on Mireia Farriol fa una mica de balanç, reconeix on és i imagina on vol anar. En aquest moment l`escriptura, la poesia, és bàsica perquè ella es pugui explicar a sí mateixa el paisatge de la seva vida actual. "Escric contra / la meva condició concreta  / de ciència de resultats / factibles...". Novament el temps: "Només en tinc un / i no es pot intercanviar".  El poema "Punt i part" és, segurament, un dels més directes on la Mireia sap, perfectament, per la seva condició de científica, que pot esperar del futur, però abans de que arribi, guanya temps al temps, per fortuna dels seus lectors.

Celebrem, amb alegria, aquest primer poemari de la Mireia Farriol, tan acurat, tan pensat i tan dubtat alhora, i sabem que, ben aviat, ens oferirà un nou llibre on retrobarem a aquesta dona humil, modesta i plena de paraules sobre la vida i el temps. Nosaltres les volem llegir,

jueves, octubre 16, 2014






Tránsito,
Elba García Hernández,
Escritura entre las nubes, 2014.



Tránsito es la biografía de Bernardino García. ¿Quién fue Bernardino García? Es difícil condensar en un libro toda una vida, pero Elga García Hernández, su hija, lo hace y consigue una obra de gran calidad literaria y, sobre todo,  humana.
En tercera persona, como un narrador observador y testigo, se desgranan los avatares de este hombre que, como tantos otros de su generación, sufrió los sinsabores de una guerra que lo marcó para siempre.
Es difícil escribir una biografía y mucho más cuando la persona a las que vas a contar es tan cercana como sucede entre Elba y su padre. No obstante, de alguna manera, la autora logra distanciarse y emplear un tono neutro, porque lo que pretende Elba García no es escribir un panegírico ni un elogio, sino algo más porque intenta sacar a la luz a un hombre de carne hueso, con sus dudas y quimeras, con sus limitaciones y sus fortalezas.
Bernardino García fue un hombre que se hizo a sí mismo, escultor, autodidacta, sentimental, emprendedor y soñador. Bernardino ha dejado en su familia una honda huella que se puede percibir en Tránsito.
El libro se estructura en capítulos breves que desmenuzan una vida, desde el nacimiento, hasta su muerte. Poco a poco, la figura de Bernardino va quedando más clara y se nos aparece como la de un hombre de palabra, que estuvo preso en la terrible cárcel de Fyfees de Tenerife, que pasó por un duro peregrinaje hasta poder regresar a su tierra. No obstante, fue capaz de recoger en un retina nuevos paisajes, nuevas formas de ver la vida y enviar a su mujer, Amalia, una visión de los hechos menos dura porque Bernardino obviaba lo escabroso y se centraba en los pocos aspectos amables de la vida para no preocupar a su joven mujer, sola, con dos niños, esperando. Siempre esperando.
Elba García no habla, pues, solo de su padre, sino de su madre, de sus abuelos, de parientes, de amigos, de todo un tejido social que ella quizás no entendió de pequeña, pero que, con la madurez, ha sido capaz de organizar y realzar en toda su importancia.
El estilo de Elba es claro y evocador. Recrea la vida de antaño,  cómo se celebraban las bodas,  las comidas típicas,  algunas costumbres ya en desuso; se detiene en ciertos paisajes y emplea palabras cargadas de emociones. Es minuciosa con su información, se ha documentado y sabe bien qué se dice, aunque a veces no puede evitar opinar al respecto.
La biografía Tránsito puede leerse, incluso, como una novela cercana al realismo mágico porque Elba recrea, imagina a veces, ilustra, se sorprende, fabula en ocasiones y siempre es capaz de evocar en el lector una emoción, un sentimiento.
No es fácil mostrar la intimidad de la propia vida. Elba nos regala la vida de su padre y la suya propia, de mujer atenta, observadora, de niña que creció sin su padre, pero a la que no le faltó jamás su cariño. Elba nos regala esos momentos de gloria en que un hombre fragua su destino, pese a los inconvenientes, pese a los quebrantos y a las zancadillas; como la persona es capaz de sobreponerse una y otra vez si, de verdad, tiene una ilusión y sigue su camino.
Elba García hace algo muy difícil en este homenaje a su padre, logra elevarlo a categoría literaria y superar los localismos y los particularismos, porque al lector, en suma, le atrapa el personaje desde el principio.

domingo, octubre 12, 2014



El extraordinario ingenio parlante del Profesor Palermo,
Jordi Sierra i Fabra,
La Galera, 2014.


El pequeño Gustav, de 9 años, malvive como puede por las calles de Lyon. Huérfano de padre y madre, sobrevive robando lo mínimo para no morirse de hambre. Un día asiste, escondido, a una sesión del profesor Palermo que le cambiará la vida. Todo el mundo opina que el profesor Palermo es un gran ventrilocuo porque no se le nota nada cuando habla su muñeco, pero solo Gustav averiguará el origen último de Klaatu.
El extraordinario ingenio parlante del Profesor Palermo es un libro de ciencia ficción, pero supera el género porque también es un relato iniciático e histórico (repasa los acontecimientos más importantes del S. XX) y contiene aún varios registros más, como la crítica social.
El valor, la amistad, el amor, el dolor son ingredientes fundamentales en este relato de Jordi Sierra i Fabra quien permite que el lector vaya, poco a poco, captando la historia y adentrándose con normalidad en el origen de Klaatu, un extraterrestre que ha de esperar muchos años para poder arreglar su nave y regresar a su planeta ya que, en la tierra, aún no se ha avanzado lo suficiente en tecnología.
La novela está narrada en primera persona por un narrador protagonista, Gustav, quien no olvida deudas ni afectos y quien muestra cómo, en la vida, todo es cuestión de aprendizaje y de integridad. Para él la lealtad y la memoria son esenciales. Gustav se convierte también en mago, aunque su vida se complica con el estallido de la I Guerra Mundial y con todas sus secuelas. Gustav también vive una historia de amor, aunque, insistimos, sin renunciar a su vida interior.
Gustav conoce lo mejor y lo peor del hombre, acaba en la cárcel y renace de sus cenizas porque tiene una misión que cumplir que el lector aprenderá y valorará en su justa medida.
El extraordinario ingenio parlante del Profesor Palermo ha sido premiado por los propios lectores con el quinto premio La Galera y no nos extraña. Es un texto ágil, aunque se remansa en algunos momentos para ofrecer retazos de la historia reciente, porque, sin memoria, no hay progreso y el olvido solo sirve para repetir errores.
Sierra i Fabra sigue brillando con su escritura que, en esta ocasión, es de gran calidad literaria e, incluso, poética. El paso del tiempo con sus vaivenes, la naturaleza humana con sus contradicciones y la presencia de un ser de otro mundo que, con objetividad, sabe darle el nombre justo a las realidades hacen que la novela sea completa y, por decirlo de una manera coloquial, redonda.
En principio va destinada al público adolescente y juvenil, pero no defraudará al público en general. La buena literatura o es o no es. No hay más.



jueves, octubre 09, 2014






Cuentos de hadas,
Varios Autores,
Zonacuario, Ecuador, 2014.

¿Dónde viven las hadas? ¿Están entre nosotros? ¿Qué sienten, qué comen, que anhelan? Algunas hadas buscan el amor, otras desean conocer mundo, algunas se confunden y se vuelven extrañas, otras solo quieren ayudar... Para las hadas, criaturas de la imaginación o de los sueños, nada es imposible. A veces, incluso, cuentan sus secretos y, si nos estamos quietos, podremos llegar a percibir su vuelo brillante por encima de nuestras cabezas.
Eso lo saben bien Enrique Pérez Díaz, María García Esperón, Seve Calleja y Liset Lantigua. Y lo saben tan bien que cada uno, según su pensamiento, según su manera de entender el mundo, nos ofrece una visión especial y particular de las hadas en este libro colectivo que es Cuentos de hadas.
Para empezar, Enrique Pérez Díaz se pregunta ¿Se jubilan las hadas? y la respuesta es que no, obviamente, aunque las hadas a veces no acaban de entender el mundo moderno o, mejor dicho, los niños de hoy no aprecian los dones de las hadas y no se sorprenden ante su capacidad de crear ilusión, por desgracia. El hada protagonista se tropieza con todas las dificultades del mundo hasta que, al fin, un niño cree en ella y eso la salva del olvido.
María García Esperón opta por el texto cargado de símbolos cuando escribe El hada Ayer. Es imposible que el hada Ayer se encuentre con el Ahora, del que se ha enamorado, sin perder ella misma su esencia. A la escritora mexicana le preocupa el tiempo y sus relaciones. Entre pasado, presente y futuro tal vez existan más lazos de los que, incautos humanos, nos pensamos y el hada Ayer nos los muestra, aunque en ello empeñe su propia existencia.
Seve Calleja prefiere adentrarse en la mitología asturiana y nos habla de La lamia enamorada quien cuenta su secreto al joven del que se enamora, porque prefiere dejar de ser a no sentirse querida. A menudo, tememos a lo desconocido y creemos que es peor que nosotros mismos, por eso huimos, como le sucede al joven del relato, quien se desilusiona al ver que la chica de la que se ha enamorado es una lamia, para sufrimiento de la misma.
Por último, Liset Lantigua nos desvela, en La Bella Durmiente, un secreto. La joven no sucumbió ante el hechizo de ninguna bruja, sino de un hada resentida porque las hadas, cuando se enfadan, no resultan demasiado agradables, como puede leerse en el relato.
Los cuatro cuentos nos hablan de un mundo antiguo, al que se llega por el camino de la emoción; de un mundo donde es posible la extrañeza, la emoción, la ternura en estado puro, pero también el sobresalto, la duda, el miedo y la sorpresa ante lo desconocido.
Cuentos de hadas une cuatro voces narrativas distintas, cuatro registros, cuatro estilos, que, con su especial manera de sentir, dan respuestas o, mejor aún, formulan buenas preguntas. Las mejores preguntas. Si abrimos el libro lo sabremos y quizá sepamos entender un poco la especial manera de ser de las hadas que, existir, existen.
Sozapato, Sofía Zapato,  se encarga de las ilustraciones y lo hace unificando, de alguna manera, las versiones de los cuatro autores, porque recrea, para el lector, a los personajes de los relatos y les da rostro y emoción. Son ilustraciones llenas de color, evocadoras y, por qué no, juguetonas, como lo son, a veces, las hadas.

miércoles, octubre 08, 2014






Ojos de lechuza o cara des pescadilla / El enigma de la habitación cerrada,
Luisa Villar - Álvaro Núñez,
Edebé, 2014. (Tucán)


A Luisa Villar la llaman "la Dama del Misterio de la Literatura Infantil y Juvenil" por su habilidad a la hora de escribir historias de detectives, llenas de intriga y misterio. Luisa Villar se acerca al pequeño lector, se pone a su altura, y le ofrece relatos bien elaborados en los que el niño es el protagonista, pero sin renunciar a las claves del género negro.
En esta ocasión , Charli, el hijo de un superdetective, es el protagonista de Ojos de lechuza o cara de pescadilla y El enigma de la habitación cerrada, que forman parte de la serie "Supercharli detective y su robot". Son dos relatos, destinados a lectores a partir de 8 años, que se pueden leer de manera independiente, aunque pertenecen a una misma serie y se repiten escenas, descripciones y personajes. Podemos mencionar, por ejemplo, a la Sra. Marga, la señora que cuida del niño y que no mantiene ningún patrón propio de las canguros (es autoritaria, mandona, no sabe cocinar apenas y parece guiarse por sus propias reglas) o aRobi, el robot de Charli, un robot muy hábil y bien descrito, que es capaz de pensar y de ayudarle a resolver los pequeños grandes enigmas y que comparte protagonismo con el niño. La madre de Charli, por otro lado,  es el personaje ausente, aunque se la menciona a menudo. Está viajando,  se ha alejado del padre para darse tiempo y decidir acerca de su futuro común. El padre, el superdetective, es un hombre de buen talante, bastante desbordado por el día a día y con poca habilidad para enfrentarse a los asuntos domésticos.


 En cada entrega se narra un caso en concreto y se presentan nuevos personajes. Así, en Ojos de lechuza se habla de una  falsificación de billetes en la que Charli es implicado y que, gracias a sus dotes de observación, acaba resolviendo. En El enigma de la habitación cerrada le ocurre algo similar, aunque en esta ocasión se trata del robo de una joya y de demostrar que la joven acusada es inocente. Siempre, de alguna manera, el menos sospechoso es el que acaba siendo el culpable y ese detalle es lo que permite al lector mantenerse con la atención activada hasta el final.
Charli es un niño simpático, al que le gusta emular a su padre, que ha aprendido a ser muy observador y que, sin resultar pedante, es capaz de llegar a conclusiones que admiran por su sencillez casi obvia, aunque a nadie se le habían ocurrido antes. Ese es el gran acierto de Charli.
Los relatos están escritos en primera persona, con gran fluidez narrativa, ya que Charli no se limita a explicar un caso, sino que aporta las pistas, la descripción de los hechos y, sobre todo, su propia realidad y las limitaciones que tiene por ser un niño y que él trata de superar con gracejo y simpatía.
Luisa Villar es muy hábil reproduciendo el discurso del niño, que se expresa con coloquialismos y con una frescura propia de la infancia que atrapa desde el primer momento. Las situaciones cotidianas se dan la mano con otras más estrafalarias que, sin embargo, no desentonan, en absoluto, porque Charli es un niño normal, solo que ha aprendido a emplear su capacidad de deducción porque quiere ser, de mayor, un detective reputado como su padre.
Álvaro Núñez es el encargado de ilustrar los libros y lo hace con unas ilustraciones directas, cercanas a la caricatura, que destacan aquellos aspectos más grotescos de los personajes -los ojos de la Sra. Marga, la boca de ciertos personajes, el sombrero de Charli, el robot...- y que causan diversión en quien las mira.

martes, octubre 07, 2014






 El rey que no podía dejar de estornudar,
 Roberto Malo y Fco. Javier Mateos.
 Ilustraciones de Blanca BK.
 Edebé, 2014. (Tucán)



El rey que no podía dejar de estornudar es una obra coral; esto es, escrita por dos autores y arropado por las ilustraciones de Blanca Bk.
El relato, destinado a los primeros lectores, presenta la estructura de un cuento tradicional, con fórmula de inicio y de cierre y personajes propios del cuento de hadas como es el rey. Ahora bien, se añaden elementos que enriquecen el texto y lo realzan. Si bien, se parte de una carencia inicial -el rey no deja de estornudar- y una necesidad de solucionarlo -se ofrece una gran recompensa a quien lo cure-, la manera de resolverlo, sin olvidar el clima mágico, es ocurrente y curiosa.
Un campesino decide ir a "los confines del mundo" para encontrar un remedio para el rey. Y lo encuentra, claro que sí, pero no de forma directa ya que conoce a otra serie de seres -la mujer que se rasca, el hombre que no deja de andar, el Espíritu del bosque...- a los que ayuda y que, a su vez, le ayudan y favoren una solución al dichoso estornudo del rey. La solución es tan sencilla como que un gaitero toque para el monarca.


Roberto Malo y Fco. Javier Mateos se divierten escribiendo el relato, no hay duda, y lanzan continuos guiños al lector adulto (los sabios no quieren cooperar para no darse ideas; se alude a los malos funcionarios...), pero sin olvidar al niño, el verdadero receptor del cuento.
La música, en esa corte lejana no era muy bien recibida porque "los músicos estaban muy mal vistos, ya que tenían fama de ser gente oportunista y de muy mal vivir". Podríamos añadir que se puede decir más alto, pero no más claro. Gracias a esa música, rechazada por considerarla perniciosa, el rey se salva y, por supuesto, "desde entonces en el reino nunca faltó la música". Esperemos que el final del relato se aplique a situaciones actuales.


El rey que no podía dejar de estornudar está escrito en 3ª persona y se organiza en varios capítulos breves. Las situaciones que se recrean son descritas de manera vistosa y la estructura encadenada favorece la atención del lector y consigue que el texto esté bien trabado.


Comentábamos al principio que Blanca Bk. ilustra el trabajo y lo hace de esa manera especial y tan característica que ella tiene. Sus ilustraciones, traspasadas de colorido, respiran ternura y delicadeza. Humaniza con sus pinceles a las criaturas que pueblan el relato y les da la nota cercana y cálida: el rey en pleno estornudo que asusta al gato y pierde la corona, la madre del joven campesino que tiene un solo diente, el campesino con coderas en el jersey,  los personajes excéntricos como el dinosaurio que lleva gafas y lee o el perro que toma una taza de té o la joven mujer que no para de rascarse y que podría ser princesa si se estuviera quieta. Los pequeños detalles son esenciales en la ilustración de Blanca Bk, de eso no hay duda.



El primer contacto que un lector tiene con el libro es el visual y la ilustración juega un papel esencial para crearle curiosidad y expectativas, para hacerlo leer. En este caso, la portada de Blanca Bk contiene los elementos más chocantes del relato y el asombro puro que nunca debe faltar en un buen cuento.

domingo, octubre 05, 2014






La reina de Turnedó,
Gloria Sánchez - Pablo Otero
Kalandraka, 2014.



Lo primero que llama la atención del título de este poema espléndido es la palabra "turnedó". Se puede ser, por ejemplo,  reina de corazones, reina del amor, reina de la primavera... pero ¿reina del turnedó? ¡Claro que sí! Gloria Sánchez, entre bromas y veras, eleva a categoría literaria la palabra de origen francés "turnedó" que no es nada más -ni nada menos- que un filete de solomillo de buey. Ahora bien, superado su significado, y limitándonos a escuchar la palabra, a decirla y a sentirla, no se puede negar su sonoridad y su categoría; así que... bienvenida a la reina del Turnedó.

El álbum, destinado a niños desde cinco años, es pura imaginación y pura diversión. Podríamos decir, incluso, que entronca con el nonsense porque los personajes que aparecen, a cual más disparatado, causan el alborozo y, sin duda, la sorpresa. En el jardín de la reina hay una mata, la princesa que la guarda, el lacayo, el caballo, el carro, el coche, el rey, el cuervo, el huevo que puso el cuervo y, como en los mejores cuentos, un dragón hambriento que amenaza con churruscarlo todo; aunque, en ese momento se produce una inflexión, y un doctor que  opera al dragón y libera a todos los personajes. Mientras, al dragón le queda un inmenso agujero que todos usan como flotador. A partir de ahí  ya todo es hilaridad y el poema nos conduce a la apoteosis final.

La reina de Turnedó, como estamos diciendo, presenta una estructura acumulativa y bebe directamente la literatura popular oral, la más cercana a la literatura infantil y su origen último. Es un poema en donde el ritmo es esencial ya que se pide, continuamente la colaboración del lector u oyente, en forma de curiosas acotaciones o de apelaciones directas. Los niños deben aplaudir, asombrase, exclamar, suspirar, lamentarse e, incluso, graznar. Los versos, en arte menor, inciden mucho en los finales agudos que aportan contundencia y contienen imágenes sorprendentes, metáforas, personificaciones, onomatopeyas, paralelismos, concatenaciones, entre otras, que muestran el minucioso trabajo de la autora.

La fórmula funciona porque, mientras, por ejemplo, un adulto va leyendo el texto central, el niño aguarda su intervención y, con cada exclamación y cada aplauso, se introduce más y más en el texto hasta lograr que niño y adulto vayan a un mismo son. Es más, el poema es idóneo para su memorización por su sonoridad y su estructura que encadena unos elementos con otros.

Si Gloria Sánchez, con su obra, logra un clima de libertad absoluto y una implicación total del niño, Pablo Otero, con sus ilustraciones, de aire abstracto, consigue algo más: favorecer ese lazo invisible entre lo sonoro y lo visual. El rojo y el negro se dan la mano para recrear unas situaciones tan estrafalarias que, gracias a la abstracción de los trazos, se pueden acabar entendiendo o aceptando al menos.

En suma, bienvenida sea La reina de Turnedó y gloria a los que la protegen y guardan su jardín porque de ellos será la imaginación. Y una advertencia: no se podrán leer solo los primeros versos... ya que el poema atrapa de tal manera que no se puede parar hasta el final y, aun entonces, hay niños -mi hija de seis años, por ejemplo- que me pide empezar de nuevo porque le fascina esa posibilidad que ofrece el poema de interacción.

Y... "Este es el jardín/ de la reina de Turnedó".Aplaudan, por favor.

jueves, octubre 02, 2014









Las aventuras de Tachín
Lucía Baquedano
Ilustraciones de Jacobo Fernández
Algar, Calcetín 56, 2014.


Lucía Baquedano recoge dos cuentos en este libro, "Tachín y la bruja" y "Tachín y las orejas de Miguel". Son dos relatos que pueden leerse por separado, pero que mantienen una continuidad en cuanto a personajes y a temática.
Tachín y sus compañeros de colegio, de segundo curso de primaria, viven, sin salir de su ambiente ni de su mundo cotidiano, múltiples aventuras gracias a su capacidad de observación, a su imaginación y su espíritu siempre curioso. Ahora bien, los líos en los que se meten acaban resolviéndose de forma positiva y dejan, en el lector, una sonrisa porque, con Tachín y sus amigos, los primeros lectores aprenderán que las apariencias son, a menudo, falsas.
Ternura, alegría, casualidades divertidas, equívocos graciosos y errores casuales son los ingredientes que maneja Lucía Baquedano para conseguir que la normalidad adquiera tintes especiales sin salirse, eso sí, de la realidad.
Todo es posible si lo mira un niño. Es posible que una bruja se esconda en la buhardilla o que un muerto aparezca en el aula para susto del lector que no podrá evitar la carcajada al descubrir quien es la bruja y quién el supuesto muerto.
El mundo infantil con toda su riqueza queda muy bien recogido por la pluma de Lucía Baquedano quien se vuelve niña al lado de Tachín, de Miguel, de Manuel, de las Chulicas, de la señorita Pili o de Lázaro, el conserje.
Los dibujos de Jacobo Fernández, realistas y precisos, anticipan, en cada capítulo, una pista o un misterio que, sin duda, quedará resuelto, siempre de la manera más disparatada pero, al fin y al cabo, no hay nada imposible para un niño imaginativo, observador y curioso como puede ser Tachín... o el lector.

miércoles, octubre 01, 2014








Una feliz catástrofe,

Adela Turín - Nellia Bosnia

Kalandraka, 2014.

En casa de la familia Ratón todo sigue un orden establecido que ha sido marcado por el señor Ratón. Él es el líder de la familia, él es el único que ha vivido aventuras, él único capaz de grandes proezas y el eje de toda la familia. Lo principal es el bienestar del padre. La señora Ratón, en cambio, es "dulce, modesta y dócil". Parece que lo que haga la señora Ratón carezca de importancia ya que está metida en su rol de esposa y madre. Se calla cuando su marido habla, tiene que preparar buenas comidas y estar atenta a sus menores deseos. Para sus hijos también pasa desapercibida... y eso que tiene ocho, dos ratones y cuatros ratoncillas. Ni más ni menos.
Toda esta situación injusta y claramente discriminatoria se soluciona gracias a una catásfrofe. Un buen día se les inunda la casa y, gracias a la señora Ratón, la aparentemente insignificante señora Ratón, sus hijos salvan las vidas. Ella es quien organiza el nuevo hogar, ella quien emprende grandes aventuras -y reales, no como las de su marido- y ella quien descubre parte de su potencial y el de sus hijos -aprende a tocar la guitarra-. Los ocho ratones reciben una gran lección y entienden  que ellos también pueden ser protagonistas de sus vidas, que se pueden divertir con poco y que no necesitan estar callados todo el día. ¡Ah! Y comienzan a valorar a su madre quien, en los malos momentos, reacciona como nunca se hubieran imaginado.
El relato, ahora bien, está abierto porque anticipa futuros problemas que, sin duda, seguirán trastocando el orden en la familia Ratón y propiciando nuevas aventuras.


Una feliz catástrofe se publicó en 1975 con la intención de replantear el papel de la mujer, madre y esposa, en la familia tradicional. Podríamos pensar que esta revisión hoy en día ya está desfasada, pero, por desgracia, nada más lejos de la realidad. La figura femenina sigue necesitando revisiones continuas, sobre todo la figura del ama de casa.
El relato, destinado a los niños desde 5 años, nos habla de igualdad y coeducación, aunque no se acude al registro docto o serio, sino al irónico y divertido. Nos cae simpática la señora Ratón desde el primer momento mientras que el señor Ratón se nos aparece como alguien engreído y fatuo que se humaniza, menos mal, cuando sufre un revés en la vida. De ahí el título del cuento, un oxímoron, que demuestra que las cosas malas no siempre lo son tanto y que, de los malos momentos, pueden salir grandes resultados.


Las ilustraciones, de Nellia Bosnia, recrean ambientes cercanos a los niños puesto que, como en una fábula moderna, la familia Ratón tiene las mismas necesidades que pudiera tener una familia humana y las mismas dependencias. Muy simpáticos son los ocho hijos, cada uno perfectamente caracterizado.
Los primeros lectores de hoy lo pasarán tan bien como los lectores de ayer, aquellos que rondan ya los 50 años. Kalandraka hace muy bien en retomar este clásico para propiciar la reflexión y el cambio en las nuevas generaciones.
 No hay que bajar la guardia, es cierto, y hay que continuar luchando contra los estereotipos sexistas que Adela Turín denuncia de forma amable, aunque directa y precisa.







Al sur de ninguna parte
Jordi Sierra i Fabra
Edebé, 2014

A veces deseamos un cambio en nuestras monotonías y, cuando sucede, nos damos cuenta de lo importante que es la pequeña vida de cada día, la vida anónima y, a la vez, tan rica como la que vive el narrador de esta novela de Jordi Sierra i Fabra: Fabio.
Fabio es un adolescente que vive en Balandú, un pueblo al que no se llega por casualidad, porque está rodeado de vegetación y resulta un bastión. Después de Balandú no se sabe qué hay, por eso, sus habitantes, a lo desconocido, lo llaman "Ninguna Parte". Balandú es un pueblo imaginario, situado en la Colombia profunda. Sierra i Fabra es capaz de recrear su exuberante vegetación, su clima, su riqueza y, a la vez, su pobreza porque Balandú está tan lejos que ni siquiera interesa a la guerrilla o los narcotraficantes.
El día que aparece el cuerpo de Luis Bernardo, los casi quinientos habitantes del pueblo, se despiertan sacudidos con la noticia de un asesinato y eso los despierta del sopor o del letargo en el que estaban tan cómodamente instalados.
Fabio es testigo de exepción ya que, desde la ciudad, envían a un policía para que investigue el caso. Leonardo Aguirre se hospedará en la casa de Fabio, una especie de hostal regentado por el abuelo. Fabio, huérfano de padre y con una madre ausente, se siente muy cercano al abuelo, quien lo instruye, le da ternura y orden y, sobre todo, lo guía en la vida. El abuelo es un personaje crucial para entender el libro. Es el personaje eje, que responde a uno de los referentes más queridos del autor. el viejo sabio. Gracias al abuelo, Fabio es un muchacho que ama la lectura y que no se ha embrutecido ya que es de los pocos que aprecia a Dimas, un joven retrasado que sufre las burlas de algunos vecinos.
Pudiera parecer que en Balandú nunca pasa nada y la sola llegada de Leonardo Aguirre pone patas arriba esa aparente tranquilidad.
Poco a poco conocemos a otros personajes, descubrimos el carácter del asesinado, un pendenciero sin escrúpulos y nos acercamos al desenlace con la esperanza de que no suceda lo que nos tememos; aunque, por encima de todo, entendemos la fuerza del amor y de la amistad. Y nos alegramos, claro que sí.
Jordi Sierra i Fabra mantiene un ritmo narrativo ágil, trepidante, aunque no urgente porque esta novela se va desgranando con mimo, a través de las observaciones de Fabio, quien no solo acaba descubriendo algún misterio de la vida y su propia fortaleza, sino que averigua dónde está el cuerpo de su padre, sepultado por una roca al final de la cascada.
Los sentimientos, las emociones que nos transmite la lectura son directos, no están contaminados porque nos llegan envueltos en la nobleza de Fabio. La novela se divide en 28 capítulos que siguen una estructura circular podríamos decir ya que, al principio, ya sabemos quién ha muerto puesto que Fabio, lo recuerda para él mismo y para los lectores. La intriga, por lo tanto, no consiste en saber quién muere, si no por qué ha muerto y quién lo ha matado, aunque la respuesta no sea nada fácil y el inspector esté al punto de equivocarse.
Podríamos decir que esta novela bebe directamente del Realismo Mágico, digna seguidora de García Márquez, ya que narra una historia épica, casi legendaria, aunque esté ambientada en nuestros días. El autor no ahorra en críticas a ciertos aspectos de la sociedad que no le gustan ni se permite ninguna vacilación al señalar al asesinado como un ser vil. El lector, por lo tanto, se alegra de esa muerte, pero, pese a todo, quiere seguir leyendo porque la magia de Balandú nos atrapa desde el principio. La vida en Balandú sigue al compás del río que lo circunda y lo moldea.
Jordi Sierra i Fabra nunca deja de sorprendernos, aunque reconocemos su estilo inigualable en esa manera de sentenciar, en la frase precisa, breve, lapidaria a veces; en el diálogo que permite conocer la psicología de los personajes y la especial predilección por las causas perdidas y por los personajes nobles, cercanos a los orígenes. No olvida, aunque sea de manera secundaria, su pasión por la música ni, por supuesto, por la lectura. Porque, para ser un escritor de las características de Sierra i Fabra, hay que ser, por encima de todo, un lector voraz y compulsivo... como lo es Fabio.


Primer capítulo