domingo, agosto 21, 2016

Ojos (Animales extraordinarios),
Xulio Gutiérrez-Nicolás Fernández,
Kalandraka, 2016

Ojos es el quinto título de la serie Animales extraordinarios y sigue sorprendiendo, como los anteriores, por su brillantez y su capacidad de mostrar, de forma dinámica y lúdida, un aspecto importantítisimo en cualquier ser vivo: la visión. Los ojos de los animales no funcionan igual que los de los humanos, eso ya se sabe, lo que no sabe es cómo ha evolucionado ese sentido, por qué o para qué. Hay animales que necesitan ver muy bien para lograr sus presas, otros precisan captar los distintos colores, algunos requieren observar muy bien el entorno, otros tienen visión noctura... Un libro como Ojos  nos permite disfrutar con esos detalles que fascinan y que asombran de algunos animales, más o menos conocidos, más o menos cercanos y siempre fascinantes. Hay animales pequeños, otros peligrosos, algunos aparentemente insignificantes y otros poderosos, pero todos hermosos en su conjunto, admirables en su capacidad para adaptarse al medio en el que viven. En el libro se habla del gibón, el león, la cebra común, el halcón peregrino, la lechuza com´, el pez cuatro ojos, el tiburón blanco, el camarón mantis, la libélula, la araña saltadora, el camarón gigante y el caracol común. 
Xulio Gutiérrez es licenciado en biología y sabe muy bien de qué escribe, pero no lo hace de forma farragosa o expostiva, como si fuera un libro de texto porque Ojos no es un libro para estudiar, sino para disfrutar, lo cual, por desgracia, debería siempre ir unido pero no ocurre con frecuencia. Con textos claros, detallados y amenos nos adentramos en el conocimiento de estos doce animales.
 Al principio ofrece un árbol de la vida en donde se muestran lor principales grupos del reino animal. Después, tras una breve introducción, se desgrana cada animal. Se ofrece su nombre científico, algunas características del mismo y, por supuesto, sus particularidades en cuanto a la visión. De form literaria, el autor califica a cada animal; así el gibón tiene "precisión de acróbata", la cebra común "visión panorámica", la libélula "cazador implacable" y el humilde caracol tiene "ojos pendulares". Al final, se incluye una ficha resumida de cada animal y glosario.
Por si fuera poco, las ilustraciones de Nicolás Fernández son espectaculares no solo por el realismo fotográfico que les imprime sino por los detalles, la precisión que da al entorno y la complacencia, emocionante, con que se ilustran los ojos.
El libro, por otra parte, se presenta en un formato grande, atractivo y va destinado a cualquier lector sensible y curioso, que quiera saber más de nuestros compañeros de habitación, por así decirlo. Un libro fascinante y muy apropiado como regalo. Colmará las expectativas de niños y grandes y les invitará a hacerse más preguntas y, posiblemente, a respetar mucho más el mundo animal.


viernes, agosto 19, 2016

E
Emilio,
Tomi Ungerer, 
Kalandraka, 2016

Emilio es un clásico de más de cincuenta años que sigue sorprendiendo por las aventuras que narra y por sus ilustraciones. La historia es más que apropiada para los calores estivales puesto que narra las aventuras de un pulpo, Emilio, solidario y comprometido con su sociedad.
No es la primera vez que el autor escoge a un animal como protagonista. Ya en Críctor fue una boa y en Adelaida una cangura. En esta ocasión, el buen Emilio salva a un buzo del ataque de un tiburón y decide formar parte del mundo humano prestando sus servicios como socorrista y como colaborador de la policía para capturar a unos delincuentes. 
Emilio se muestra físicamente como un pulpo real, pero, emocionalmente, tiene cualidades humanas. Es valiente, noble, simpático y amable. Bien, son cualidades humanas que no todos los humanos, por desgracia, tienen; de ahí el contraste que se establece entre el mundo animal, a menudo, mucho más noble que el de las personas.
El relato está lleno de humor, de alegría y también contiene, dulcificadas, notas de crítica que se leen entre líneas, aunque, en este caso, es el lector adulto quien lo percibe. El texto, sencillo y ameno, va contando una historia con principio y fin. Emilio decide volver a su espacio natural, aunque sin olvidar al buzo al que salvó la vida con quien juega largas partidas de ajedrez.
En cuanto a las ilustraciones, verdes y ocres, hace falta advertir que necesitan una lectura atenta porque están repeltas de detalles y de humor, sobre todo, las escenas en las que Emilio ejerce de socorrista en la playa, con los distintos tipos de bañistas, o esa ilustración final en la que Emilio y el buzo juegan al ajedrez en la que se supone que es la casa del pulpo que tiene, atención, como mascota un pez en una jaula.
Los pequeños lectores, desde cinco años, van a divertirse con este pulpo afectuoso y van a observar que la gratitud y la generosidad son cualidades en alza...o deberían serlo.
Emilio, con sus ocho brazos, es el aliado perfecto del bien. No duda en ayudar, pero sin mostrarse soberbio ni superior.
Si los niños de la generación de quien escribe estas líneas ya disfrutaron de Tomi Ungerer, ahora toca a los de la actualidad quienes necesitan buenas lecturas, que les ayuden a crecer, a imaginar. a ser libres  y autónomos como Emilio quien decide, finalmente, volver a casa. Y nadie le obliga a quedarse, aunque, eso sí, le brindan una fiesta de despedida.
El texto se puede leer también en catalán, gallego y postugués.