viernes, marzo 30, 2012

Parque Muerte,
Fernando Lalana,
Barcelona, Edebé, 2012.



Con Parque Muerte, Fernando Lalana ha obtenido el XX Premio Edebé de Literatura Infantil 2012. Es un relato destinado a mayores de 11 años, que divertirá mucho a los jóvenes y hará reflexionar al lector adulto.
Lalana en Parque Muerte hace gala de su singular gracejo y sentido del humor y nos narra una historia que contiene elementos que se podrían calificar se surrealistas o esperpénticos aunque, en el fondo, hay una crítica lúcida hacia los grandes parques temáticos y su especial manera de organizarse.
Fernando Lalana se inspiró, sin duda, en un conocido parque temático de la Costa Dorada y, partir de algunos detalles que él conoce bien,  organiza una trama, escrita en primera persona, en la que la protagonista, Dolores Andrade, nos explica su singular historia.
Parque Muerte es el nombre que recibe un parque temático especial, creado por una empresa armamentística, que tiene a la muerte como eje temático. Dada su morbosidad, el éxito es inmediato. No obstante, hay un problema: todos los suicidas del país acuden al parque a suicidarse. Es tan elevado el número de muertos que se inicia una investigación. Y allí entra la protagonista principal, Dolores o Lola. Lola tiene formación militar y estuvo en la legión, aunque, en la actualidad, lleva casos privados. Acepta la singular oferta y descubre el porqué de tanta concentración de suicidios. En ese momento, Lalana abandona el realismo y se interna en lo imaginativo y especial, ya que aparece la muerte como personaje, eso sí, muy distinto al tópico de la muerte con su guadaña. Lalana ironiza continuamente y trasvasa todos los comportamientos humanos al mundo del más allá, de ahí que la combinación sea realmente chocante y, por supuesto, muy divertida.
Parque Muerte presenta un desenlace más que sorprendente ya que al final descubrimos qué es realmente el libro y con qué objetivo se escribe. Dolores Andrade tiene una misión al recordar esos hechos y un interlocutor, Molins, un guardia de seguridad del parque, de ahí que emplee a menudo la segunda persona del singular en continua apelación.
Hay momentos sublimes en el texto, llenos de imaginación que causan sorpresa en el lector y que podrían calificarse de delirantes como es, por ejemplo, el tren que conduce a los muertos a su última morada o la rocambolesca aventura de Dolores y la muerte por Tarragona. Ahora bien, al lado de este humor socarrón, muy aragonés, Lalana también es capaz de descripciones poéticas y de momentos reposados  como cuando se describe un cielo estrellado: “Miraba al cielo y era como estar bajo un terciopelo negro sobre el que alguien hubiese arrojado con descuido puñados de sal gorda” (pág. 113).
Son también continuos los guiños al lector como cuando un tal Lalana figura en el registro de clientes de uno de los hoteles de Parque Muerte o cuando Lola, ya en su vida final, habla de algunos vecinos singulares, como Lennon o un tal Franz, Kafka, por supuesto.
Parque Muerte es un libro que se lee con creciente interés y que está escrito con una prosa clara, bien trabada. La psicología de Dolores está muy bien trazada y ella misma va reflexionando acerca de los errores que cometió durante esa investigación, su última investigación. Continuamente tiene intuiciones que no sigue porque se deja llevar más por los sentimientos que por la razón.
La novela podría calificarse de novela de humor, pero también de misterio e intriga e, incluso, de cierto terror,  aunque muy especial, eso sí. Ahora bien, la descripción que Dolores –o Lalana- hacen del miedo en estado puro es absolutamente genial, como se puede leer en la página 123.
En suma, Fernando Lalana no deja de sorprender en cada novela que escribe. Esta vez ha escogido el punto de vista femenino que ha sabido mantener con realismo durante toda la narración. Parque Muerte no es solo una novela divertida, sino un ejemplo de que cualquier tema, por arriesgado o difícil que resulte, como la muerte, puede ser tratado en la literatura infantil con éxito y sin caer en moralinas trasnochadas. Sin duda, una novela muy original y arriesgada en la que Fernando Lalana apuesta por el humor y la crítica socarrona aunque, como decíamos anteriormente, lúcida.


Publicado en Pizca de Papel

lunes, marzo 26, 2012





Los Bersekir (Hombre lobo, II)
Pedro Riera, Edebé, Barcelona, 2012

Los Bersekir, de Pedro Riera, es un esperado título, segunda parte de Hombre lobo, que acaba de editarse. Sin duda, la idea de superar el tópico del licántropo sanguinario y brutal es uno de los ingredientes más atractivos de la historia. Eduardo sería un adolescente normal y corriente, más bien tímido, si no presentase esa particularidad que lo hace diferente y le proporciona una fuerza fuera de lo normal.
En esta segunda parte, encontramos al joven viviendo en una gran ciudad y con una sensación de angustia y asfixia total. No le gusta su nuevo instituto y se siente desplazado; además sus compañeros, en general, se comportan de manera violenta y hostil. Eduardo pasa por ser un chico raro, aunque tiene algún encontronazo con un grupo de cabezas rapadas.
Por otro lado, su padre, deseoso de alejarlo de todo lo que pueda dañarlo, lo tiene confinado en un apartamento, aunque los fines de semana le obliga a convertirse en hombre lobo, lo cual es un suplicio para Eduardo, aunque forme parte de su personalidad.
En esta nueva entrega, Pedro Riera entronca con las leyendas urbanas y establece una curiosa relación entre pasado y modernidad. Los Bersekir es el nombre de una sociedad secreta o milicia creada por el abuelo de Eduardo y cuyas bases se recogen en uno de sus libros. Se trata de un grupo que aceptan la superioridad de los hombres lobo frente a los humanos y que se caracterizan por su especial vestimenta, su peinado y su ferocidad. Están relacionados con los vikingos, ya que el término que los define significa en noruego “piel de oso”. Eduardo parece ser el escogido para liderar a esta banda, aunque él se resiste a su destino.
La novela de Pedro Riera pisa el asfalto más duro, aunque evoca también momentos legendarios e, incluso, ahonda en los sentimientos y en las pasiones encontradas de todos los personajes que desfilan en el relato. Amor, odio, pasión, aventura, deseos de venganza, búsqueda de uno mismo, dolor e impotencia son algunos de los temas que podemos encontrar en el texto.
La prosa de Pedro Riera es fluida y eso permite que el lector se introduzca en la historia que narra sin casi darse cuenta porque, poco a poco, va creando las condiciones necesarias para atraparlo. Domina la narración frente al diálogo, aunque las descripciones son también abundantes. Estructurada en 32 capítulos, Los Bersekir es una especie de sinfonía dolorosa que pone a Eduardo frente a su pasado y le obliga a tomar sus propias decisiones, aunque no sepa muy bien de quién fiarse ni qué hacer. Eduardo continúa su crecimiento particular en esta entrega que termina de una manera abierta con su secreto al descubierto.


Primer capítulo

Publicado en Pizca de papel

domingo, marzo 25, 2012

LA CRIATURA DEL BOSQUE,
Pedro Riera, Edebé, 2009.


            “La criatura del bosque”, de Pedro Riera,  es una de esas novelas que crean lectores y que pueden leerse varias veces a lo largo de la vida ya que, en cada lectura, dependiendo de la edad de lector, uno irá descubriendo nuevos aspectos e identificándose con un personaje u otro.
            No es fácil ser un niño como Matías, el protagonista de 10 años, que tiene una cualidad que no siempre es bien entendida por los demás. Matías puede comunicarse con las cosas y con los animales; pero no es algo que le permita vivir de una manera idílica, en absoluto, porque, a menudo las cosas son realmente impredecibles. ¿Cómo parar a una cerilla pirómana?, ¿cómo proteger a un servilletero roto de la crueldad de sus compañeros?, ¿cómo entenderse con un abejorro conquistador?, ¿cómo ayudar a un bonsái deforme?, ¿cómo guardar esos secretos? Matías, pese a todo, es un niño feliz que vive con su madre, hasta que un buen día, su padre, Simón Rotundo, decide tomar cartas en el asunto y hacer de su hijo el modelo que él quisiera para sí mismo, sin pensar en los intereses del pequeño, sino solo en su vanidad, en su egoísmo de hombre hecho a sí mismo, que ha superado un pasado de pobreza y que hace de su riqueza material su tarjeta de presentación. Simón es publicista (vendedor de coches, dice su hijo) y quiere que Matías siga sus pasos e inscribirlo en una escuela de élite, contra los deseos del niño. Para ello lo lleva un verano a su pueblo, Acedo de los Aguiluchos, en donde Matías entra en contacto con otras realidades y conoce el secreto del “Bichogordo”.
            Todos los vecinos del pueblo pensaban de el “Bichogordo” era uno de ellos disfrazado, ya que desde hace 30 años, una noche especial, los niños del pueblo se internan en el bosque para recibir su bautismo de miedo a cargo del llamado “Bichogordo”. No obstante, con Matías todo cambia porque él descubre la realidad, desea proteger al pobre animal, por el que siente una infinita pena, y acaba callando y ocultando una información, aunque eso le suponga dejar su escuela de siempre y cumplir los deseos de su padre.
            Matías crece a lo largo de ese verano, aprende a respetar a los que no son iguales y a valorar mucho más la palabra dada; es más, de alguna manera entiende que la posición de soberbia de su padre es fruto de su inseguridad porque hace del dinero su bandera.
            “La criatura del bosque” presenta una serie de personajes muy interesantes, como son la tía Úrsula, la prima Asia, Belisario, el futbolista retirado, el conde György y otros más que hacen de la novela una historia tierna, hermosa, llena de humanidad.
            “La criatura del bosque” se cuestiona también algunos de los valores de nuestra sociedad actual que no siempre está bien orientada que se suele fijar más en la apariencia de las cosas que en el verdadero trasfondo. Por eso, la mirada de Matías, limpia y no contaminada por el dinero, ve en el “Bichogordo” a un ser desvalido y amable cuya identidad hay que preservar a costa de lo que sea porque, si no, corre peligro su vida. Hay, por lo tanto, una serie de valores implícitos de la novela nada desdeñables y que apelan a la verdad de las personas y de las relaciones humanas.
            El libro está escrito en tercera persona y nos descubre, a través de los diálogos y de los fragmentos narrativos, la psicología de los personajes cuyas relaciones van evolucionando a lo largo de la historia. “La criatura del bosque” es, pues, una novela amena, llena de humor, amor y sensibilidad que gustará, como dijimos al principio, a todos los lectores.

domingo, marzo 11, 2012

Tester (Probador),
Jordi Sierra i Fabra,
Barcelona, Edebé, 2010.
(Periscopio, 76)



En poco menos de una semana, la vida de Lennon dará un cambio significativo. Uno de sus amigos, Hardy, acaba de morir en un accidente de moto. Tester es un inquietante thriller sobre el mundo de los videojuegos. Jordi Sierra i Fabra acude a su estilo más trepidante para narrar esta historia que habla de la amistad, de la codicia, del miedo, del amor y de una serie de sentimientos y emociones, tan a flor de piel, que parecen ser vividas por el propio lector.
Hardy no ha muerto casualmente y eso lo descubre Lennon gracias a la hermana del fallecido, Laura, una joven con la que mantuvo una relación de adolescentes y de nuevo irrumpe en su vida. Lennon se ha emancipado, aunque le cuesta mucho salir adelante, pero lo hace gracias a sus dibujos. Todo su grupo de amigos, superada ya la veintena, ha perdido la fuerza de la adolescencia y cada uno vive cómo puede. Hardy era probador de videojuegos, el mejor y eso le supuso la muerte, como, sin duda, el lector descubrirá.
Tester alude a una realidad muy común entre los más jóvenes, como son los videojuegos. Objetos de culto, en algunos casos, motivo de adicción, elementos de la modernidad más actual… contra el videojuego ya no se puede luchar, ni se debe, quizás, aunque sí, y ahí está la visión del autor, se pueden cuestionar algunos usos y abusos, las temáticas y ciertas maneras agresivas de tratar de imponer el producto.
Jordi Sierra i Fabra, está claro, ha creado su propio sello personal a la hora de narrar, aunque es capaz de manejar registros dispares. En esta ocasión, nos ofrece un relato más que ágil, rápido, que pretende dejar sin aliento al lector, que se lee casi sin despegar los ojos de las páginas. No hay retratos psicológicos de los personajes, es la verdad, pero sí deducimos muchas de sus características a través de sus propias palabras, como es el caso de Lennon, o del recuerdo o la impronta que dejaron, como le ocurre a Tomás o Hardy. Hardy llevaba un mes desconocido, fuera de control, había descubierto algo en el último videojuego que estaba probando que iba más allá de lo legal, puesto que el juego, incluso para él, un probador veterano, era adictivo.
Los diálogos de Tester son también muy sierraifabrianos, ya que desprenden toda una lección de vida, sobre todo las intervenciones de Jorge, un joven muy parecido a Lennon, de ahí el apodo, que trata de ser legal, de vivir libremente, de saborear su independencia y de exprimir su tiempo. Todas cualidades que le gustan mucho al autor, incluída la admiración por el Beatle.
A menudo el poder genera más poder y, en este caso, eso conlleva una ambición desmedida y mucho miedo a perder, de ahí la muerte de Hardy y de ahí también todos los problemas y situaciones, muy al límite, que vivirán Lennon y Laura, de las que saldrán, por supuesto, fortalecidos.
Las relaciones familiares, las relaciones afectivas, los contrastes entre los poderosos y los humildes, el trabajo bien hecho frente al oportunismo, el amor y el desamor, la adolescencia y la madurez, el crecimiento personal… son algunos de los temas que ofrece este relato.
Tester, en suma,  es una novela que maneja muy bien las coordenadas temporales y que se estructura, precisamente, en torno al factor tiempo. Sin duda, una novela juvenil muy atractiva.


viernes, marzo 09, 2012

LA INVENCIÓN DE HUGO CABRET,
BRIAN SLEZNICK,SM, 2007



            “La invención de Hugo Cabret” es un libro distinto y especial porque aúna la literatura con el cine. Su autor, Brian Sleznick, juega con las palabras, pero también con los dibujos y así, nos ofrece un texto original y muy bello.
            El libro se nos presenta como si fuera una pantalla de cine puesto que emplea los colores blanco y negro e intercala imágenes, en movimiento, en la historia escrita. Para ello el autor emplea sus propios dibujos y fotogramas de distintas películas, así como dibujos de uno de los pioneros del cine, Georges Méliès, de quien escribe una especie de biografía fingida puesto que el Sr. Mèliès, Papà Georges en el relato, le sirve para situar los sueños y ambiciones de Hugo Cabret, el protagonista de la novela.
            “La invención de Hugo Cabret” está editada con mimo por SM y su tirada inicial, cuando se publicó en 2007, fue de 45.000 ejemplares. La novela tuvo gran éxito en Estados Unidos y en España, en parte gracias a la película basada en el libro, va a conocer un nuevo auge. El texto bien lo merece.
            De nuevo hablamos de una novela sin edad. En principio, parece que va destinada a niños entre 10 y 12 años, pero, después de leerla y de contemplar sus ilustraciones, sabemos que cualquier lector disfrutará con esta historia que nos habla de la magia, del valor de los sueños, de la lucha por conseguir lo que uno quiere, de la amistad y de un sinfín de sentimientos más que han de conectar, sin duda, con la sensibilidad de cualquier lector.
            Hugo Cabret es un chico huérfano, hijo de un relojero, que ha heredado de su padre la pasión por los autómatas y por arreglar todo tipo de relojes y juguetes mecánicos. Vive en la estación de tren, a cargo de un tío suyo muy malhumorado que lo obliga a robar si quiere comer. Su tío mantiene en hora los trenes de la estación y, cuando desaparece, es Hugo quien se encarga de hacerlo, con mucho miedo porque teme que, si lo descubren, lo llevarán al hospicio. La pasión de Hugo es arreglar un viejo autómata capaz de escribir porque, está convencido de que guarda un mensaje de su padre. En su camino se cruza un viejo juguetero, Papá Georges, y la ahijada del mismo, Isabelle; aparte de un joven, Etienne, quien sembrará en Hugo la pasión por el cine.
            “La invención de Hugo Cabret” es también una novela de iniciación, puesto que Hugo, poco a poco, va descubriendo su verdadero camino y, para ello, tiene que pasar por diferentes experiencias no todas agradables. Es también la historia del reconocimiento hacia Georges Méliès y lo que significó en el cine.
            La historia transcurre en París y el autor hace continuas alusiones a episodios reales para darle verosimilitud a la historia; aunque lo que prevalece es la magia de la gran pantalla. “La invención de Hugo Cabret” se lee con rapidez, pese a ser un volumen considerable, aunque son muchas las imágenes que sirven de apoyo gráfico a la historia o viceversa. Brian Selznick, como dijimos, ya emplea fotografías de películas tan emblemáticas como “El viaje a la Luna” y “La llegada de un tren a la estación”; aunque lo más destacado son sus propios dibujos que, juntos, forman también un texto gráfico lleno de connotaciones y de magia.
            Brian Selznick (1966, New Jersey, EEUU) da rienda suelta, en “La invención de Hugo Cabret” a sus principales gustos y emociones.
Puede visitarse su web: www.lainvenciondehugocabret.com


martes, marzo 06, 2012


Oniris,
Susana Peix Cruz,
Carambuco narrativas, Barcelona, 2012


Susana Peix Cruz nos ofrece su primera novela, Oniris, envuelta em um halo de misterio y de magia. Narrada en primera y tercera persona y ambientada en el año 2011, la novela nos lleva de Barcelona a Jonahnnesburgo e, incluso, a Australia, a través de una aventura mental que dejará al lector sin aliento, porque Oniris se lee de manera muy rápida, ya que atrae la atención desde el principio. Estructurada en torno a 72 breves episodios  y un epílogo, es un ejemplo de espléndida contsrucción narrativa.
Dos historias paralelas se entrecruzan en el relato. Por un lado, la joven Bertha, una estudiante de primer año de Psicología, que vive en Barcelona. Por el otro, en Johannesburgo, otro joven, Víctor, geólogo de profesión. Ambos, sin saberlo, están unidos por un mismo destino.
La madre de Bertha, en coma tras un accidente, necesita algún tipo de ayuda y Bertha se ve abocada a internarse en los viajes astrales. Víctor, gracias a su amiga Julia, se inicia también en el mundo de los viajes astrales. De alguna manera, el son la solución para descubrir dónde está el padre de su amiga, desaparecido de una manera enigmática.
El misterio en estado puro, la aventura, la amistad, el amor, los afectos encontrados… y un mundo de sensaciones nuevas se imponen desde la primera línea. El lector descubrirá el poder de la mente, el inmenso poder de los deseos y aprenderá que no solo es verdad lo que se ve o lo que te dicen que has de ver. La clave de todo está, precisamente, en el título de la novela. ¿Qué se esconde en Oniris?
Susana Peix huye de los sensacionalismos y escribe una novela rigurosa y bien documentada. Además, la adereza con diálogos realistas y situaciones actuales, llenas de referencias que el lector conoce. Oniris puede ser leída por un lector juvenil sin ningún problema, aunque parece más destinada al público adulto.
La literatura fantástica, como ya hemos dicho más de una vez, no es un mero pasatiempo, no es una manera de evadirse, sino que concentra ingredientes tan poderosos como la imaginación. Oniris, sin duda, es una primera novela espléndida, que abre la puerta a otras realidades, tal vez paralelas, que el lector quizás solo se atrevió a intuir. Quizás.

Nota: la novela aún no está a la venta. Se presentará este mes de marzo, aunque... el lector ya puede, con estas breves notas comenzar a abris boca".

Idriss, la joven de Bujará,
Hermínia Mas,
Barcelona, RDCR ediciones, 2011.


Idriss, la joven de Bujará, de Hermínia Mas, es una novela que invita a soñar por su ambientación, en la ruta de la Seda y por el tema que narra, unos amores contrariados aderezados por el sabor del mundo de las “mil y una noches”. El libro presenta, con delicadeza y realismo, las costumbres y los lugares que han inspirado tantos y tantos cuentos. Además, cada uno de los capítulos está ilustrado por una fotografía de la propia autora, realizada en época actual, que sirve de presentación e ilustración posterior. En realidad, no parece que las costumbres ni los usos hayan cambiado demasiado desde que Idriss vivió su amor imposible.
Idriss es una hermosa joven, vendedora de telas en el mercado y huérfana de madre. Su padre se desvive por ella, pero no puede protegerla de todos los males. Ha de aceptar que se case con Rustam, aunque sepa que no es lo mejor para su hija, pero debe mantener la palabra dada tiempo atrás, aunque eso no lo descubrimos hasta el final. El padre de Rustam, que ya murió, era muy rico y pretendió a la madre de la joven, aunque ésta escogió a Muran, el padre, pero al enfermar la esposa, Rustam pagó los médicos e hizo prometer a Muran que su hija se casaría con su hijo. Muran sabe que no le conviene a Idriss, pero no se atreve a deshacer la promesa y eso es causa de infelicidad, como veremos.
Idriss conoce al joven Farkhat en el mercado y se enamoran, aunque, al principio, no quieran reconocerlo. Idriss sigue adelante con los preparativos de boda, pero, finalmente, sucumbe ante el verdadero amor y mantiene relaciones de Farkhat. A las mujeres adúlteras se las condenaba a ser arrojadas desde el minarete más elevado de la ciudad y a los hombres los desterraban al desierto. Sea como sea, lo que parecía imposible, se hizo realidad y ambos enamorados sobrevivieron y pudieron, de una manera propia de la magia oriental, hacer realidad sus sueños… y puede que aún sigan su camino como contadores de cuentos.
Idriss, la joven de Bujará reivindica también el derecho de la mujer para escoger marido; es más, pone en evidencia el tratamiento diferenciador –y cruel-  que se les da a las mujeres frente a los hombres en ciertas culturas. También en la novela se habla de la envidia y de la venganza, ya que el prometido de Idriss no la quería en realidad, sino que pretendía vengar a su padre y hacer sufrir a la joven.
El relato está estructurado en breves capítulos y narrado en tercera persona de una manera directa, con unos diálogos claros y certeros, pero sin perder de vista el escenario ni la atmósfera propia de unas ciudades tan evocadoras como Bujará y Samarcanda.
La ceremonia del té, las celebraciones, los ritos, la hospitalidad, el ambiente del mercado, los gestos de cortesía… son elementos presentes en el relato, elementos que envuelven al lector y lo llevan a otras épocas. Los símbolos, los colores, los aromas, los alimentos, las especias… todo el mundo abigarrado de los sentidos se da la mano de Idriss, la joven de Bujará. Una novela, insistimos, que invita a soñar.



domingo, marzo 04, 2012


Muros,
Agustín Fernández Paz. Ilustraciones Xan López Domínguez
Madrid, SM, 2010. Barco de Vapor.



A Helena le gusta mucho su pueblo porque es hermoso, tolerante, porque se respira paz y porque huele a pan recién hecho. Joel y Helena son muy amigos y, juntos, comparten sus sueños e ilusiones. Un día escuchan un relato en el colegio, de unas personas que en otro pueblo colgaban sus deseos en el árbol de la plaza principal. Les gustó tanto el cuento que ellos quisieron hacer lo mismo en el roble al que solían subir para seguir soñando. Un buen día, algo cambia. Parece que el tiempo se detenga. Parece que los adultos se vuelvan mudos. Una reja metálica, al principio, y un muro, después, separa la zona antigua del pueblo del resto. Precisamente en la zona antigua están los inmigrantes y allí vive Joel. Ni él ni Helena entienden nada, pero de la noche a la mañana, no se pueden ver ni apenas comunicarse porque hay mucha vigilancia y todas sus estratagemas son interceptadas.
Muros, de Agustín Fernández Paz es una alegoría, que se podría aplicar a cualquier lugar en donde se segregue a las personas, con o sin barreras visuales. Allá donde exista marginación, exclusión social, racismo, allá se levanta un muro. Escoge a dos personajes infantiles de distinta procedencia racial y social para demostrar que la amistad no tiene nada que ver con culturas o religiones y que si hay falta de entendimiento es por otras causas, no por la raza o el pensamiento.
Muros también es un canto a la esperanza porque allá donde se levante una barrera, seguro, siempre habrá una mano dispuesto a superarla. En el relato, son las cometas que, cruzando el cielo, se atreven a desobedecer las órdenes y a demostrar que el amor y la amistad son tan libres como el viento, por muchas barreras que existan.
El relato podría ambientarse en cualquier lugar, puesto que el mensaje es atemporal. Agustín Fernández Paz retrata con ternura y afecto los pensamientos y los deseos de Helena y Joel y los contrapone a la realidad que se quiere imponer en forma de muro.
El relato, destinado a los lectores desde 7 años, está escrito con energía, aunque sin menoscabo de la literatura, ya que hay pasajes realmente poéticos en la prosa de este escritor gallego, tan justamente reconocido. Xan López Domínguez es el encargado de ilustrar el libro y lo hace con imágenes breves, impactantes, que recogen el gris del ambiente y el color rojo de la libertad, de los tejados de las casas y de las cometas. En suma, un libro que pueden leer todos los lectores y que seguro hará reflexionar a más de uno. ¿Hay algún muro cercano a nuestras casas?