Es, tal vez, el libro sobre el que más se ha escrito y siempre estará de actualidad. “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” viene a ser la obra maestra de Cervantes y es la primera obra maestra de la literatura universal moderna.
Cervantes tiene 57 años cuando apareció la primera parte (1605). Llevaba 20 años sin publicar (desde “La Galatea”). Su publicación causa interés y envidia. El público acoge bien la obra. Así, en 1605 se sucedes 6 ediciones, impresas por Juan de la Cuesta y editadas por el librero Francisco de Robles. En 1612 se traduce al inglés y en 1614 al francés.
En 1614 se publica una segunda parte firmada por Alonso Fernández de Avellaneda y editada en Tarragona con el título “Segundo tomo del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha”. En el prólogo ataca a Cervantes y éste acaba precipitadamente la obra, que se publica en 1615. Tras Avellaneda hay un escritor de talento porque esta segunda parte es un libro correcto; no obstante no alcanza a trascender la grandeza de Don Quijote. Sólo le ve el lado de la locura festiva. Es de agradecer esta competencia porque, gracias a ella, Cervantes acabó totalmente “El Quijote”. Tal vez, si no hubiera aparecido esta segunda parte falsa, Cervantes hubiese muerto dejando la obra incompleta.
En la primera parte Don Quijote ve siempre la realidad transformada desde un punto de vista subjetivo: el suyo. En la segunda parte de la obra la misma realidad se presenta mitificada: los demás saben de Don Quijote y sus fantasías muy especiales le preparan el terreno con la escenografía adecuada. Le presentan una realidad fingida.
Podríamos entrar algo más en los dos personajes principales. En principio, Sancho y Don Quijote son antagónicos y, a media que el libro avanza, se van haciendo confluyentes. En la segunda salida Sancho le acompaña sólo por interés, pero en la tercera salida le acompaña ya por amor. Ya no será una relación de caballero a escudero, sino una relación entre dos hombres que se necesitan recíprocamente porque Sancho ha ido descubriendo que el mundo de Don Quijote tiene unos valores que él no conocía, que es un mundo digno, que no rinde beneficios, pero sí satisfacciones. Don Quijote a su vez se acerca a Sancho, le va dando más crédito, acepta sus opiniones y lo valora. Todo esto es un magnífico canto a la amistad y solidaridad humana, nos demuestra que hombres de pensamiento muy opuesto pueden llegar a coincidir y a complementarse. Cervantes demostró que hidalgo y plebeyo, hacendado y pobre, culto e ignorante pueden llegar a ser amigos y a necesitarse.
A través de Don Quijote, Cervantes se está dando a sí mismo: Cervantes es el hombre que se enrola en la batalla de Lepanto y queda mal parado, olvidado, pobre y sin ningún horizonte; pero aún así, sigue creyendo en sus ideales.
En fin que es una osadía pretender resumir en el breve espacio de una reseña este libro de libros, pero sirva como felicitación por el día del libro y como deseo de que se lea un poco más.
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