martes, octubre 04, 2011

La pastelería de doña Remedios,
Agustín Fernández Paz, Il. Mabel Piérola,
Barcelona, Edebé, 2008.



Doña Remedios regenta una pastelería, “El Paraíso”,  llena de encanto, en donde se puede degustar los mejores pasteles, las mejores cremas, las pastas nunca soñadas. Todo funciona bien en la pastelería ya que el equipo está estupendamente coordinado por la propia Doña Remedios. Los aromas de la crema y el chocolate hacen que “El Paraíso” sea el reino de los golosos. Charo y Lola son las pasteleras. Adrián es el encargado de atender los hornos. Y Santi tiene mucho cuidado con los distintos ingredientes. Así, día a día, transcurren las jornadas en “El paraíso”. No obstante, el último jueves de cada mes sucede algo que trastorna a Remedios y a sus trabajadores. Todos recuerdan con temor la visita del “niño” como lo llaman y creen que es él quien produce los mayores desastres en la pastelería, que se caigan las cosas, que se estropeen los pasteles… Por eso, deciden darse mucha prisa y acabar la tarea para que cuando lleguen el niño y su madre, todo esté en orden y no haya ni un resquicio para que las cosas se tuerzan.
Agustín Fernández Paz con La pastelería de doña Remedios tiene la habilidad de introducir al lector en un ambiente de magia en donde la imaginación va más deprisa que la lectura… ¿Quién es ese niño?, nos preguntamos. ¿Un fantasma? ¿Una aparición? ¿Una maldición? ¿Brujería? Esperamos cualquier respuesta menos la fácil, la sencilla y, por lo tanto, la mejor de todas. El niño es el sobrino de Doña Remedios, Luis, quien, cada último jueves de cada mes acude con su madre a visitar a su tía. La madre de Luis, hermana de doña Remedios, advierte continuamente al niño sobre cómo debe comportarse, qué debe hacer y qué no… tanto que Luis acaba cansando de escuchar siempre lo mismo. Ese día, ya tiene la merienda preparada y parece que nada va a pasar, pero se cuela una mosca en la pastelería y… se desatan los acontecimientos. Ahora bien, la conclusión del lector es que Luis no tiene la culpa de nada. ¿O sí?
La pastelería de doña Remedios es un divertido relato, destinado a los primeros lectores, que se caracteriza por la descripción de un espacio tan sugerente como es una pastelería –sin duda, recuerdo infantil del propio autor-. Ahora bien, como ya decíamos, es un texto brillante, muy imaginativo que introduce la sorpresa, la duda y el misterio en el relato. De ahí que sea muy adecuado para los pequeños lectores. El libro se divide en 9 breves capítulos. Mabel Piérola da vida, con sus ilustraciones, a estos personajes y recrea, especialmente, sus miradas.
Con La pastelería de doña Remedios todos sentiremos que la boca se nos hace agua, ante las obras de arte que surgen del obrador de doña Remedios; pero también sentiremos la alegría de vivir que nos insuflan los personajes y la propia doña Remedios, una mujer oronda, que aprecia a todo el mundo y que defiende a su sobrino. ¿Cómo va a ser Luis el causante de todos los desastres? Con este personaje, sin duda, más de un niño se sentirá identificado y eso favorecerá la lectura.

Plan lector

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