martes, marzo 19, 2013



El día que Gluck llegó a la Tierra,
Jordi Sierra i Fabra, Algar, 2013, (Calcetín Azul, 83)

¿Puede alguien decir de dónde vienen las genialidades? ¿Quién tiene la llave maestra que puede cambiar el mundo? ¿De dónde vienen las mejores ideas? Acaso se pueda creer en la casualidad, en la improvisación, en la intuición o, incluso, en la ciencia infusa.
Jordi Sierra i Fabra apuesta por otra posible respuesta. ¿Cómo llegó Steve Jobs a crear la marca Apple? “El día que Gluck llegó a la Tierra” es un texto narrativo que cuenta una historia increíble. Steve es un chico de 11 años, muy despierto e imaginativo. Una noche es testigo por azar de un robo en una joyería y el inspector de policía que investiga el caso lo interroga. Hasta aquí todo verosímil. Lo que ya hará que los lectores abran los ojos es la aparición de un ser especial, Gluck, el extrarrestre que salva la vida a Jobs, aunque nadie crea en su existencia.
Entre los dos niños, el terrícola y el alienígena, se establece una relación de amistad. Gluck se ha escapado de su casa y necesita cargar de energía su nave.
El relato, lleno de guiños al lector, combina la ciencia ficción con lo cotidiano. Gluck no es un extraterrestre malo, sino solo travieso y Steve es un muchacho que aprende rápido. A Gluck le gusta la comida terrestre, en especial las manzanas, que es una fruta con una carga entre metafórica y simbólica en el relato.
Finalmente, la narración se desenvuelve de una forma rápida e inteligente. Jordi Sierra i Fabra homenajea al creador de Apple de una manera especial ya que imagina un origen especial para la marca. ¿De dónde viene la manzana mordida? Es un regalo del pequeño ser a su amigo, un regalo muy especial, como todos sabemos. La novela queda abierta y dejamos a Steve en formación hacia sus brillantes
La novela va destinada a los lectores a partir de 12 años y es un relato ágil, lleno de aventura y de momentos emocionantes. Es el relato de un niño abierto a las novedades, que no cuestiona lo que ve y que está dispuesto a llegar al fondo. Hay muchos elementos característicos del estilo “sierraifabrano”, por decirlo así: frases breves, personajes que se presentan gracias al diálogo, referencias a la música y esa especial mirada que Sierra i Fabra destina hacia lo que parece que no es y que acaba siendo.
Jordi Sierra i Fabra, además, aprovecha para realizar otro homenaje, esta vez a la película “E.T.” ya que hay momentos en el relato, sobre todo al final, que nos recuerdan mucho al film de Spielberg.
Por otra parte, el libro ha sido premiado con el Vicente Silvestre de Literatura Infantil.

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