domingo, noviembre 11, 2012


Misterio en el vestuario de fútbol,
Luisa Villar Liébana,
Macmillan, 2012.

Misterio en el vestuario de fútbol, de Luisa Villar, es el quinto caso de Cloti, una detective bien particular y pizpireta. Cloti, a la que ya conocemos de las anteriores entregas, es una gallina singular, moderna, al día, llena de energía y con tanto magnetismo que tiene a Matías, su ayudante en las lides detectivescas, enamorado de verdad y celoso a más no poder de todos los que miran a Cloti. Matías es un conejo muy puntilloso, pero resulta un buen complemento para Cloti. A la gallina le encanta bailar y a Matías el fútbol… Por una vez esa afición les será de gran ayuda.
La afición de Villa Cornelia está revolucionada porque su equipo estelar, las galácticas Gallinas Coloradas, están perdiendo todos los partidos para consternación de su presidente, Don Mentolín. Partido tras partido, las aclamadas jugadoras parecen perder fuerza y sufren derrotas humillantes, tanto es así que el presidente decide encargarle a Cloti el caso. Ahora bien, hay un pequeño problema… nuestra detective no tiene ni idea de fútbol, aunque para eso está Matías, el mejor hincha de las Coloradas.
Misterio en el vestuario de fútbol es un relato fresco y muy divertido, que gustará a los pequeños lectores (a partir de 8 años) y que arrancará más de una carcajada a los mayores ( de cualquier edad) puesto que Luisa Villar, de forma amena y entretenida, aborda un tema de relevancia actual: el fútbol de élite y todos sus entresijos. Cada lector puede entender lo que quiera, pero las situaciones que plantea, los personajes que aparecen y algunos de los nombres de las jugadoras son trasuntos de la realidad, aunque en clave de fábula moderna.
Cloti y Matías se sumergen en los vestuarios y observan de forma minuciosa todos los detalles. Tanto es así que Matías acaba de árbitro contra su voluntad. Las galácticas Coloradas juegan siempre una primera parte brillante, es en el segundo tiempo cuando las cosas comienzan a ir francamente mal. Parecen como idas, sin personalidad propia. ¿Qué ocurre en el descanso? Aparentemente las Coloradas toman su refrigerio con normalidad y no pasa nada. ¿O sí? Cloti acaba descubriendo un caso de corrupción porque, como dice Matías: “El dinero corrompe. Hay que estar alerta, muy alerta, porque corrompe de verdad”. Y la narradora ahí sí pone el dedo en la llaga. Al lector le queda descubrir el resto.
El relato, en suma, está bien planteado, contiene momentos de humorismo, aventura, reflexiones y diálogos chispeantes entre Cloti y Matías. Los personajes, como siempre, están muy bien caracterizados y presentan hábitos y usos o manías humanos, como Don Mentolín que colecciona y lleva corbatas, a cual más estrafalaria. Las ilustraciones de Emilio Urberuaga saben compaginar y plasmar con acierto esa dualidad de los personajes, que no pierden sus rasgos animales, por mucho que se vistan como humanos. Cloti es una esbelta gallina que gusta de los tejanos, mientras que Matías prefiera la pajarita y las corbatas.
En suma, una narración divertida e ingeniosa, de las que crean lectores.

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