domingo, junio 18, 2017

Verdad,
Care Santos,
Edebé, 2917

Por fin podemos leer la segunda parte de Mentira, uno de los textos mejor valorados por los jóvenes en los últimos tiempos. En Mentira, Care Santos planteaba una historia trepidante cuya reseña también podemos consultar en este blog. Ahora, en Verdad  nos ofrece, por así decirlo, la continuidad de la historia, la otra cara del problema.
Éric, tras cuatro años de condena en un Centro de Menores, logra salir absuelto de unos cargos que le imputaron injustamente. Gracias al valor de Xenia pudo demostrar la verdad y, al principio, del relato lo acompañamos en su salida, vacilante, llena de temores, de dudas, al mundo real, al mundo que, se supone, debe acogerlo e reinsertarlo.
Éric se encuentra con todo tipo de problemas y de prejucios. Para empezar no puede acceder a su piso, que está ocupado por una mafia; debe dormir en la calle y sufrir todo tipo de sospechas y apuros. Éric está empeñado en empezar una nueva vida, más allá de su barrio, pero los padres de Xenia, que podrían haber sido sus valedores, se empeñan en ahuyentarlo y en separarlo de su hija por miedo, por sospechas infundadas. El joven acaba yendo a su barrio para pedir ayuda a una tía, quien, sí, por supuesto, lo recibe, pero no es capaz de ofrecerle aquello que él necesita.
El relato está lleno de acción y se lee rápidamente. Nos encontramos ante un clan mafioso, descubrimos quien fue el asesino del primo de Éric, averiguamos que hay que tener mucha voluntad para poder salir adelante en un barrio como el de Éric, que, no ha cambiado ni cambiará; en un barrio en donde el tráfico de drogas parece ser una de las pocas opciones de salir adelante.
La denuncia social y moral planean continuamente sobre Verdad. Éric contra las cuerdas, sin aparente salvación porque nadie parece poder ayudarle, nadie parece creer en él, aunque aún hay esperanza. Él mismo, empeñado en rehacer su vida, empeñado en conseguir el respeto de los padres de Xenia y en demostrar lo que las apariencias ocultan.
Alberto, su abogado del Centro de Menores, es quien comienza a desenmarañan el ovillo y a aclarar el futuro de Éric. Con ayuda del sargento Roig, quien monta un dispositivo peligroso, pero eficaz, se desenmascara la red de traficantes y Éric acaba recuperando su nombre, aunque a costa de poner en riesgo su propia vida porque pasa a ser confidente de la policía y eso, de alguna manera, tiene dos caras, la dura, la peligrosa y la noble, la que le permite recuperar a Xenia.
El relato presenta una línea temporal rápida y concentrada puesto que son pocos los días en los que se desarrolla la trama, aunque sí muy intensos. Se divide en tres partes (Vida Nueva, Barrio Viejo y Resplandor)  y traza un retrato certero, lleno de crítica social, que ataca los prejucios, las impresiones sin sentido, los juicios sesgados y el juzgar por las apariencias.
Verdad es, sin duda, un relato que no decepcionará y que aaba, cómo no, con otro final abierto.

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