sábado, mayo 02, 2015






Cómplices,
Lydia Carreras. Ilustraciones: Claudia Legnazzi,
La brujita de papel: Córdoba, 2008.
Edición especial para el Ministerio de Educación, 2014.

Cómplices es, sin duda, un libro valiente, de esos que no permiten concesiones y van directos a lo más hondo, al corazón. Hay palabras enormes como muerte, entierro o duelo que no se sabe muy bien cómo manejar con los niños. Lydia Carreras ofrece una respuesta: hay que escuchar más a los pequeños y ofrecerles lo que necesitan, no aspectos materiales, si no, realmente, lo que importa.
En este caso, el protagonista es un niño que, en primera persona, enhebra sus recuerdos, vivencias y dudas en torno a la muerte de su abuela y, sobre todo, a lo que ocurrió después. No es habitual encontrar en la literatura infantil la alusión tan clara al entierro o a los pormenores de las herencias.
El pequeño asiste, como en una película que no entiende, a las peleas familiares, a las luchas mezquinas por lo que era de la abuela y a esa falta de sensibilidad que a menudo adoptan los adultos cuando se trata de hablar de dinero o bienes materiales.
Hay, eso sí, algún aspecto positivo que anima al niño. Su madre y su tío, que no se hablaban, vuelven a hacerlo ante la muerte de su madre, la abuela. También, hay que agradecer a la abuela, que toda la familia se reúna en torno a la mesa y permita, al pequeño, disfrutar de sus primos y de una normalidad que, por distintos motivos, se perdió.
Varios personajes se asoman a las páginas del libro. La madre del narrador, su hermano, que es bien travieso, el tío Agustín y la tía Elba, que siempre está enfadada y es bastante egoísta. Por encima de todos planea la sombra amorosa de la abuela que llevaba mucho tiempo enferma, que parecía estorbar a veces a los mayores, aunque nunca a los niños; la sombra amorosa de la abuela que compartió un último secreto con su nieto. Ese secreto, que buscan los mayores desesperadamente, es el que nunca dirá el narrador porque, gracias a su desconcimiento, la familia parece haberse unido de nuevo. Mejor que sigan buscando el tesoro de la abuela, porque, mientras lo hagan, estarán juntos.
Cómplices es un relato escrito desde la perspectiva infantil, mantiene el tono oral en todo momento y los signos de puntuación se disponen de tal manera que, mientras leemos, nos parece escuchar la voz del pequeño.
Es un relato que no debería ofrecer al lector sin acompañamiento porque, quizá, no acabaría de entenderlo y le ocasionaría dudas. En cambio, si el padre, madre o educador comparte la lectura del libro con los niños y los va acompañando en los misterios de la vida, el niño crecerá de forma armónica y entenderá aspectos que, muy a menudo, se le hurtan.
Sea como sea, el recuerdo de la abuela ilumina el relato- La abuela les forraba los libros, les preparaba la leche y les contaba cuentos. "La extraño un poquito. Un poquito bastante, pero no lloro porque ella me dijo antes de irse que yo tenía que ser fuerte como el Capitán Escarlata", piensa el narrador. El niño vive, de esta manera, su ausencia con normalidad; son los demás los que se confunden, los que crean dramas fuera de lugar, los que generan la atmósfera de angustia. Con eso queremos decir que los niños son capaces de entender la realidad si, eso sí, se les explica bien.
Las ilustraciones de Cómplices acompañan, con su planteamiento, el tono realista del relato y muestran, sin miedo, las escenas del duelo o de las disputas, pero también presentan a la familia reunida y, entonces, los colores son luminosos y alegres. La portada resume el secreto de la abuela y, si el lector sabe mirar, entenderá que la abuela no se ha ido del todo, porque su secreto, tan bien guardado, los ha puesto, al fin, de acuerdo.

1 comentario:

  1. EXCELENTE LIBRO!!! Ayer vino mi hermana que se bibliotecaria a mi casa con ese libro para leerlo en familia. Me encantó el ejercicio de sentarnos todos alrededor de ella escuchando atentamente y, llorando en familia de risa, aunque el tema sea muy pronfundo la forma de relatarlo y el final es genial! Felicitaciones y gracias a la autora.

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