La rana vegetariana,
Cynthia Lucía Menchaca Arizpe.
Diseño e ilustraciones: Salomón Iracheta,
Horson Ediciones Escolares, 2012.
La rana vegetariana cuenta algo tan importante como es la superación personal. Y es que no todos tenemos que ser iguales en la vida y no todos tenemos que hacer lo mismo que han hecho nuestros padres ni siquiera debemos colmar las expectativas de nadie porque, al fin de cuentas, cada ser es único e individual y debe crecer por sí mismo. Sin presiones ni limitaciones ni trabas.
Petra es una rana diferente porque no sabe saltar y no es que no lo intente, sino que, sencillamente, no le sale. Sus hermanos se burlan de ella, sus padres se preocupan y su madre la lleva al médico. ¿Nos suena la historia? Seguro que sí, aunque aplicada a los más pequeños de la casa. El médico sugiere que hay de darle más autonomía a la rana y no facilitarle las cosas, que aprenda a cazar sus propias moscas, pero ni así logra saltar. Hasta que un día, gracias a un mono que le sugiere que coma hojas, Petra descubre mil maneras de aderezarlas, mil maneras de preparar una ensalada y aprende que, aparte de las moscas, hay otros alimentos interesantes. Tanto es así que contagia, entre los habitantes del pantano, la costumbre de comer ensaladas. Su madre decide sacarle partido a esta cualidad de la pequeña y le propone que monte un restaurante. El padre no lo acaba de ver claro, pero acepta. Y es tal el éxito que el presidente del pantano la condecora con una medalla y ofrece una fiesta en su honor. En ese momento, Petra, al fin, se siente bien y en paz consigo misma… y, cómo no, da un espectacular salto.
La base alegórica del cuento de Cynthia Lucía Menchaca Arzipe, ganadora del IX concurso de Cuentos infantiles sin fronteras de Otxarkoaga, está clara ya que, de una manera tierna, cercana a la fábula, muestra la necesidad de que cada ser se sienta valorado por lo que es no por lo que se espera que sea. Petra no logra saltar bajo presión, solo lo hace cuando se sabe reconocida y aceptada por los suyos.
La rana vegetariana está ilustrada por Salomón Iracheta con unos dibujos festivos, llenos de colorido, en donde Petra destaca por encima del resto de los animales por sus ojos vivos y amigables y por su gorro de cocinera. El color verde, por supuesto, es el que preside estas hermosas ilustraciones.
La presentación del libro está muy cuidada y se trabaja de manera conjunta texto e imagen con lo cual se logra una excelente fusión que, con seguridad, será del gusto del pequeño lector. El texto, en suma, va destinado a los primeros lectores, a los que se inician en el mundo de la lectura. Combina narración con diálogo y pequeñas pinceladas descriptivas. Es un cuento bien trabado y que ayudará a fomentar la lectura porque ofrece, como ya se ha dicho, un relato ameno, protagonizado por unos personajes con los que el niño podrá sentirse identificado y que le ayudarán a entenderse a sí mismo y, lo que es mejor, a que los demás lo entiendan.
La rana vegetariana es un cuento con valores educativos que huye del didactismo fácil y que, sin embargo, muestra una lección de vida.
Anabel, gracias por promover siempre una literatura sin fronteras y un diálogo que construya una nueva voz para las dos orillas. Un abrazo desde México también siempre.
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