miércoles, julio 18, 2012

Víctor González,
Madrid, Pearson Alhambra, 2011.



El hacedor de reyes y otros cuentos, de Víctor González es un libro inteligente escrito para lectores que disfrutan con los enigmas, con las sorpresas, con los misterios y, sobre todo, con los finales cambiados.
El libro está formado por más de 50 relatos breves, microrrelatos en muchos casos, que van de la mitología, a la historia; de los personajes abstractos a los animales; del humor a la ironía; de la infancia a la madurez. Son cuentos aparentemente sencillos, porque se leen si dificultades, pero que necesitan varias lecturas para entenderse o, al menos, para calibrar parte de su significado, por Víctor González ni hace concesiones al vocabulario ni resuelve del todo sus enigmas, a menudo deja en el aire la respuesta o termina con una lógica tan aplastante que el lector sospecha que “hay gato encerrado” y empieza a leer de nuevo. Como muestra un ejemplo. El cuentecillo titulado “Cómo distinguir a un poeta de un hombre corriente” dice así: “Los poetas se distinguen del resto de los hombres de una forma muy sencilla: si se les hace una pregunta, sea la que sea, los poetas auténticos no pueden evitar dar la respuesta correcta”.
Las situaciones que se plantean son disparatadas, a veces, en la línea del esperpento o del surrealismo: un niño que tiene un imán tan potente que le prohíben la entrada en París para que no se le pegue la Torre Eiffel, un adivino que cambia su profesión por la ornitólogo o una mujer que se ha sometido a tantas operaciones que, al fin, logra su propósito: ser irreconocible.
Víctor González maneja un vocabulario culto y alude, a menudo, a personajes o a conceptos de la historia o de la mitología. Sus cuentos son entre paradójicos y llamativos, entre divertidos y extraños, entre cultos y tradicionales, entre lúdicos y serios.
Con frecuencia el autor hace guiños al lector y le ofrece muchas claves para que entienda el cuento o, al menos, no se quede en la superficie. Un cuento precioso, “La niña del mar” recrea, de alguna manera metafórica, la vida de la poetisa Alfonsina Storni… por eso el cuento termina, así, lacónico y directo: “Esta historia es cierta. La niña se llama Alfonsina”.
El Hacedor de reyes y otros cuentos está en la línea de los cuentos breves de Monterroso, por ejemplo, por la alusión a la alegoría, por los personajes imposibles que recrea, por las situaciones extraordinarias, tan cotidianas y, a la vez, tan extrañas.
Es, en definitiva, un libro para todas las edades. Los lectores desde 12 años, por ejemplo, se divertirán con las situaciones chocantes que plantea, aunque quizá no las entiendan del todo; los mayores disfrutarán en cada lectura porque, está garantizado, el libro gana con la relectura. Un texto, sin duda, genial.

1 comentario:

  1. ¡Vaya! Muchas gracias. Ya sé que llego tarde (tu entrada es de 2012) pero mil gracias de todas formas. Un abrazo, Víctor González.

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