domingo, octubre 23, 2011

Miedos y manías,
Lluís Farré. Mercè Canals,
Bambú (Casals), 2011.


La pequeña Rita es una niña singular. Bonita. Curiosa. Observadora. Coleccionista. Organizada…. Y, sobre todo, cargada de manías. La mochilla que lleva a su espalda es tan grande que ya camina doblada. Rita tiene miedo de todo, de no gustar o de gustar demasiado, de estorbar, de hacer el ridículo y de no hacerlo. A Rita no le gusta ni su voz ni su nariz, de nada de nada. Vive tan agobiada que casi ni respira de puro miedo… No obstante, hay algo que le da más pavor que nada en este mundo y es que se muera su abuela Lola. Lola es una vigorosa mujer de 89 años que vive como le da la gana, que colecciona las cosas más estrafalarias (de ahí la afición de Rita), que viste de manera alegre, que tiene el pelo largo y que no tiene en cuenta el qué dirán. Ni falta que le hace.
Lluís Farré firma este libro tan oportuno para aquellos niñas y niños que viven pendientes de los demás, obsesionados con sus defectos, ahogados en sus manías. Son niños y niñas que lo pasan mal, que no se valoran, que quieren pasar desapercibidos. Para esos niños y todos los demás, incluidos sus padres y educadores, Miedos y manías supone una bocanada de aire fresco que viene que oxigenar el agobio producido por ese cúmulo de pequeñas cosas que, juntas, se convierten en manías y miedos. Rita se da cuenta de que no es así cómo quiere vivir su vida y, para ello, se produce aquello que más temía: la muerte de su abuela. Cuando ve cómo la querían los demás y repasa su manera de ser, su manera de pensar, su manera de vestir… Rita cambia y decide ser tan valiente como su abuela. Rita empieza cambiando de ropa, “y con el cambio de ropa, parece ser que algunas manías cayeron al suelo y la vergüenza fue a parar al fondo del armario”, apostilla el autor. De donde no debe salir nunca más, decimos nosotros.
Miedos y manías es un libro destinado a los primeros lectores que está escrito en 3º persona de una manera fresca y directa. El autor juega con el pensamiento de Rita y acude a la interrogación y a la admiración para realzar más la historia. Conoce, además, muy bien la psicología infantil y se pone a la altura de los lectores puesto que juega con las palabras y no tiñe de dramatismo el texto, sino que lo aligera con situaciones y expresiones divertidas, como para demostrar al niño que… todo puede mirarse desde el lado festivo, que si nos tomamos muy en serio, es cuando surgen las manías y, con ellas, los miedos y todo junto no nos deja vivir. Y Rita aprende a vivir. ¿Por qué no van a hacerlo los lectores de Miedos y manías?
Las ilustraciones de Mercè Canals son tiernas y luminosas. Destacan a Rita, cargando su pesado fardo de manías y a la abuela Lola, llena de vitalidad, a sus 89 años. Son ilustraciones vivas, que ponen rostro a los sentimientos de la pequeña Rita.
En suma, Miedos y manías es un libro divertido, pero que contiene un mensaje muy importante, como se ha visto. No obstante no se presenta con una carga de moralina suplementaria, sino que el relato es diáfano e, incluso, lúdico.

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