"El vértigo de los canallas",
Alfredo Gómez Cerdá,
Santillana, 2018 (Loqueleo)
Alfredo Gómez Cerdá,
Santillana, 2018 (Loqueleo)
En Poblado viven tres niños, Estrella, Manuel y Bernardo. Los tres se
entretienen en los juegos de la infancia mientras el tiempo, duro y sin
misericordia, les va tendiendo sus celadas. Llega un momento que han de
trabajar para ayudar a su familia y crecer. La amistad de los tres, que
parecía sólida y sin fisuras, se rompe porque los dos muchachos
pretenden a Estrella y ella, que no quiere dañar a ninguno, escoge a
Manuel. Y a partir de aquí se tuercen los destinos.
"El vértigo de
los canallas" es la esperada novela de Alfredo Gómez Cerdá quien, sin
duda, no nos dejará indiferentes ya que escoge una historia dura,
directa y muy real. Podemos situar Poblado en un lugar de
Hispanoamérica, aunque no lo dice. Podemos, incluso, atrevernos a decir
que está en Colombia, aunque tampoco lo dice. Sí sabemos que transcurre
en el Siglo XXI y que está inspirada en hechos reales. Poblado es un
lugar olvidado de todos, en donde se vive del trabajo agrícola y en
donde es imposible cambiar de vida porque parece que todo viene marcado
desde el nacimiento. Por eso, los tres amigos juegan y hablan de
marcharse, algún día, de Poblado. Quien apuesta por ello es Manuel quien
afirma que va a construir diques. Bernardo, algo más lento y reposado,
no se atreve a contrariarlo y Estrella quiere vivir con los pies en el
suelo. Cuando Estrella y Manuel se prometen y deciden hacerse cargo del
único bar del pueblo para poder ahorrar y marcharse de Poblado, Bernardo
se siente traicionado, aunque no dice esa palabra, y decide que es él
quien se va a ir. Entra en el ejército y acaba, leal y silencioso, en la
selva, sirviendo a un capitán taciturno y violento y dejando a un lado
sus principios. Bernardo acaba en lo más profundo de la selva,
deshumanizado, endurecido, con la obsesión de Estrella que no lo deja
vivir. Mientras, en el país una banda de ladrones, llamada la banda del
Yacaré hace extragos. El capitán, después de un intento fallido, trama
un plan y Bernardo, calculador y sin sentimientos, lo lleva a cabo.
Manuel acaba convirtiéndose en el chivo expiatorio para que otros
consigan sus medallas, mientras Estrella intenta recuperar el buen
nombre de su marido y seguir al frente del bar porque, de alguna manera,
hay que vivir.
La novela se organiza en torno a dos partes, la
primera aún en los tiempos de la inocencia, donde todo es posible y la
segunda ya cuando los chicos dejan atrás su infancia y caminan hacia la
edad adulta. Bernardo que parece una buena persona, que lo es de hecho,
siente "un fuego que lo quema por dentro" desde que Estrella lo rechaza
y, sin tramarlo, pero sin dejar de hacerlo, tiende una trampa a Manuel.
"El vértigo de los canallas" es una novela cruda y singular, que ahonda
en una sociedad hecha de apariencias, en donde se buscan recompensas
fáciles a cambio de sembrar el dolor y el desconcierto. La hipocresía es
evidente, en una sociedad que quiere dormir tranquila y que oculta su
basura debajo de la alfombra, aunque es inevitable que acabe oliendo muy
mal.
Son varios los personajes que aparecen en las páginas del
libro. Destacan el hombre más anciano del lugar, quien tiene cuatro
orejas, con "la primera escucha a sus semejantes. Por la segunda escucha
al viento, a la lluvia, al agua del río, al trueno de la tormenta y, de
este modo, entiende lo que la naturaleza quiere decir. Por la tercera
escucha a los animales y comprende sus necesidades e inquietudes". Y
"por la cuarta oye a los muertos". Es un personaje al que consideran
loco, aunque Estrella sabe que no es verdad. Otro es la bruja de
Poblado, a la que llaman Seisdedos quien avisa continuamente a Estrella
acerca de su destino y de la ella huye siempre porque le han enseñado a
no creer en supercherías. El otro es el Capitán Gamallo, un hombre
embrutecido, quien lleva sus misiones en la selva y quien no duda en
acudir a la trampa mortal para conseguir prestigio.
Alfredo Gómez
Cerdá escribe un relato conmovedor, con momentos muy líricos, con
descripciones del paisaje y del alma y con muchos elementos que aluden a
una sociedad marcada por la pobreza, el abandono, la droga y la falta
de recursos. El amor y la amistad son los dos sentimientos más
importantes, aunque el segundo se diluye de alguna manera cuando avanza
el primero.
Hay muchos elementos que podríamos comentar y que nos
hacen pensar en la falta de recursos y de esperanzas en gran parte de la
población mundial. Por ejemplo, cuando Estrella, ilusionada, prepara un
pastel para su familia, su padre se lo recrimina porque no es día de
fiesta y es innecesario y superfluo. Todo tiene que servir para algo. No
hay lugar para las ilusiones.
La esperanza de Manuel y Estrella
era salir de Poblado y ver mundo, solo lo logró Bernardo, aunque mejor
hubiera hecho quedándose en su casa. No hay nada más allá del pueblo,
parece que las barreras sean infranqueables y sea imposible poder medrar
y salir adelante.
"El vértigo de los canallas" está narrada en tercera persona omnisciente y nos lleva, con pulso firme y comprometido, hacia un desenlace que nunca hubiéramos sospechado y que nos hace reflexionar mucho acerca del ser humano, de sus claros y oscuros, de sus miedos, anhelos, frustraciones y miserias.
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