Poemas de la Oca Loca
Gloria Fuertes
Ilustraciones de Miguel Ángel Pacheco
Kalandraka, 2016
No podemos acabar el año sin recomendar, todas las veces necesarias, que los Reyes lleguen con sus sacas repletas de libros de esta gran mujer y gran poeta que Gloria Fuertes. Conforme su ausencia se hace más palpable se descubre que fue pionera, rompedora y, sobre todo, una poeta todoterreno, para niños y adultos. Esperemos que el año próximo, el de su centenario, nos la devuelva pura, fresca y desenfadada como ella fue, como yo, que crecí con sus poemas, la recuerdo.
Una buena propuesta, sin duda, es la reedición de Poemas de la Oca Loca, cuyo original se publicó en 1978. Con una selección de 25 poemas, realizada por Federico Martín y Antonio Rubio, el libro sigue siendo actual gracias a esa manera de componer, cercana al nonsense, que tenía Gloria Fuertes, Sus versos nunca nos dejan indiferentes, juegan con imágenes absurdas, contrarias a la lógica que nos hacen reír y, sobre todo, soñar e imaginar. Gracias a las rimas, a los juegos de palabras, a las enumeraciones y a los paralelismos, son poemas propicios para ser recitados y muy aptos para los primeros lectores. Gloria Fuertes es una maestra de la rima consonante con la que se encandila y nos encandila.
Aprenderemos, de la mano de esta escritora madrileña. a dibujar a una señora, a un señor, a un niño, a un gato, a un pollito, a una ballena, a un esquimal, a un cangrejo y a muchos más personajes, animales o cosas que nos dejarán huella imborrable.
Sin duda, la poesía debe leerse desde la más tierna infancia, cuando aún no se sabe leer porque es un género que cala rápido en las almas infantiles. En el caso de Gloria Fuertes, gracias a su dominio de la sonoridad, a su gusto por las palabras, a esa manera especial que tenía de elevar lo cotidiano a materia poética y a su derroche de imágenes es aún más fácil contagiar a pequeños y grandes de la alegría de vivir, de la alegría de saberse en el mundo, de contemplar, de ser parte importante de la historia porque Gloria Fuertes jamás se olvidaba de sus receptores, es más, como una juglar de tiempos modernos, se dirige a ellos, les pregunta, comparte opiniones y siempre siempre los tiene en cuenta. De ahí su vigencia y la necesidad que seguimos teniendo de ella.
Respecto a las ilustraciones son muy adecuadas para complementar el poema. Recrean al personaje, animal o cosa de la que se habla. La sonoridad de los poemas y la luminosidad de las imágenes conjugan y ofrecen una versión de los Poemas de la oca loca muy cuidada y recomendable.
Gloria Fuertes derrochó siempre humor y humanidad y, si no, leamos algunos versos del poema que da titulo a la obra:
"Le piaban veinte patos
y pasaba malos ratos.
¡Tanto pico, tanta boca!
La Oca se volvió loca".
Y ahora, hay que abrir el libro por la página que sea y disfrutar de la vida y volver, en el caso de que lo lea un adulto, a sentirse como un niño, lo cual es más que aconsejable.
El libro, por último, ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
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