La bruja del pan pringao,
Pilar Mateos, Algar, (Calcetín, 102), 2014.
Pilar Mateos es una veterana escritora que sabe muy bien cómo encandilar a los lectores más pequeños. No es la primera vez que escoge a una brujita como personaje de sus obras, ya lo vimos, por ejemplo, en La bruja Mon.
En esta ocasión la protagonista de las estampas que conforman La bruja del pan pringao es una niña muy bonita, que viste con una capucha y que, en apariencia, no es una bruja. La pequeña, no obstante, vive con su hermana bruja y está aprendiendo a hacer algunos cortilegios y hechizos, pero nadie la toma en serio ya que es una niña dulce y hermosa. Es más, la llaman "la bruja del pan pringao" de una manera humorística, que a ella no le hace ninguna grancia.
Pilar Mateos, en nueve capítulos, recoge nueve situaciones en las que la pequeña demuestra sus incipientes poderes, aunque nadie sospecha que ha sido ella, así nadie ni la riñe ni le da las gracias y eso es frustrante, la verdad. El libro recoge momentos hilarantes que harán que el pequeño lector se divierta al imaginar los cambios que esa brujita, en apariencia inocente, está haciendo.
Hay, eso sí, unos animalitos que siempre la acompañan y que dan fe de su condición de bruja, las arañas, aunque son tan pequeñas como ella y nadie las ve.
La bruja del pan pringao, ilustrada por Horacio Elena, es un libro alegre, que rompe con la imagen tradicional de las brujas, que apuesta por la infancia de las mismas y que de demuestra que, a veces, tras los sucesos extraños de nuestras vidas, puede haber alguna brujilla escondida. Miremos, miremos a ver si la encontramos.
Mientras, la pequeña, sigue con su secreto a cuestas y ha encontrado una manera de ser feliz. Se ha comprado una careta de bruja en la feria y eso le da seguridad, aunque los demás sigan ignorándola. El mensaje es claro: no importa lo que piensen los demás, sino lo que cada uno crea y sienta. Igual que a esya brujita le ha brotado "una sonrisa recién nacida en el corazón", a los lectores, a partir de 8 años, les pasará lo mismo cuando aprendan a valorarse ellos mismos.
Un libro, en suma, ideal para potenciar la autoestima y para que los niños se aficionen a la lectura ya que son capítulos breves que encierran, cada uno, una historia diferente con la que pasar, eso sí, un buen momento.
Pilar Mateos, Algar, (Calcetín, 102), 2014.
Pilar Mateos es una veterana escritora que sabe muy bien cómo encandilar a los lectores más pequeños. No es la primera vez que escoge a una brujita como personaje de sus obras, ya lo vimos, por ejemplo, en La bruja Mon.
En esta ocasión la protagonista de las estampas que conforman La bruja del pan pringao es una niña muy bonita, que viste con una capucha y que, en apariencia, no es una bruja. La pequeña, no obstante, vive con su hermana bruja y está aprendiendo a hacer algunos cortilegios y hechizos, pero nadie la toma en serio ya que es una niña dulce y hermosa. Es más, la llaman "la bruja del pan pringao" de una manera humorística, que a ella no le hace ninguna grancia.
Pilar Mateos, en nueve capítulos, recoge nueve situaciones en las que la pequeña demuestra sus incipientes poderes, aunque nadie sospecha que ha sido ella, así nadie ni la riñe ni le da las gracias y eso es frustrante, la verdad. El libro recoge momentos hilarantes que harán que el pequeño lector se divierta al imaginar los cambios que esa brujita, en apariencia inocente, está haciendo.
Hay, eso sí, unos animalitos que siempre la acompañan y que dan fe de su condición de bruja, las arañas, aunque son tan pequeñas como ella y nadie las ve.
La bruja del pan pringao, ilustrada por Horacio Elena, es un libro alegre, que rompe con la imagen tradicional de las brujas, que apuesta por la infancia de las mismas y que de demuestra que, a veces, tras los sucesos extraños de nuestras vidas, puede haber alguna brujilla escondida. Miremos, miremos a ver si la encontramos.
Mientras, la pequeña, sigue con su secreto a cuestas y ha encontrado una manera de ser feliz. Se ha comprado una careta de bruja en la feria y eso le da seguridad, aunque los demás sigan ignorándola. El mensaje es claro: no importa lo que piensen los demás, sino lo que cada uno crea y sienta. Igual que a esya brujita le ha brotado "una sonrisa recién nacida en el corazón", a los lectores, a partir de 8 años, les pasará lo mismo cuando aprendan a valorarse ellos mismos.
Un libro, en suma, ideal para potenciar la autoestima y para que los niños se aficionen a la lectura ya que son capítulos breves que encierran, cada uno, una historia diferente con la que pasar, eso sí, un buen momento.
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