Mejor Manolo, Elvira Lindo, Barcelona, Círculo de Lectores, 2012.
Han pasado diez años desde las últimas aventuras de Manolito García Moreno, Manolito Gafotas. “Mejor Manolo” pone remedio a tanto silencio y, de la mano de Elvira Lindo, volvemos a reencontrarnos con el mismo Manolito, aunque más mayor, pero igual de ocurrente. No hay duda de que el personaje ha evolucionado porque ha crecido y eso se refleja en sus reflexiones. No obstante, sigue siendo el mismo chico que hizo reír a tantos lectores con sus ocurrencias y que vuelve, en plena crisis, a recordarnos cómo vive una familia media de Carabanchel (Alto) con la que es fácil identificarse.
En esta ocasión, la familia de los García Moreno ha aumentado con el nacimiento de una hermana, Catalina, a la que todos llaman Chirli, por una ocurrencia del abuelo. El Imbécil ha sido destronado y ocupa el lugar de “secundario de lujo”. Y Manolito sigue buscando su sitio en la familia y en el “mundo mundial”.
Reconocemos las mismas expresiones que hicieron célebre la serie, los mismos giros y el mismo gracejo que no ha perdido ni un ápice de modernidad ni de frescura. Manolito se mantiene en forma y llega con ganas de recuperar el tiempo perdido.
Elvira Lindo se esconde tras el personaje que emplea, como siempre, la segunda persona narrativa para dirigirse a un lector cómplice deseoso de leer sus peripecias. No defraudará a los más veteranos que añorábamos nuevos títulos protagonizados por el muchacho ni a los nuevos lectores que, tal vez, descubran por el final a Manolito y quieran conocerlo más leyendo el resto de sus aventuras.
Manolito es un niño sabio, cargado de razón y de lógica, que observa a sus familiares y vecinos, que sabe escoger la palabra justa y castiza para describir una situación y que es capaz de meterse en líos sin quererlo solo porque es así.
“Mejor Manolo” gustará a todos porque presenta situaciones actuales, porque aborda temas variados con una ironía muy fina, pero llena de crítica a la situación actual y porque ha sabido ajustarse a los tiempos. El Imbécil, por ejemplo, es un niño prodigio con los ordenadores que no está ajeno a las redes sociales.
El libro, por otra parte, está ilustrado por Emilio Urberuaga de manera inconfudible. Manolito muestra una mirada mitad sorprendida, mitad curiosa, con la que observa su entorno y lo retrata de manera directa y muy ocurrente. Pero… eso sí, ahora ya comienza a estar cansando de ser Manolito y prefiere “mejor Manolo”.
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