Osos / Ossets
Ruth Krauss / Maurice Sendak
kalandraka, 2015
Ruth Krauss publicó en 1948 el texto que hoy comentamos. En un primer momento las ilustraciones eran de Phyllis Rowand. En 2005 volvió a editar el libro, esta vez con las ilustraciones actuales, de Maurice Sendak.
Sendak escoge a un niño, muy parecido al Max de Donde viven los monstruos, para protagonizar el delirio que es Osos.
La historia, como suele suceder en Sendak, se inicia por la noche, cuando un perro le roba el osito de peluche al niño. Este, que no se puede dormir sin su muñeco, lo persigue para tratar de recuperarlo. Y es este viaje lo que se cuenta en el cuento.
El texto, breve, directo y rimado, va cerrando, poco a poco, la peripecia del niño que, por querer recuperar su osito, se encuentra, cara a cara, con todo tipo de osos, en distintas circunstancias y con distintas actitudes, mientras el perro, sin ningún miramiento, sigue escabulléndose con el osito en la boca.
Realmente, gracias a la tipografía, a las imágenes, Osos es un puro juego en donde la imaginación entra en el sueño de un niño para hacerle vivir unas situaciones cercanas al nonsense. Solo el final, en donde, de la manera más curiosa se desvela el porqué del sueño, vuelve al lector a la normalidad. Pero... eso sí, no lo predispone para dormir, ni mucho menos, sino más bien para seguir viviendo aventuras.
Poner un texto ilustrado por Sendak en manos de los prelectores es un acierto y una apuesta por el juego y la diversión en estado puro. Además, texto e imágenes se ensamblan de una manera tan perfecta, que es difícil separarlas.
El humor, las onomatopeyas, el disparate y el juego se sirven a los más pequeños. Una buena forma de hacer que los niños entren en el mundo de la lectura por el camino de la diversión. De esa manera, repetirán.
Sendak es ya un clásico de la literatura infantil y sus textos e ilustraciones lejos de pasar de moda, cada día cobran mayor importancia. Por eso, es un acierto que se reediten sus libros. Cabe recordar que, entre los años 50 y 60, Ruth Krauss y Sendak aportaron frescura a los álbumes ilustrados; de ahí su vigencia.
El libro, editado primorosamente por Kalandraka, pone al alcance de los niños una verdadera joya de la literatura infantil que se presenta en castellano, gallego, catalán, euskera y portugués. No hay excusa, pues, todos a deleitarse con estos osos tan estrafalarios y, hasta cierto punto, excéntricos.
Ruth Krauss / Maurice Sendak
kalandraka, 2015
Ruth Krauss publicó en 1948 el texto que hoy comentamos. En un primer momento las ilustraciones eran de Phyllis Rowand. En 2005 volvió a editar el libro, esta vez con las ilustraciones actuales, de Maurice Sendak.
Sendak escoge a un niño, muy parecido al Max de Donde viven los monstruos, para protagonizar el delirio que es Osos.
La historia, como suele suceder en Sendak, se inicia por la noche, cuando un perro le roba el osito de peluche al niño. Este, que no se puede dormir sin su muñeco, lo persigue para tratar de recuperarlo. Y es este viaje lo que se cuenta en el cuento.
El texto, breve, directo y rimado, va cerrando, poco a poco, la peripecia del niño que, por querer recuperar su osito, se encuentra, cara a cara, con todo tipo de osos, en distintas circunstancias y con distintas actitudes, mientras el perro, sin ningún miramiento, sigue escabulléndose con el osito en la boca.
Realmente, gracias a la tipografía, a las imágenes, Osos es un puro juego en donde la imaginación entra en el sueño de un niño para hacerle vivir unas situaciones cercanas al nonsense. Solo el final, en donde, de la manera más curiosa se desvela el porqué del sueño, vuelve al lector a la normalidad. Pero... eso sí, no lo predispone para dormir, ni mucho menos, sino más bien para seguir viviendo aventuras.
Poner un texto ilustrado por Sendak en manos de los prelectores es un acierto y una apuesta por el juego y la diversión en estado puro. Además, texto e imágenes se ensamblan de una manera tan perfecta, que es difícil separarlas.
El humor, las onomatopeyas, el disparate y el juego se sirven a los más pequeños. Una buena forma de hacer que los niños entren en el mundo de la lectura por el camino de la diversión. De esa manera, repetirán.
Sendak es ya un clásico de la literatura infantil y sus textos e ilustraciones lejos de pasar de moda, cada día cobran mayor importancia. Por eso, es un acierto que se reediten sus libros. Cabe recordar que, entre los años 50 y 60, Ruth Krauss y Sendak aportaron frescura a los álbumes ilustrados; de ahí su vigencia.
El libro, editado primorosamente por Kalandraka, pone al alcance de los niños una verdadera joya de la literatura infantil que se presenta en castellano, gallego, catalán, euskera y portugués. No hay excusa, pues, todos a deleitarse con estos osos tan estrafalarios y, hasta cierto punto, excéntricos.
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