Veinte cuentos clásicos,
Carlos Reviejo -Federico Delicado,
Madrid, SM, 2013.
Los niños y niñas actuales siguen disfrutando con los mismos cuentos que leyeron o escucharon sus padres y sus abuelos. No obstante, es importante ofrecérselos de manera atractiva para que los entiendan y disfruten de ellos. Los cuentos clásicos son aquellos que permanecen, contra modas y opiniones; son los cuentos de príncipes y princesas, pero también de mundos exóticos y seres imaginarios. Gracias a esos cuentos los primeros lectores aprenderán a canalizar sus emociones y a entenderse un poco más.
Por eso nos parece muy acertada la propuesta que Carlos Reviejo hace de 20 cuentos clásicos, entre los que se encuentran títulos tan jugosos como "Caperucita Roja", "Los tres cerditos", "Las siete cabritillas", "El gato con botas". No olvida también clásicos literarios como "El patito feo", "Las fosforera" o "El soldadito de plomo". Hay también algún cuento español como "La gallinita roja" o "El día que se cayó el cielo".
Carlos Reviejo, muy respetuoso con el texto original, logra crear una versión más fresca y directa, como, si fuera, por usar un término artístico, el restaurador de esos cuentos a los que les saca nuevo brillo. Cada cuento, por sí solo, es una joyita literaria que, poco a poco, irá calando en el pequeño lector y creando en él la afición por la literatura.
Veinte cuentos clásicos no es solo un libro para leer, sino para escuchar porque muchos de los pequeños receptores aún no saben leer y necesitan que un adulto -padre, madre, educador...- les atrape las palabras y se las ofrezca en forma de cuento. Este libro es, sin duda, ideal, para entresacar un cuento cada noche, pero también nos parece interesante que esté en las aulas porque el cuento clásico, insistimos, tiene mucho qué aportar.
Federico Delicado, por su parte, es el ilustrador de estos cuentos y lo hace con dibujos a todos color que ocupan páginas enteras del libro y que se fusionan con el texto. En las ilustraciones de Delicado los animales, a menudo, se asemejan a los humanos. En cada cuento cambia, de alguna manera, de registro porque cada cuento exige una mirada atenta y una recreación singular.
En suma, Veinte cuentos clásicos es un libro hermoso, un buen regalo para niños y mayores.
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