Toti Martínez de Lezea,
Alfaguara, 2011.
Toti Martínez de Lezea, una de las maestras de la novela histórica en lengua española, nos aproxima al género de misterio destinado a los jóvenes con esta novela, Muerte en El Priorato.
Iker es un joven de 14 años, al que le gusta más soñar que estudiar. Nunca llega puntual a clase y eso, unido a otros elementos, hace que suspenda la asignatura de Cultura clásica. De ahí que su verano no vaya a ser, en principio, ninguna maravilla. Sus padres insisten en que llevárselo a una casa rural en La Rioja , el Priorato, lo cual acaba de hundir a Iker quien no es, precisamente, un chico de campo, sino más bien un urbanita. Ahora bien, en ese caserón, poco a poco, cambiará de opinión. No solo acaba haciéndose muy amigo de los hijos de los dueños, Sara, de su edad, y Aleix, un par de años menor, sino que encabeza una especie de investigación policial en torno a la muerte de una de las huéspedes de la casa rural, doña Rosalía. Iker y sus amigos barajan múltiples posibilidades e imaginan que ha sido un crimen, dado el misterio que parece envolver a otros huéspedes y a la propia abuela de Sara y Aleix.
La novela es emocionante para el joven lector porque va introduciéndolo, poco a poco, en la trama y, a la vez, no pierde de vista ni las emociones de Iker ni su vida cotidiana. Sus padres, por ejemplo, en especial su madre son muy protectores, extremadamente protectores y asfixian a menudo al muchacho. Por si fuera poco, el profesor que lo ha suspendido, don Ismael, también se aloja en el Priorato.
La novela está ambientada en la geografía española, entre Vitoria y La Rioja y alude a entornos fácilmente reconocibles, lo cual es un aliciente más para el lector.
Muerte en el Priorato se estructura en torno a 25 capítulos que van desgranando esos días de verano en los que el misterio parecía estar servido. Las vacaciones aburridas se transforman en unos días en los que todo podría ser posible, desde un crimen pasional hasta la presencia de un fantasma o el complot de unos huéspedes. Finalmente, cuando Iker ya ha vuelto a su casa, tras hacerse un esguince, la propia Sara, de quien no llegó a despedirse, le cuenta el resto de la historia que no se parecía en nada a la que ellos habían imaginado.
El relato juega es un buen ejercicio metaliterario puesto que, al final, descubrimos que es la propia novela de Iker, quien la escribió para no olvidar esos días. La novela acaba en manos de su tía y, de ahí va a otras manos, y, finalmente, es premiada. Por otro lado, Iker acaba aprobando la asignatura y pensando que no está tan mal eso de la Cultura clásica.
Muerte en el Priorato habla de las falsas apariencias, de las conjeturas erróneas, pero también del respeto hacia los demás, de la evolución de las personas y del crecimiento personal que cualquier persona, con independencia de la edad, ha de seguir. Lidia es la abuela de Sara y Aleix, pero no es una abuela al uso, como descubrirá el lector y el propio Iker. Doña Rosalía no fue asesinada, sino de enfermedad, aunque sí tenía un secreto de juventud que quería guardar.
En definitiva, una novela escrita con buen pulso, emocionante y que gustará mucho a los lectores desde 12 años en adelante y, por supuesto, a los adultos.
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