lunes, marzo 30, 2015

Las bolsitas de la Señora T,
Paula Merlán - Mar Blanco,
Amigos de Papel, 2015.

El "tiempo" es un concepto relativo, que no vivimos con la misma intensidad. Todos coincidimos que no es lo mismo una hora de alegría que una de dolor, que parece que, en el primer caso, los minutos vuelen y, en el segundo, se eternicen. Filósofos y escritores se han centrado en el tiempo y han reflexionado acerca del mismo. Quizá los poetas sean los que han dado más en el clavo a la hora de transmitir los sentimientos y sensaciones que provoca el paso del tiempo. Ya Machado definía su poesía como "palabra en el tiempo",
Estamos hechos de pasado, pendemos de un presente efímero y nos vemos abocados al futuro incierto, esa es la verdad. Hemos acuñado muchas expresiones relativas al hecho temporal. Así, se puede ganar, perder, malbaratar, robar o perder el tiempo. Lo que no podemos es recuperarlo; eso ya no nos corresponde a los mortales.
La señora T, la protagonista del relato de Paula Merlán, está aburrida o triste y el tiempo le pasa muy despacio. Por eso se le ocurren tres ideas peregrinas que la conducen a almacenar el tiempo, su propio tiempo. Guarda en tres bolsitas los segundos, los minutos y las horas que le sobran porque quiere que el día pase rápido. Cuando lo consigue, descubre que hay otras personas necesitadas de tiempo y accede a repartirlo con los demás; aunque eso la deja sin tiempo para ella misma. Cada lector puede hacer su propia interpretación, eso sí. El caso es que la señora T ya no tiene tiempo que recuperar y echa de menos no haber disfrutado más de las pequeñas cosas de la vida que, ahora, le son vedadas. Podría parecer triste, pero no lo es porque, gracias a una sorpresa luminosa de la escritora, la señora T, al fin, tiene toda la eternidad por delante y se encuentra con el señor T.
Podríamos pensar que la señora T es algo excéntrica, quizá, más bien, es una mujer mayor, viuda, que atraviesa por momentos de soledad y no sabe cómo llenarlos, por eso se le ocurre esa idea bizantina de guardar el tiempo. Ese tiempo que a ella le pesa como una losa, ayuda a los demás y ahí la señora T hace un ejercicio de generosidad inmenso.
El relato va destinado a los más pequeños, que quizá no entiendan todos los recovecos del mismo, aunque sí podrán ver que cada uno ha de vivir su propio tiempo y que vale la pena hacerlo.
La experiencia lectora la he realizado con niños de seis años y si bien a todos les ha interesado, solo algunos han ido más lejos y me han preguntado si la señora T se había muerto e, incluso, alguna ha afirmado que T significa tiempo. Es un camino sembrado de preguntas y de crecimiento.
Por lo tanto, es bueno ofrecer a los niños relatos con una buena carga reflexiva que ganan a cada lectura y que les permiten situarse en su propio mundo y establecer su autonomía personal.
Paula Merlán escribe un texto metafórico, lleno de colores y de luz. La señora T no se sentía feliz en su vida, por eso quería acortarla y, cuando lo logró, tuvo un momento para arrepentirse, aunque no hizo falta porque le aguardaba, como ya se ha dicho, "la eternidad".
En el libro también se reflexiona acerca de la prisa cotidiana. Las madres necesitarían que el día fuera mucho más largo para pdoer hacerlo todo. El panadero también va apurado. La maestra lo necesita para corregir y así, sucesivamente. Quizás sería mejor que nos ajustásemos a nuestra propia realidad y aprediéramos a vivir con lo que tenemos, sin pedir más tiempo y sin renegar de él.
Las ilustracions de Mar Blanco son cercanas y harán que el niño capte el matiz metafórico porque aparece la señora T cargada de tiempo y aparecen los segundos, los minutos y las horas personificados. Son ilustraciones cargadas de detalles, con mucho color y que se cierran con la recreación de lo que podríamos identificar como un soberbio paraíso, cargado de vegetación y de posibilidades.
Además, la tipografía juega con las letras y los colores y permite una lectura más cercana y atenta.
En definitiva, un libro para los más pequeños hecho para que los mayores reflexionemos y seamos capaces de decidir que hacemos con nuestro tiempo: ¿lo perseguimos o lo vivimos?

domingo, marzo 22, 2015








Antoni Gaudí,
Dàlia Adillon Marsó,
Kalandraka, 2015.

Antoni Gaudí és un àlbum il·lustrat adreçat als nens i nenes a partir de 4 anys, que els explica, d`una forma senzilla i molt poètica, la història del gran arquitecte Antoni Gaudí.
Gaudí va néixer a Riudoms i era el petit de cinc germans. Li agradava jugar a les construccions i passejar pel camp on mirava la natura i aprenia d`ella. De petit va passar moltes estones malalt. De gran va estudiar arquitectura i va treballar molts anys en molts projectes emblemàtics com són el Parc Güell, la Casa Milà o la Sagrada Família.
La Dàlia Adillon ens parla, com si fos un conte, d`una persona que va ser molt important, que va tenir molta voluntat per tirar endavant, però que, com tothom, va ser nen i és aquest aspecte el que agradarà als petits lectors, perquè Antoni Gaudí era un nen llest, que "s`avorria a l`escola" i que aprenia molt de la natura. Ens mostra que a l`infantesa estan les llavors que ens faran ser com serem a l`edat adulta. En Gaudí va trobar la seva font d`inspiració a la natura i ho veiem en les seves obres que va fer de gran.
El text, clar i directe, està fusionat amb les il·lustracions que no només ens presenten al personatge real, sinó que, de forma metafòrica, ens fan entendre com relacionava les seves obres amb la natura. Així el veiem podant unes rames de la Pedrera, o plantant les llavors i tenint-ne cura, del que seria la Sagrada Família.
Finalment, l`autora ens parlar de que es va dedicar a treballar fins la seva mort en els seus projectes i no en parla de com va ser, però sí queda el dibuix d`un tramvia, com el que el va atropellar.
La Dàlia Adillon ens mostra a Gaudí a totes les etapes de la seva vida, de nen, de jove, d`adult i de vell, però sempre amb una mateixa voluntat i un projecte ferm. És un bon exemple per a tots.
El llibre recrea part dels escenaris importants de la ruta de Gaudí i evoca, a la portada, alguns dels seus símbols, com ara el drac.
Antoni Gaudí acosta als més petits als món de l`arquitectura i la cultura en general amb una presentació atractiva i molt ben cuidada. El podem llegir també en castellà, gallec i anglès.
La bruja del pan pringao,
Pilar Mateos, Algar, (Calcetín, 102), 2014.

Pilar Mateos es una veterana escritora que sabe muy bien cómo encandilar a los lectores más pequeños. No es la primera vez que escoge a una brujita como personaje de sus obras, ya lo vimos, por ejemplo, en La bruja Mon.
En esta ocasión la protagonista de las estampas que conforman La bruja del pan pringao es una niña muy bonita, que viste con una capucha y que, en apariencia, no es una bruja. La pequeña, no obstante, vive con su hermana bruja y está aprendiendo a hacer algunos cortilegios y hechizos, pero nadie la toma en serio ya que es una niña dulce y hermosa. Es más, la llaman "la bruja del pan pringao" de una manera humorística, que a ella no le hace ninguna grancia.
Pilar Mateos, en nueve capítulos, recoge nueve situaciones en las que la pequeña demuestra sus incipientes poderes, aunque nadie sospecha que ha sido ella, así nadie ni la riñe ni le da las gracias y eso es frustrante, la verdad. El libro recoge momentos hilarantes que harán que el pequeño lector se divierta al imaginar los cambios que esa brujita, en apariencia inocente, está haciendo.
Hay, eso sí, unos animalitos que siempre la acompañan y que dan fe de su condición de bruja, las arañas, aunque son tan pequeñas como ella y nadie las ve.
La bruja del pan pringao, ilustrada por Horacio Elena, es un libro alegre, que rompe con la imagen tradicional de las brujas, que apuesta por la infancia de las mismas y que de demuestra que, a veces, tras los sucesos extraños de nuestras vidas, puede haber alguna brujilla escondida. Miremos, miremos a ver si la encontramos.
Mientras, la pequeña, sigue con su secreto a cuestas y ha encontrado una manera de ser feliz. Se ha comprado una careta de bruja en la feria y eso le da seguridad, aunque los demás sigan ignorándola. El mensaje es claro: no importa lo que piensen los demás, sino lo que cada uno crea y sienta. Igual que a esya brujita le ha brotado "una sonrisa recién nacida en el corazón", a los lectores, a partir de 8 años, les pasará lo mismo cuando aprendan a valorarse ellos mismos.
Un libro, en suma, ideal para potenciar la autoestima y para que los niños se aficionen a la lectura ya que son capítulos breves que encierran, cada uno, una historia diferente con la que pasar, eso sí, un buen momento.

Mentira,Care Santos, Edebé, 2015.

Mentira, Premio Edebé de Literatura Juvenil, aborda un tema incómodo y poco presente en la literatura para jóvenes. Care Santos se interna en el mundo de la delicuencia juvenil y, sobre todo, en los aspectos psicológicos de la misma y en la reinserción en la sociedad por parte de estos chicos y chicas, menores, que se encuentran en un centro tutelado por el estado que no se llama cárcel, pero que lo es.
En esta ocasión, la novela mantiene dos voces principales, la de Xenia y la de Éric. Xenia es hija única, cursa bachillerato y obtiene buenas notas. Vive en un mundo cómodo, muy pautado por sus padres, con poca libertad, pero tranquilo. Xenia es una buena lectora y ese el nexo de unión entre los dos protagonistas. El primer nexo de unión, al menos. A raíz de la lectura del libro de Salinger, Xenia entra en un foro y allí encuentra la opinión de otro lector. Poco a poco, ambos establecerán una relación extraña, pero intensa. El joven lector y Xenia comienzan en enviarse correos electrónicos que a ninguno de los dos dejarán indiferentes. La muchacha desea conocer al chico y, como este le pone largas, decide investigar por su cuenta. Su desengaño no tarda en llegar cuando Xenia descubre que todos los datos que le dio el supuesto Marcelo son falsos. Xenia se ha enamorado de un fantasma y decide cortar con él. Ya le han hecho bastante daño.
Mientras, recibe, en su instituto, un sobre que contiene una novela. La novela de Éric. Éric es el nombre real del chico con el que ha estado carteando y que ha decidido contarle su terrible historia. Éric ha sido acusado de asesinato y está cumpliendo condena, por así decirlo. Aunque, detrás de unas cifras frías, se esconde la peripecia de un adolescente sensible, inteligente y maltratado por la sociedad.
Xenia y el lector descubren a la vez, en forma de larga carta dividida en capítulos, la verdad de Éric quien lo cuenta con resignación, pero con una fuerza que atrapa desde el primer momento. Éric, si hubiera nacido en otra familia, habría sido como Xenia, en cambio le tocó la peor parte y le tocó asumir un asesinato que él no había cometido para salvar al único amigo que tuvo nunca, Ben.
El libro se estructura en dos bloques principales que ofrecen las dos caras de una misma historia. La narración de Xenia y la carta de Éric. Ambas historias se cruzan y confluyen en un final esperanzador.
El relato ahonda en cuestiones psicológicas, porque bucea en las mentes de ambos jóvenes, en especial la de Éric, un joven callado que se desahoga escribiendo.
Los personajes no son, en absoluto planos, sino que se van definiendo ellos mismos ya que no hay un narrador paternal que nos ofrezca respuestas, sino dos jóvenes que están creciendo, como el personaje de Salinger, que tanto les impacta. De hecho Mentira es, en otros muchos aspectos, un homenaje al Guardián entre el centeno y a las buenas lecturas, esas que dejan huella y que permiten que el lector, en este caso en formación, siga creciendo y madurando.
La novela, en definitiva, es espléndida. Care Santos es capaz de escribir con luz, con energía positiva acerca de una temática con la cual es difícil lidiar, como ya decíamos al principio, sin caer en las moralinas huecas. Como dice la propia escritora en su nota a los lectores su novela "lanza más preguntas, nada fáciles de contestar, sobre las que vale la pena detenerse un segundo a pensar". Un segundo y todo el tiempo que sea necesario.
No sabemos qué ocurrirá entre Xenia y Éric a partir de ese momento, solo sabemos que su amistad va a ser profunda porque se sienten unidos desde la emoción, el respeto y los sentimientos.
Hay que leer la novela porque el universo literario y humano que contiene sobrepasa las líneas de una reseña. El lector encontrará personajes, situaciones y temas que, insistimos, le permitirán madurar y, a la vez, disfrutar con la lectura. Eso sí, lectura sin edad.

domingo, marzo 15, 2015





13 perros,
Fernando Lalana,
Bambú, 2013.

13 perros es una novela que crea adicción desde la portada, a cargo de Francesc Punsola.
La trama, muy lalaniana, por decirlo así, puesto que Fernando Lalana es un autor que imprime su personal estilo en cada una de sus obras, nos lleva de lo cotidiano a lo extravagante, de lo real a lo extraño, de lo cómico a lo serio.
El teniente Felipe Manley, del Centro Nacional de Inteligencia, descubre que el Meteosat está en peligro porque, en cuatro días, si no se resuelve el misterio, otro satélite, el Cuencasat, se autodestruirá y dañará al satélite europeo.  Ya al leer el nombre del Cuencasat, el lector se desequilibra y sigue haciéndolo al descubrir qué descabellado proyecto se esconde tras su puesta a punto.
Mientras, una maestra en paro, Elvira Ballesteros, decide sacarse el título de detective provado y logra, por casualidad, su primer caso. Tiene que descubrir la extraña desaparición de un galgo persa. Félix, su hijo de 15 años, va ayudarla; es más, será casi quien tome las riendas en el asunto.
Parece que es un caso sencillo. ¿Parece? Nos estamos equivocando al prejuzgar porque, detrás de esa y otras desapariciones, se oculta la respuesta al caso que atormenta a Manley.
La novela se desarrolla en Zaragoza, en unos escenarios reales, en donde Félix y sus amigos, en especial Cuca, progresivamente, van atando cabos y descubriendo que la venganza, es cierto, se sirve en un plato frío, más bien helado y, si no, que se lo pregunten a don Vicente, uno de los artífices del Cuencasat.
13 perros es, en principio, un relato de detectives, pero supera el género gracias a la comicidad. Las situaciones son hilarantes, pero los comportamientos de los personajes son realistas; por lo tanto se produce un contraste que hace que el lector vaya de un registro a otro, si saber si reír o preocuparse.
Por otro lado, se incluyen otros temas en el relato, como es el amor, la recuperación de la memoria, la importancia de saber mantener la palabra, el respeto a los ancianos, el valor de la palabra, la amistad o la superación de las propias limitaciones.
En cuanto al aspecto temporal, es una novela muy bien trabada, que se divide en seis capítulos y que transcurre en unos pocos días, de lunes a viernes; aunque haya referencias al pasado que nos aclaran la situación del presente. De ahí que el ritmo sea ágil y en continua expansión.
Por otro lado, los personajes, trazados con gracia y desparpajo, logran que 13 perros sea también una novela que fomenta la lectura. En especial, los jóvenes lectores se sentirán identificados con Félix, que es un muchacho con un humor especial. Cabe señalar, por supuesto, que Félix cuenta en primera persona todo el relato, por eso, su desarrollo psicólogico es notable. Es Félix también quien nos habla del resto de los personajes; de ahí que el autor desaparezca y se convierta, casi, en un espectador divertido y alborozado ante su propia obra.
13 perros es una novela destinada a un lector juvenil, pero que no desgradará a cualquier lector aficionado a la novela de detectives y al cine negro.

domingo, marzo 08, 2015


Dido para Eneas,
María García Esperón,
Ediciones El Naranjo, México, 2014.



Dos personajes eternos como Dido y Eneas cobran protagonismo de la mano de María García Esperón. La autora mexicana entiende, como ya es característico en ella, que las épocas históricas están unidas, de una manera sutil, y que esa historia (la grande o la pequeña) tiende a repetirse con variaciones en un lugar y en otro, aunque estén separados por tanta distancia como pueden ser, en apariencia, solo en apariencia, la cultura maya y la fenicia.
En el Cantar IV de La Eneida, Virgilio nos relata, en tono solemne, el encuentro entre Dido y Eneas. Un encuentro apasionante que a la reina le supuso dolor y soledad.
María García Esperón cede el protagonismo a Dido y le permite que, en primera persona, sea ella misma quien relate su peripecia, desde que era una joven soltera hasta que se desposó con Siqueo, el sacerdote de Tiro. En Dido se establece una contradicción terrible entre lo que comienza a sentir por su marido y lo que este representa ya que, como sacerdote, ofrece, cada cierto tiempo, víctimas humanas (niños y niñas) en el templo de Melkart. Dido no entiende que una dedidad exija sangre humana para ayudar a los mortales y siente una angustia terrible cuando se obligada a contemplar los rituales. Tanto es así que, cuando su esposo muere y obligada por su propio hermano Pigmalión quien solo busca saciar su sed de poder, Dido, siguiendo los propios deseos de su esposo, se embarca en una gran aventura, la de fundar una nueva ciudad. Con ella viajan los jóvenes tiros y su hermana Ana. Esta ciudad es, ni más ni menos, Cártago. Allí, con una estratagema, burla al rey Jarbas y logra un territorio amplio para sus fines. No obstante, Dido no es feliz porque, en sueños, en el fondo de su alma, ve que algo va a suceder. Con la llegada de Eneas y todos los que van con él, Dido siente que su destino se ha cumplido. Le ofrece todo al héroe troyano y llega a desposarse con él; pero Eneas, no lo olvidemos, es un héroe y está marcado por otros designios. Ha de partir y Dido, desconsolada, se autoinmola. Esta es la desgraciada historia de la reina fenicia, pero muchos más son los detalles que podemos observar.
María García Esperón divide la historia en XXI capítulos. El primero y el último son los que nos sitúan en un tiempo presente, el que vive Dido tras la partida de Eneas. Son dos capítulos primodiales, escritos en presente, que permiten que el lector no solo sea eso, lector, sino testigo de lo que va a suceder y que sienta, de alguna manera, el dolor que le causa a la propia Dido hacerlo y la impotencia de no poder impedirlo, porque está escrito en su destino, que Dido moriría joven.
La figura de Eneas recupera su humanidad en el relato. Un hombre con un dolor a cuestas, podríamos decir. Marcado por la muerte de su esposa y la de su propio padre. Eneas se ve obligado a mantener un juramento que él, estamos seguros, quisiera romper. Para Eneas sería más dulce establecerse con Dido y, juntos, gobernar, pero su padre le sigue exigiendo, aun después de muerto, que siga su destino. Perdonamos a Eneas, pero maldecimos que la palabra dada sea motivo de tanto pesar.
Dido es una mujer aparentemente delicada, pero que sabe ser astuta cuando le conviene, que sabe ser leal a los suyos y sumisa si así se necesita, pero que oculta una determinación férrea y que ni duda morir cuando se siente vacía. No es la princesa de cuento que muere por amor, no, es mucho más que eso. Es la joven hija de reyes, exiliada de su tierra, fundadora de otro reino que nunca descansó, que nunca fue feliz y que, cuando cree hacer alcanzado un destello de esa felicidad (reservada, ay, a los dioses) descubre que, en sus manos, es ceniza. Por eso se suicida, porque quiere acabar con ese destino y con una vida de soledad.Es una mujer que no cree demasiado en los designios de los dioses ni en la capacidad de los humanos de saber entenerlos.
María García Esperón retrata muy bien el alma femenina, pulsa con dedos de plata ese sentir, esa especial capacidad de mostrarse ante la vida y esas frustraciones que Dido, como mujer, también tiene. Porque, pese a su poder, a su belleza, a su esplendor, Dido sigue llorando por sus no hijos. Ella nunca será madre y el mejor padre de esos hijos no nacidos, Eneas, la ha dejado siguiendo su estela de héroe inmortal.
El libro está escrito de manera cercana, pero con ese tono propio de las gestas; aunque, eso sí, Dido siente como cualquier mujer.
Gracias al relato, nos sentimos atrapados en la brisa de Cártado, nos paseamos por sus viñedos, incluso creemos ver cómo arribar Eneas y los suyos; es más, también nos llegan los perfumes de Tiro y ese olor de un tiempo que ya no es, pero que sigue y vuelve y nos empapa.
Omar Urbano, por su parte, ilustra el relato, con distintos momentos del itinerario vital de Dido. Sus dibujos no invanden el relato, lo acompañan y se fijan en detalles, en la pira de Dido, recreada con dramatismo, en la situación espacial desde Tiro a Cártago o en la atalaya desde que Dido contempla el pequeño-gran mundo que ha creado.
Dido para Eneas es un libro hermoso, lleno de poesía, muy bien documentado y que recrea una historia apasionante.





Hágase según arte,
Mireia Farriol Gil ,
Edicions Carena, 2015.

La expresión "Hágase según arte" proviene, como es sabido, de latín, "fiat secundum artem". Se refiere a la habilidad en el arte farmacéutica para combinar los distintos elementos (mineral, animal y vegetal) y obtener una solución que sirva para calmar o paliar algunas dolencias.
En principio podría parecer que un término científico como este se encuentra muy alejado de la poesía pero, si lo miramos bien y, si seguimos el itinerario que nos traza Mireia Farriol, encontraremos que, además de los tres Reinos mencionados -mineral, animal y vegetal- tenemos otro, no menos importante, que es el espiritual. Probado está que la actitud del enfermo es vital para su recuperación y la Dra. Farriol entiende, mejor que nadie, dada su profesión, que ciencia y poesía van de la mano. Como debe ser.
El poemario que estamos comentando es un trabajo casi de orfebrería porque, a partir de los elementos más pequeños que conforman nuestra vida, de objetos cotidianos, de sensaciones, de vivencias mínimas, Mireia Farriol conforma un universo poético donde nada nos es ajeno, donde el amor, la soledad, el paso del tiempo y la palabra siempre están ahí. Ahí. A la vuelta de la esquina. Teresa Martín Taffarel, quien prologa el libro, lo califica de "medicina poética" y es verdad, aunque una medicina que no nos conforma, que a menudo inquieta y que nos arroja, de nuevo, a la vida y a sus quimeras para que, al fin, lidiemos solos en la arena de nuestra existencia.
Divide el poemario en cuatro partes:
-Amor. Escoge el amor como orrigen de todo porque así es, aunque es un amor capaz de traspasar el tiempo: "Las voces de los muertos, /jazmines en las dunas, / neblina de la memoria". Es el sentimiento que nos cura: "No necesito ir al médico / ni píldoras, ni medicamentos". No obstante, a veces también nos provoca cierta orfandad: "Nunca se encontrarán las manos / en los bolsillos de otra gabardina". El amor es, en suma, constatar el paso del tiempo y tratar de detenerlo: "tal vez conjugues en presente / este verbo postergado".
-Espacios: Mireia Farriol traza las líneas invisibles que nos separan del otro y de nosotros mismos. Acaso una rama, el aliento, el sueño que nos separa del otro o esa especial manera de sentirse en el mundo: "El enigma es estar solo; / el misterio, estar contigo". A menudo, la poeta se asoma a los versos y los mira con ojos cansados, con ojos que parecen volver de un largo viaje: "La estela de mi barca / dibuja las aguas heladas". La añoranza, el mar, el otoño, el lago y las aguas que van y vienen, que dejan y cogen y que nos ignoran: "Agua que no puede mojar / las aguas del mar".
-Tiempo: Entramos en la eterna cuestión del tiempo, en el enigma del que nos nutrimos y que nos mata día a día: "Hoy, / casi nada de nada". Las horas mueren sin remedio y nos engañamos a nosotros mismos con una trampa: "No tengo tiempo. / palabras de ficción / bien exprimidas". La memoria, el reloj, los latidos, el tañido de la campana, el final del tiempo o esa sensación del enfermo en la UCI: "Allí donde no existen los recuerdos / ni los días que pasan/ ni horas en el corredor verde acuoso / ni la voz del viento entre los árboles". Y esa sensación de impotencia, "Este camino tan largo..."  en donde "Todo huele a tiempo seco".
-Otros remedios: En esta parte del poemario, la final, es donde encontramos esos remedios a la soledad, a la melancolía, a la desazón de vivir. Los encontramos en un "té frío de menta", en un sorbo de café, en el verdor del jardín, en una limonada que nos endulza las noticias diarias. También encuentra remedios Mireia Farriol en las canciones, en algún bolero, en el swing... o en elementos más sencillos como es una brisa, el murmullo del mar y esa especial necesidad de detener la mente y dejarla en blanco que nos preserva del caos. La conclusión, sea como sea, la encontramos en el último verso, donde nos deja la gran verdad de la vida: "quieres volar / libre/ siempre/sola".
Hay un poema en el tercer apartado, titulado "Epílogo" que recoge, de alguna manera, la sensación dura que provoca en paso del tiempo en nosotros y como, para no perderlo en obstinaciones inútiles, deberíamos ser conscientes de que, aunque no lo queramos:
"Sí era cierto: / la vida es cuestión de horas / amarillas / agrestes, / imposibles./ Tragicomedia en tres actos / y un epílogo. / Cae el telón... / El argumento de la obra / se ha olvidado".
Para que no se nos olvide nuestro propio argumento, la Dra. Farriol nos regala este poemario bilingüe, en catalán y castellano (traducido por ella misma) y nos lo sirve en vaso alto, con palabras que huelen a menta, que saben a café, a nostalgia, a pasado y a paresente. Mireia Farriol, mujer firme y conocedora del alma y el cuerpo, entiende que la vida no es eso que nos han contado que es, sino lo que cada uno vive y atesora en su memoria.
Como bien dice la prologuista. "La poesía, remedio para aliviar esperas y dolores, sueños y ausencias; para curar recuerdos enfermos y tonificar vivencias dichosas, para fortalecernos ante las buenas o malas noticias que nos trae cada día que pasa". La poesía. Bendita poesía.

Presentación del poemario

domingo, marzo 01, 2015






No hay dos iguales,
Javier Sobrino. Catarina Sobral,
Kalandraka, 2015. (Libros para soñar)

Están en todas partes: "En las calles múltiples / de las ciudades / y en las avenidas ausentes de las montañas". Van y vienen. Se cuelan en las playas, en los puertos. Viajan muy rápido, saltan de roca en roca y se les puede ver, a distintas horas, en lugares diferentes. Aparecen antes o después de un momento especial o de una situación triste. Son parecidos, pero no iguales: "Unos son cortos / como un abrir y cerrar de ojos / y otros, largos / como el tiempo de esepera". Al narrador le gustan dulces, inesperados y cálidos. ¿Cómo te gustan a ti?
No hay dos iguales es un textos muy poético que se interna en el mundo de las emociones de una forma ocurrente y novedosa porque, mientras vamos leyendo y contemplando las ilustraciones, no sabemos a qué se refiere exactamente. Cada lector puede imaginar lo que desee hasta que, al final, en una hoja desplegable, se descubre el enigma. Javier Sobrino, el autor, se está refiriendo, a los besos.
Es, por lo tanto, un libro adivinanza cuajado de poesía porque son continuas las comparaciones, las enumeraciones y la alusión a lugares que evocan, en la imaginación del lector, otros mundos y otras realidades. Es un texto para leerse despacito, paladeando las palabras y contemplando las ilustraciones de Catarina Sobral, quien va jugando  con el tono bicolor en cada página mientras atrapa las imágenes del texto.
No hay dos iguales es un libro en el que las emociones se traslandan al lector y tienden un puente que nos lleva a interpretar nuestros propios sentimientos.
Justo, al final, cuando se desvela el misterio, el lector puede hacer suyo el texto puesto que se refiere a los "besos que tú me das".
Son varios los libros que aluden a los besos, algunos poéticos, otros en prosa, y que centran la afectividad infantil. No hay dos iguales aporta novedad al tema y curiosidad por abordarlo.
Además, insistimos, las imágenes, claras y esquemáticas, contriuyen a que el niño entienda todo ese trasiego que los besos, de norte a sus, de este a oeste, lleva continuamente sin parar porque, en un beso, viaja un flujo de emociones al que no debemos renunciar.
El libro se presenta en formato de álbum y va destinado a los más pequeños, desde 3 años. Sin duda, un regalo hermoso, lleno de color y de buena literatura.